¡®Piso Piloto¡¯ Medell¨ªn-Barcelona
La ciudad catalana y la colombiana tienen un proyecto de vivienda social conjunto, abierto y colectivo
Una ¨¦poca hace nacer ideas? O s¨®lo hace surgir las que responden a sus oscuras necesidades y a sus mal expresadas aspiraciones?¡± As¨ª empieza la introducci¨®n del libro de Dominique Desanti Les socialistes de l'utopie (Editorial Payot, 1970) publicado por Anagrama en 1973. Esta es una pregunta que desde Plat¨®n no ha dejado de plantearse y que hoy resulta especialmente vigente. ¡°La utop¨ªa existe desde Plat¨®n ¡ªdice Desanti¡ª se desarrolla con Tom¨¢s Moro, Rabelais, Cyrano de Bergerac, Rousseau, las Cit¨¦s Radieuses, las Icarias, las Armon¨ªas, etc¨¦tera¡±. Pero no es a ellas a las que me voy a referir sino a lo contrario: a cuando las utop¨ªas dejan de serlo para hacerse realidad. Hablar del derecho de los ciudadanos a vivir bajo un techo digno sigue siendo, hoy por hoy, una utop¨ªa que urge hacer realidad.
En Barcelona hay alrededor de 3.000 personas que malviven sin un techo digno. Seg¨²n los datos m¨¢s fiables (o menos enga?osos) de la Red de Atenci¨®n a Personas Sin Hogar, 960 viven en la calle, 933 en centros para personas sin hogar o alojamientos temporales, 700 en viviendas en r¨¦gimen de tenencia insegura y sin pagar alquiler el resto, en viviendas inadecuadas o sobreocupadas. De esto habla Piso Piloto, una exposici¨®n ins¨®lita inaugurada el 3 de junio en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona, que sit¨²a en el terreno de lo posible el derecho a un techo digno al que tantos pol¨ªticos se han referido como una utop¨ªa inalcanzable ¡ªlos m¨¢s honestos¡ª y/o con promesas electorales de soluciones m¨¢gicas ¡ªlos m¨¢s desaprensivos¡ª.
Piso Piloto es un proyecto conjunto, un proceso abierto y colectivo, entre Barcelona y Medell¨ªn, dos ciudades vinculadas por episodios hist¨®ricos que han marcado su trayectoria urbana, social y cultural durante los ¨²ltimos 30 a?os. Por un lado, las complejas relaciones con las capitales de sus respectivos pa¨ªses, Madrid y Bogot¨¢; por otro, el hecho de volver a nacer despu¨¦s de a?os especialmente dif¨ªciles: 40 a?os de dictadura en Espa?a y una guerra sangrienta de los carteles en Colombia abocaron a Barcelona y Medell¨ªn a grandes carencias que todav¨ªa persisten en cuestiones vitales como el derecho a la vivienda y el derecho a la ciudad.
Dos ciudades de acogida ¡ªa menudo poco acogedoras para aquellos que no son ciudadanos normales¡ª que viven la paradoja de muchas urbes contempor¨¢neas: la de tener ser ¡°ciudades sin viviendas y viviendas sin ciudad¡±. Esta frase, pronunciada por David Bravo, uno de los comisarios del proyecto, ilustra el complejo equilibrio entre centro y periferia en ciudades cada vez m¨¢s polic¨¦ntricas, cuyos centros hist¨®ricos se vac¨ªan ¡ª¡°ciudad sin viviendas¡±¡ª de vecinos expulsados por sucesivas transformaciones urban¨ªsticas y por la apropiaci¨®n salvaje del centro por un turismo masificado y mal gestionado, y cuyos nuevos centros perif¨¦ricos no alcanzan a configurar ciudad ¡ª¡±viviendas sin ciudad¡±¡ª.
