¡°Gaud¨ª es inabarcable y cuando se le utiliza se le manipula¡±
El narrador, poeta y ensayista publica 'Mi Gaud¨ª espectral' en el que reflexiona sobre Barcelona y sus creadores tras aparec¨¦rsele el fantasma del arquitecto
El narrador, poeta y ensayista Rafael Argullol (Barcelona, 1949), autor de una treintena de libros, ha centrado su ¨²ltima obra, Mi Gaud¨ª espectral (Acantilado), en el genial arquitecto, creando un relato personal en el que narra los encuentros, desde que el autor era un ni?o, con el fantasma de Antoni Gaud¨ª, el autor, entre otros, de La Pedrera y la Sagrada Familia; un pretexto para hablar de Barcelona, la relaci¨®n de la ciudad con sus creadores y reflexionar sobre la condici¨®n humana. Las apariciones de Gaud¨ª se producen durante las visitas de Argullol a las obras del arquitecto. Por si acaso, la entrevista se realiza en la azotea de La Pedrera, la ¨²ltima obra civil del arquitecto.
Pregunta. ?Realmente se le ha aparecido Gaud¨ª?
Respuesta. Durante a?os me ha perseguido el personaje y me ha chocado la pluralidad de destinos que ha tenido; sus ¨¦xitos extranjeros y sus miserias locales. Esto hace que sea un espectro, una presencia que me persigue.
P. ?Se puede aparecer ahora?
R. Quiz¨¢, quiz¨¢
P. ?C¨®mo definir¨ªa su libro?
R. En un relato en parte autobiogr¨¢fico y, en parte, pura ficci¨®n, que utilizo para meditar sobre cuestiones como la relaci¨®n entre el creador y la comunidad y lo espiritual en esa ¨¦poca y lo espiritual que vendr¨¢.
P. ?Conoc¨ªa su vida y su obra?
R. Mientras me documentaba comprob¨¦ que hay una desproporci¨®n entre la importancia del personaje y la escasez y mediocridad de la bibliograf¨ªa, adem¨¢s de ver que hay bandos dogm¨¢ticamente definidos. Est¨¢ el Gaud¨ª tradicionalista cat¨®lico, el nacionalista y la bestia negra de las vanguardias. Es un Gaud¨ª estereotipado.
P. ?C¨®mo definir¨ªa su obra?
R. Es el intento de conseguir una luz ¨²nica a trav¨¦s de la piedra. Por lo que he deducido a trav¨¦s de mis encuentros con el espectro, no por los libros, es algo que apasionaba ya al ni?o Gaud¨ª enfermo en Tarragona. Durante toda su vida siempre hizo hincapi¨¦ en la luz y est¨¢ presente en su obra con un aspecto sagrado demoniaco, como en la Cripta Guell.
P. ?Cu¨¢l es su clave?
R. Hay muchos factores. Gaud¨ª en el siglo XX no sigui¨® la direcci¨®n que marco la arquitectura del siglo XX. Delante de la dictadura de la recta, del utilitarismo del camino m¨¢s corto, reivindic¨® la curva, lo innecesario y la belleza, un concepto tab¨² para las vanguardias, que consideraban el ornamento como delito. Esa es la clave de Gaud¨ª que se ha acabado imponiendo y lo que le ha causado su incomprensi¨®n muchas veces. Gaud¨ª hace una transgresi¨®n de la transgresi¨®n con respeto a los gustos de la ¨¦poca y al propio racionalismo del Ensanche.
P. ?Y eso lo entienden las miles de personas que lo visitan?
R. El 99% no, pero es lo mismo que ocurre ante una obra de Mozart o Miguel ?ngel. Pero la experiencia est¨¦tica no es comprender, sino sentirse mejor, sentir consuelo y reconciliaci¨®n. P. ?Barcelona se ha portado bien con Gaud¨ª?
R. Se le ha querido de forma bipolar como Barcelona quiere a los suyos. Ignor¨¢ndolo, evit¨¢ndolo cuando lo ve¨ªan y cruzando de acera para no tenerle que dar un duro, y al mismo tiempo participando de forma multitudinaria en su entierro. Es propio de barceloneses y catalanes no lanzarse al elogio franco y tranquilo. Hist¨®ricamente se ha portado mal, pero desde el momento en que estuvo entre la espada y la pared y tuvo reconocimiento internacional cambi¨®. Aunque se le sigue reconociendo con la boca peque?a.
P. Cu¨¢l es la diferencia entre ¨¦l y los arquitectos de su ¨¦poca?
R. La misma que entre Mozart y Salieri. Har¨ªa otro s¨ªmil futbol¨ªstico, pero los odio, porque nuestros pol¨ªticos solo son capaces de hacer s¨ªmiles futbol¨ªsticos. En las personas de gran talento hay siempre un plus de complejidad y de contradicciones y al final de su vida creativa son extraordinariamente libres y logran desatarse de toda atadura, aunque sean miserables socialmente.
