La profunda huella de lo invisible
?lex Rigola lleva al teatro, Marits i mullers, la pel¨ªcula de Woody Allen
Comparado con otros destacados montajes de ?lex Rigola, Marits i mullers podr¨ªa tomarse de entrada como un ejercicio de modestia. Una excelente funci¨®n sin la huella del director-creador. Afirmaci¨®n m¨¢s que discutible. Igual que aceptar a la ligera que la Nueva Galer¨ªa Nacional de Mies van der Rohe es menos arquitectura de autor que el Guggenheim bilba¨ªno de Gehry solo porque el gesto es menos estridente. Si Van der Rohe cre¨® un espacio limpio ¡ªaire encerrado en una estructura ligera¡ª para acoger la diversidad expresiva del arte all¨ª expuesto, Rigola ha concebido un espacio dram¨¢tico sereno para guardar el aire y el tiempo de una comedia dram¨¢tica que juega con las emociones como carambolas de billar en un club de caballeros. Impulso acolchado, rodar mullido y sonido de contacto sordo. La elegancia de la combinatoria del choque de las ocho bolas en juego.
Sin ese firme control y desarrollo de lo intangible esta comedia del desencanto por parejas no tendr¨ªa la densidad de lo sincero. Las emociones tienen todo el tiempo del mundo ¡ªy el director es el maestro relojero¡ª para germinar en el interior de los int¨¦rpretes, crecer y morir ante el p¨²blico. Unas por inanici¨®n, otras de manera violenta. Verbalizadas en su mayor¨ªa, pero tambi¨¦n perceptibles en los silencios que frenan la velocidad de la comedia en seco. La dimensi¨®n dram¨¢tica de lo no dicho, tan importante en la obra de Ingmar Bergman -¡ªinspiraci¨®n directa de Woody Allen para su pel¨ªcula¡ª como en la de Harold Pinter. ?Pinteriana Marits i mullers? Quiz¨¢ no est¨¦ tan lejos esta adaptaci¨®n del misterio de lo callado que domina un texto como Traici¨®n. Es solo un matiz ¡ªcomo tantos en este montaje de sutilezas¡ª, suficiente para dotar a esta versi¨®n de una personalidad propia sin rebajar la carga de humor y sus balas de iron¨ªa del gui¨®n.
El director que deja honda huella en lo invisible para que los int¨¦rpretes desplieguen todo su talento. Magma para que Benito, Carreras, Glaenzel, Moncl¨²s, Ulldemolins y Villanueva est¨¦n magn¨ªficos sin ser ¡ªo parecer¡ª algo m¨¢s que ellos mismos. La discreci¨®n de llamarse solo Andreu, Joan, M¨°nica, Sandra, Mar y Llu¨ªs y atrapar al p¨²blico en sus historias agridulces cuando hablan o s¨®lo escuchan. Y en este montaje todos est¨¢n todo el tiempo con la oreja puesta, atentos a los relatos cruzados de sus vidas inventadas. No hay personajes ausentes. Est¨¢n all¨ª siempre, repartidos en el cuadril¨¢tero de tresillos dispuesto por Max Glaenzel como los invitados exhaustos de una fiesta en su declive, cuando el cansancio, el alcohol y la madrugada ejerce de mantra para insospechadas confesiones de supervivientes. La verdad que nace de la rendici¨®n de la barrera de la consciencia. Es un privilegio estar en La Villarroel para compartir ese momento.
MARITS I MULLERS
De Woody Allen.
Adaptaci¨®n y direcci¨®n: ?lex Rigola.
Int¨¦rpretes: Andreu Benito, Joan Carreras,
M¨°nica Glaenzel, Sandra Moncl¨²s, Mar Ulldemolins y Llu¨ªs Villanueva.
La Villarroel, 18 de septiembre.
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