¡°Todos quisi¨¦ramos vivir en ciudades limpias, seguras, ocupadas equitativamente, con servicios p¨²blicos eficientes, con econom¨ªas saneadas, culturalmente din¨¢micas, sin divisiones sociales de raza, clase o etnia. Pero las ciudades que habitamos no son as¨ª. La ciudad ha perdido el control sobre ella misma y a menudo fracasa por el mal gobierno de sus representantes pol¨ªticos o por fuerzas econ¨®micas que escapan al control local¡±. No es algo nuevo que no se haya o¨ªdo estos ¨²ltimos a?os. El propio Richard Sennett lo dec¨ªa en una de las conferencias organizadas.
En la capital catalana hay alrededor de 3.000 personas que malviven sin un techo digno
Lo que deber¨ªa llamar nuestra atenci¨®n son las consecuencias positivas del mal gobierno: la sociedad toma riendas del asunto. Emergen movimientos sociales cada vez m¨¢s organizados, se fortalecen las asociaciones de vecinos, los ciudadanos optan por esperanzadores planteamientos pol¨ªticos con los cuales recuperar su protagonismo, retomando as¨ª parte de lo que aquella lejana revoluci¨®n francesa les otorg¨®: el ciudadano como sujeto pol¨ªtico con derecho a comprometerse en el devenir de su ciudad y a ejercer su propio juicio cr¨ªtico sobre las incidencias y las transformaciones que proponen los pol¨ªticos.
La exposici¨®n Piso Piloto se?ala las deficiencias del h¨¢bitat en nuestras ciudades. En ella emergen alternativas a la vivienda tradicional que se articulan en nuevos espacios de oportunidad para hacer que ¡°nunca m¨¢s haya gente sin casa y casas sin gente¡±, como dice el arquitecto ?lex Gim¨¦nez, otro de sus comisarios junto con Guillem Aug¨¦, Josep Bohigas, David Bravo, Anna Verg¨¦s y la curator del Museo de Antioquia, Nydia Gutierrez.
Josep Bohigas habla de construir sobre lo existente, explorar nuevas formas de ocupar edificios que, con los a?os, han perdido sus condiciones de habitabilidad. Crear asociaciones de arquitectos de cabecera que, como los m¨¦dicos de anta?o, se desplazan al lugar, cartograf¨ªan los edificios en mal estado, dialogan con sus habitantes, detectan la realidad oculta y trabajan desde el sujeto m¨¢s que desde el objeto.
Hay que crear c¨®digos de deontolog¨ªa urbana y revisar la normativa urban¨ªstica poco flexible y alejada de los problemas urgentes y reales. Llevamos demasiado tiempo anclados en una idea de confort insostenible, vendida en la publicidad de el comercio ¨¢vido y desmesurado de una sociedad hipercomunicada e hiperconsumista. Si no somos capaces de desbloquear esta idea de confort, herencia de una sociedad demasiado aburguesada, tampoco seremos capaces de encontrar alternativas a la vivienda tradicional. Si no somos capaces de arriesgar con nuevas tipolog¨ªas y formas de vida que puedan convivir con las tradicionales no encontraremos la forma de alojar bajo techo a los ciudadanos que engrosan d¨ªa a d¨ªa nuestras ciudades. Si no nos asaltan ideas que nos obliguen a pensar lo que nunca hab¨ªamos pensado, dice la fil¨®sofa Marina Garc¨¦s, no seremos capaces de evolucionar hacia un mundo mejor.
Piso Piloto es un primer intento de deshacernos de este lastre y empezar a desmarcarse de lo que se ha hecho hasta hoy por norma o por costumbre. Rosa Pera, comisaria de la exposici¨®n Fora de Lloc, que todav¨ªa se puede visitar en el DHUB de Barcelona, lo explica con especial contundencia: ¡°¡hay que frecuentar los espacios de aquello que es impropio. Sea por ajeno o por contrario a convencionalismos asumidos, los espacios abiertos a todo aquello que no se considera propio ni apropiado por los protocolos, pueden ser grietas por donde escabullirse y explorar f¨®rmulas nuevas¡±. Piso Piloto y Fora de Lloc: dos exposiciones que se complementan y que nos acercan a otras realidades posibles.
Beth Gal¨ª es arquitecta
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