Una izquierda acomplejada
La portavoz de Ciudadanos en las Cortes, Carolina Punset, pide a los socialistas que abandonen su complicidad con el nacionalismo
Hoy es la fiesta de todos los valencianos. Hago lo que todos los d¨ªas: me levanto y alzo la vista al horizonte. M¨¢s de veinte a?os haciendo lo mismo. Y sin embargo, a¨²n me perturba a diario la belleza del Mediterr¨¢neo y de la huerta valenciana. Como hoy es un d¨ªa especial, me siento y cierro los ojos. Es un viejo reflejo de infancia, como cuando pasa una estrella fugaz, siempre pido un deseo. Hoy lo hago pensando en mis conciudadanos y como soy una adicta a la pol¨ªtica, lanzo un deseo pol¨ªtico: ¡°Por favor, que la izquierda vuelva en s¨ª¡±.
En la vida parlamentaria hace falta de todo. Una buena mezcla de especias le da sabor a cualquier salsa. El monocultivo de una sola ideolog¨ªa es tan soso como la merluza al vapor que te dan en el hospital. Termina uno por morirse de hambre con tal de no comerse algo que no sabe a nada. Derechas, izquierdas, centro¡ Siempre he pensado que la combinaci¨®n de todos contribuye al equilibrio. As¨ª, nadie se lleva el gato al agua y los resultados son leyes m¨¢s integradoras y equilibradas.
Por eso me da rabia no ver a los socialistas. Estar, est¨¢n. Ah¨ª los veo en Les Corts, ocupando unos cuantos esca?os, pero andan embarrados con los nacionalismos. El proyecto com¨²n de una Espa?a diversa pero unida a algunos les suena muy facha, y para nadie es agradable ser tildado de facha. Ahora nos salta el president Puig con que Catalu?a debe ser reconocida como naci¨®n. Le ha comprado el discurso al nacionalismo catal¨¢n m¨¢s rancio y reaccionario. Tambi¨¦n reclama que se reconozcan los hechos diferenciales. Me gustar¨ªa que me explicara si los castellers se encumbran a escondidas, o si la sardana solo la pueden bailar en la intimidad. No me consta obstaculizaci¨®n alguna a ninguna manifestaci¨®n cultural o ling¨¹¨ªstica en esa comunidad, m¨¢s bien al contrario, se intenta excluir al espa?ol a toda costa de cualquier ¨¢mbito p¨²blico y oficial.
Aqu¨ª en nuestra Comunidad, el president insiste en gobernar con los nacionalistas de Comprom¨ªs. Esa complicidad de los socialistas con el nacionalismo ya la conocemos y sabemos que ha sido siempre su tumba. Lo fue en Catalu?a, ya que ha llevado al PSC a sus cotas m¨¢s bajas de popularidad, y lo ser¨¢ en la Comunidad Valenciana si insisten en ello.
Una cosa son los dirigentes de los partidos, y otra muy distinta, sus votantes. Los votantes de partidos tradicionales de izquierdas nunca han perdido el norte. Internacionalismo, igualdad y solidaridad. Nada hay m¨¢s alejado de eso que el localismo, los hechos diferenciales y el ego¨ªsmo que conllevan los partidos nacionalistas. Por eso, y porque queremos variedad, suspiramos porque un d¨ªa vuelvan en s¨ª. Si lo hacen, si un d¨ªa se sacuden los complejos de encima, igual se les puede volver a votar. Mientras tanto, y llevan ya unas cuantas d¨¦cadas, su connivencia y comprensi¨®n con la insolidaridad nacionalista les deslegitima para creer que sus postulados son mejores que los de la derecha.
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