El premio menor

La vida, esa cosa tan idealizada, no se diferencia mucho del primer boceto desechado en la papelera de un pintor, un m¨²sico o un arquitecto. La diferencia real es que no tenemos la oportunidad de comparar entre dos bocetos y decidir con cu¨¢l nos quedamos.

Tal vez por eso, casi con toda probabilidad, ninguno tendremos la vida que realmente querr¨ªamos. Por mucho que se acerque, siempre hay infinidad de cosas que cambiar¨ªamos si pudi¨¦semos ejercer con nuestro tiempo la heur¨ªstica del ensayo y error.

Esto es lo que relataba la desasosegante novela de Milan Kundera La insoportable levedad del ser, y de nuevo nos topamos con este planteamiento en la obra Ulises y el fornicador, que a¨²n podemos ver el s¨¢bado que viene en el teatro ArtEspacio Plot Point: a trav¨¦s de un tri¨¢ngulo amoroso entre un maestro de literatura cincuent¨®n y mujeriego (el fornicador), los devaneos con su joven alumna (Cecilia) y los celos del novio de esta (Ulises), quiere transmitir la idea de que terminamos aceptando la vida que nos toca, pero siempre con la sensaci¨®n de que es un premio menor.

A diferencia del escritor checo, el dramaturgo Carlos de Matteis aporta ahora una perspectiva optimista: ¡°El enfrentamiento generacional es la met¨¢fora del conflicto existencial de los personajes. La vida es un ¡®premio menor¡¯ para los que no disfrutan del presente, pero ser¨¢ esa insatisfacci¨®n la que los empujar¨¢ hacia el ma?ana¡±.

Inspirada en un aclamado libreto del argentino Roberto Coss¨ªa, Yepeto, la obra tambi¨¦n parte de la rivalidad inicial entre los dos personajes masculinos, que torna en una inesperada admiraci¨®n mutua seg¨²n avanza la historia. Finalmente, la joven pareja prosigue con su vida mientras el maduro profesor asume que la suya entra en los ¨²ltimos compases y debe quedarse con su parte del premio: haberla vivido, que no es poco.