La pol¨ªtica remueve de nuevo el agua

El manto monocolor del Partido Popular que cubr¨ªa las mayor¨ªa de Administraciones espa?olas se rasg¨® el pasado mes de mayo con las elecciones auton¨®micas y municipales. Y, aunque entonces nadie le prest¨® atenci¨®n, por esa brecha que desaloj¨® a Mar¨ªa Dolores de Cospedal del Gobierno de Castilla-La Mancha se empez¨® a filtrar el agua. Su sucesor, el socialista Emiliano Garc¨ªa Page, ha decidido, nuevamente, poner en cuesti¨®n la viabilidad del trasvase Tajo-Segura y el memor¨¢ndum que firm¨® en 2013 el Gobierno de Mariano Rajoy con las comunidades aut¨®nomas con intereses en estas cuencas, entonces gobernadas todas por su partido. Un memor¨¢ndum que fija negro sobre blanco en qu¨¦ condiciones se pueden realizar trasvases desde la cabecera del Tajo a la cuenca mediterr¨¢nea y en qu¨¦ condiciones no. Unas condiciones que, si Castilla-La Mancha cumple, acabaran por interpretar los jueces anotando un nuevo fracaso en la casilla de la pol¨ªtica.

Desde mediados de agosto, el Gobierno castellano manchego y los socialistas de la regi¨®n se desga?itan con la esperanza de que el debate h¨ªdrico se haga un hueco en la agenda pol¨ªtica nacional. Sin embargo, hasta ahora solo han encontrado un leve eco en cargos del PP de Valencia y Murcia, prestos siempre a esgrimir el argumento de la divisi¨®n interna del PSOE. El delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Moragues, ha llegado a pedir a los dirigentes del PSOE explicaciones sobre el cumplimiento de un memor¨¢ndum cuya aplicaci¨®n debe garantizar la Administraci¨®n a la que ¨¦l representa.

Asegura Garc¨ªa-Page que no quiere reabrir ninguna guerra del agua, pero el portavoz de su Gobierno, Nacho Hernando, no duda al afirmar: ¡°Este no es un debate interno de ning¨²n partido, es un debate de territorios¡±. Un argumento propio de pol¨ªticos ep¨ªgonos cuando lo que se lleva ahora es anteponer los derechos de las personas a los de los territorios.

El agua que se trasvasa del Tajo al Segura en ¨¦pocas de sequ¨ªa abastece a 2,5 millones de personas de Murcia, Almer¨ªa y Alicante y a unos 80.000 regantes para mantener 132.000 hect¨¢reas de cultivo que ser¨ªan inviables con agua desalada. Un agua dependiente de las lluvias y que, cuando la hay en abundancia, tambi¨¦n estimula la econom¨ªa de la zona donde se ubican los embalses de Entrepe?as y Buend¨ªa en la cabecera del r¨ªo.

La reapertura de una nueva guerra siempre genera preocupaci¨®n entre los afectados, pero en esta ocasi¨®n tambi¨¦n ha generado hast¨ªo. Hartos de que los pol¨ªticos lleven d¨¦cadas utilizando un tema tan sensible como el agua para cosechar votos, los regantes de uno y otro lado de la cuenca reclaman soluciones racionales y estables que pongan fin a la desaz¨®n que les invade en periodo estival con cada sequ¨ªa. Muchos de ellos llevan d¨¦cadas asistiendo peri¨®dicamente a las broncas pol¨ªticas sobre la pervivencia del trasvase del Tajo al Segura, pero tambi¨¦n con el blindaje de la cuenca del Ebro, que es uno de los r¨ªos que m¨¢s agua echa al mar. Han escuchado a decenas de dirigentes desde Jos¨¦ Bono a Emiliano Garc¨ªa Page, pasando por Joan Lerma, Luisa Fernanda Rudi, Jordi Pujol, Dolores de Cospedal, Francisco Camps, Ram¨®n Luis Valc¨¢rcel¡­ Quiz¨¢ por eso, cuando muchos vecinos de Castilla-La Mancha, Valencia o Murcia oyen ?agua! ?agua! Interpretan el grito como los manteros cuando aparece la polic¨ªa y echan todos a correr.