Obra p¨²blica congelada

Santi Vila se present¨® como consejero de Territorio con el compromiso de tender puentes con Madrid. Acababa as¨ª con la actitud de su antecesor, Llu¨ªs Recoder, siempre cr¨ªtico con cualquier decisi¨®n tomada desde el Gobierno central. Lo cierto es que Vila ha mantenido una viva relaci¨®n con la ministra de Fomento, Ana Pastor: cr¨ªticas limitadas y muchas reuniones. Y acuerdos, o compromisos. Esos anuncios ten¨ªan que permitir compensar la exigua capacidad financiera de la Generalitat, cuyas inversiones en obra p¨²blica se hallan deprimidos a niveles de 1999. Pero los pactos no han sido correspondidos con dinero y la inversi¨®n presupuestada del Estado en Catalu?a cay¨® un 15% entre 2013 y 2015. Pocos avances pues en materia de infraestructuras en Catalu?a durante la ¨²ltima legislatura.

Pero el consejero puede jactarse de algunos acuerdos relevantes, aunque solo uno lo ha podido ver ejecutado. Lo acord¨® con el Ministerio de Fomento y la concesionaria Abertis para sacar los camiones de la N-II en Girona, uno de los puntos negros de la red viaria catalana. En Tarragona, en este caso por la N-340, ans¨ªan un acuerdo similar que rebaje la siniestralidad que acumula la carretera.

El otro gran acuerdo lo cerr¨® con la banca para conseguir los 250 millones de euros que le faltaban para culminar las obras de la l¨ªnea 9 del metro entre Diagonal y el aeropuerto de Barcelona, evitando as¨ª un nuevo retraso. Los asistentes al World Mobile Congress podr¨¢n utilizarla en febrero pr¨®ximo y estrenar la estaci¨®n que lleva a?os esperando en el subsuelo del recinto ferial de L'Hospitalet de Llobregat.

Y otros compromisos ha arrancado de Fomento. Desencall¨® la f¨®rmula para construir los accesos viarios y ferroviarios al Puerto de Barcelona e incluso oblig¨® a Pastor a que se comprometiera a poner en marcha una lanzadera de tren que una el centro de Barcelona con el aeropuerto con una frecuencia de 15 minutos. Pero esos proyectos contin¨²an a la espera, pese a la colocaci¨®n de primeras piedras, como otros que siguen en la carpeta de pendientes del Gobierno central en Catalu?a.

La Generalitat, sin recursos, ha buscado compromisos de inversi¨®n por parte del Estado

La patronal Fomento del Trabajo desgran¨® antes del verano una veintena de proyectos que no avanzaban pese a llevar a?os con los proyectos listos. Hay uno, considerado prioritario por la Uni¨®n Europea, que preocupa especialmente. Se trata del Corredor Mediterr¨¢neo, que deber¨ªa ser una de las principales puertas de salida de las exportaciones de Catalu?a y de la Comunidad Valenciana. El suced¨¢neo aprobado, consistente en montar en algunos tramos un tercer ra¨ªl a la v¨ªa actual para adaptarse al ancho internacional, va igualmente con retraso, como demuestra el hecho de que las obras entre Martorell y Castellbisbal est¨¦n paralizadas pese a que se licitaron hace dos a?os.

Pero el problema m¨¢s recurrente de Fomento en Catalu?a ha sido otro, mucho m¨¢s popular para sus centenares de miles de usuarios diarios: Rodalies. Pese las buenas intenciones de Vila y Pastor, la red de corta distancia ferroviaria ha seguido siendo una fuente de encontronazos entre ambas Administraciones. Fomento, Adif y Renfe han acabado admitiendo en uno u otro momento que el servicio no era el que tocaba y la Generalitat ha acabado arrancando una inversi¨®n de m¨¢s de 300 millones. Una mejor se?alizaci¨®n en los t¨²neles de Barcelona y el desdoblamiento de v¨ªa entre Montcada i Reixac y Vic son las principales operaciones previstas, aunque muchas se han ca¨ªdo de la lista de 4.000 millones que pact¨® ¡ªe incumpli¨®¡ª el PSOE con el Tripartito.

Catalu?a sigue teniendo otras obras pendientes que llevan m¨¢s de una d¨¦cada esperando. Desde la B-40 (conocido como Cuarto Cintur¨®n) a la conexi¨®n de la AP-7 con la A-2 en Castellbisbal. Desde el desdoblamiento de la N-II al de la N-340. O la estaci¨®n de la Sagrera, cuya finalizaci¨®n en 2019 es solo una previsi¨®n.