Apple destrona al Z¨²rich
La tienda de Tim Cook sustituye al caf¨¦ Z¨²rich como punto de encuentro de los j¨®venes
Esteban Cort¨¦s hace 27 a?os que trabaja en el Caf¨¦ Z¨²rich. Situado en el coraz¨®n de la ciudad, en un v¨¦rtice de la Plaza de Catalu?a y a la salida de los Ferrocarrils de la Generalitat, este hist¨®rico caf¨¦ ha sido sin¨®nimo de encuentro para los barceloneses durante d¨¦cadas. Quienes lo frecuentan, aseguran que el Z¨²rich es m¨¢s que un bar. El escritor Hans Christian Andersen lo consider¨® uno de los mejores caf¨¦s de Europa y por sus mesas han pasado cientos de miles de caras an¨®nimas desde que su apertura en 1862. Primero como cantina, haciendo las veces de refugio de viajeros. M¨¢s tarde como chocolater¨ªa y, finalmente, en 1925, como cervecer¨ªa. Su nombre hace honor a la bebida un ¡°zurich¡±, un vaso de cerveza de barril, que pod¨ªa consumirse en el local junto a otros brebajes como el jarabe de grosella o la zarzaparrilla. A los consumidores de caf¨¦, a 35 c¨¦ntimos, se les a?ad¨ªan unas gotas de ginebra o ron, sin coste adicional.
Este emblem¨¢tico lugar no pasar¨¢ a la historia por sus caf¨¦s, sino por haber sido durante d¨¦cadas el punto de quedada de los barceloneses. ¡°Nos vemos en el Z¨²rich¡±, era la frase m¨¢s repetida por cuadrillas de amigos y parejas al acercarse el fin de semana. ¡°La mayor¨ªa ni siquiera se sentaba a consumir en la terraza, simplemente era el punto encuentro de amigos y de las citas de los j¨®venes¡±, relata Esteban. La escena de j¨®venes nerviosos, mirando el reloj, esperando a su cita o las pandillas de amigos decidiendo el plan de la noche, ha sido una constante en la esquina donde se ubica el bar.
Sin embargo, los tiempos cambian. De poco ha servido que este local fuese, en su d¨ªa, trinchera de las fuerzas republicanas o que en sus mesas se fraguara el asalto al Banco Central, en mayo de 1981. El Z¨²rich no tiene Wi-fi.
A pocos metros, en Ronda Universitat esquina Paseo de Gracia, la manzana de Apple luce orgullosa. Es el nuevo espacio donde cientos de j¨®venes se citan ahora para quedar. La estampa de peinados imposibles, acn¨¦ y m¨®viles en mano, se repite, sobre todo, al llegar el fin de semana. Entre las distintas tribus urbanas, los que acaparan las miradas son los "swaggers". All¨ª pasan la tarde, simplemente "estando" utilizando el wi-fi gratuito que les regala Tim Cook.
Muchos ni siquieran tienen un Iphone, pero eso no importa. Aqu¨ª lo que prevalecen son las c¨¢maras de m¨®vil, capturando selfies. No superan la mayor¨ªa de edad, muchos nacieron pasada la frontera del 2000. Son j¨®venes de entre 13 y 16 a?os, que lucen estilismos que se escapan, en ocasiones, a la moda imperante en la capital. El patr¨®n, en el caso de las chicas son los shorts, acompa?ado de una copiosa capa de maquillaje y una bandana en el pelo. Los chicos, con pantalones dos tallas m¨¢s peque?as y con peinados elaborados que alternan rapados con tup¨¦s, donde no se escatima en gomina. Aqu¨ª se baila, se r¨ªe y se coquetea. Todo queda registrado en los tel¨¦fonos y listo para subirse a las redes sociales. El objetivo: conseguir el m¨¢ximo n¨²mero de "likes".
"Aqu¨ª no somos todos swaggers, eh", reprocha Cris, una joven catalana que espera al resto de la cuadrilla mientras se retoca el pelo utilizando la c¨¢mara de su m¨®vil como espejo. "Aqu¨ª es donde quedamos porque est¨¢ m¨¢s cerca del metro y porque hay wi-fi", espeta. A su lado, dos turistas japonesas intentan extender un mapa imposible de la ciudad. Tras minutos de lucha, se dan por vencidas y deciden sacar sus tel¨¦fonos para encontrar el hotel en el que se hospedan. ?Bendito Tim Cook!.
Los chicos de la tienda Apple se entremezclan con los turistas que paran a fotografiarse frente al logo de la tienda, as¨ª como los que utilizan la red para actualizar sus vacaciones en Facebook. Manu, un brasile?o que lleva dos semanas en la ciudad, saca su port¨¢til, sentado en las escaleras de la tienda. Aprovecha el wi-fi gratuito para subir las fotos a la red social . "Es m¨¢s barato que ir a un bar y pedir algo solo para conectarme a internet. Adem¨¢s, aqu¨ª puedes pasar toda la tarde entretenido viendo a la gente ir y venir", explica.
Mientras tanto, en el Caf¨¦ Z¨²rich, un turista alem¨¢n pregunta desde la puerta:
-? Tene¨ªs wi-fi?
- Wi-fi no, whisky. Tenemos whisky.
El Z¨²rich seguir¨¢ siendo un lugar para "desconectar".
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