P. ?Gaud¨ª era un santo como le dijo su t¨ªa Andrea y mantienen los que quieren llevarlo a los altares?
R. No era un santo. Lo que si tiene es una determinada santidad mucho m¨¢s profunda, y es su incompatibilidad entre vida y obra. Es un tema que me ha interesado mucho, que obsesionaba a Thomas Man y que lo emparenta a creadores tit¨¢nicos, como Beethoven, Miguel ?ngel o Nietzsche. Todos tienen en com¨²n un importante bloqueo para vivir la vida y una especie de desmesura creativa que se convierte en su propia vida. De alguna manera el amor y la pulsi¨®n sexual se encarnan en su obra.
P. Su libro est¨¢ lleno de preguntas sin respuesta.
R. S¨ª, porque Gaud¨ª no habla. Todo es incierto excepto la que lanzo al final. ?Hasta qu¨¦ punto podr¨ªa ser que en contra de lo que creyeron muchos, Gaud¨ª no pertenec¨ªa a una especie de neomedievalismo, sino que era una especie de visionario del futuro, y que la Sagrada Familia no es la ¨²ltima catedral de Europa, sino la catedral del futuro de un dios desconocido que no sabemos cu¨¢l y qui¨¦n es? Esa ser¨ªa, en cierto modo, la gran visi¨®n. Y es que la Sagrada Familia puede verse como una ruina de la propia construcci¨®n. Es como una ruina visionaria, aunque no creo que nadie haya hecho este v¨ªnculo, podr¨ªamos vincularla con Blade Ranner.
P. Usted califica la Sagrada Familia de ¡°monstruo¡±.
R. En origen estaba descontextualizada y ahora est¨¢ habitada por una especie de plaga provisional de la humanidad que es el turismo de masas, que se ha extendido como una aut¨¦ntica plaga y que yo lo veo metaf¨ªsicamente hablando de capa intermedia entre un tel¨®n que ha cerrado un mundo y otro desconocido, que est¨¢ por abrir; una humanidad intermedia que no tiene pasado ni definido cu¨¢l es su futuro. Desde el punto de vista espiritual esta plaga pisotea todos los lugares sagrados de los ¨²ltimos 2.000 a?os.
P. ?Pasar¨¢ esta plaga?
R. S¨ª, pero igual dura decenios, porque cuando se instala tarda en marcharse. Yo soy muy italianizante y lo he visto all¨ª antes que aqu¨ª. Cuando ya ha devorado todo necesita otras cosas. No podemos creer que aqu¨ª durar¨¢ eternamente. Las epidemias son provisionales, pero devastan. Son signos de algo que est¨¢n por venir. La peste negra diezm¨® Europa y Florencia anuncio el Renacimiento.
P. ?Pero tendr¨¢ algo bueno?
R. En el caso de la Sagrada Familia es cruel decirlo, pero la plaga de los turistas ha dado un reconocimiento a un espacio que los aut¨®ctonos nunca le hab¨ªan dado.
P. ?Hace a?os que nadie critica p¨²blicamente las obras de la Sagrada Familia?
R. Porque Gaud¨ª ha vencido. En estos momentos es el arquitecto m¨¢s famoso de la historia, m¨¢s que Brunelleschi, no hay nada m¨¢s que buscarlo en internet.
P. ?Gaud¨ª es una marca de Barcelona?
R. Odio la palabra. Es peligrosa y reduccionista. Gaud¨ª no es una marca, su grandeza es completamente aut¨®noma de esa identificaci¨®n. Ser¨ªa grande igualmente si estuviera en Cartagena o en otro sitio. Es una suerte para Barcelona que se ha amparado en la obra creativa de Gaud¨ª convirti¨¦ndola frecuentemente en m¨¢rquetin. Nietzsche es inabarcable y cuando se le quiere utilizar se le manipula como hicieron los nazis, y Gaud¨ª cuando se le quiere utilizar es un Gaud¨ª manipulado.
P. ?Y qu¨¦ se puede hacer?
R. Docencia. Tambi¨¦n con Mir¨®, Picasso o Cervantes. Ha sido siniestro como se ha intentado convertir a Cervantes en una marca a trav¨¦s de sus huesos. Si fu¨¦ramos una sociedad m¨ªnimamente educada en la complejidad y con esp¨ªritu cr¨ªtico habr¨ªa un acercamiento m¨¢s completo.
P. ?Personalmente piensa que habr¨ªa que acabar La Sagrada Familia?
R. He ido variando. De joven era partidario de dejarla c¨®mo la dej¨® Gaud¨ª. Confieso que me causa un gran respecto y una especie de admiraci¨®n el hecho de que algo por lo que nadie daba un duro haya tenido esta continuidad. Como purista dir¨ªa lo primero, pero sinceramente me parece admirable independientemente de que est¨¦n cometiendo errores terror¨ªficos desde el punto de vista estatuario y las vidrieras. Siempre que se deja en manos del aparato de la iglesia para que monte sus circos es fatal.
P. ?Valora m¨¢s o menos a Gaud¨ª tras escribir su libro?
R. M¨¢s. Me he dado cuenta de lo gigantesco que es y de sus contradicciones.
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