La esperanza de un festival de barrio
Ferm¨ªn Muguruza y Manu Chao brillaron en el festival Esperanzah en El Prat
Dios los cr¨ªa......y el Esperanzah los junta. Y esta vez haciendo casi pleno, pues la fiesta reuni¨® entre otros a Amparo S¨¢nchez, Joan Garriga, Ferm¨ªn Muguruza y Manu Chao, la cr¨¨me de la cr¨¨me de la consigna solidaria, en especial los dos ¨²ltimos. En El Prat tuvo lugar el milagrito, en un parque tomado por una multitud que no se intimid¨® ni por la humedad, ni por el fresco, ni por las colas ni por un sonido que bien podr¨ªa haber sido m¨¢s potente. Cuando hay ganas de estar se est¨¢ sean cuales sean las circunstancias, y debe quedar claro que el p¨²blico de este perfil de festivales altermundistas es, pese a lo que la distancia y t¨®picos puedan dibujar, entregado, educado, divertido y comprensivo. La asistencia que cualquier promotor de conciertos podr¨ªa desear. Ante ellos la m¨²sica hizo volar el estado de ¨¢nimo en una noche redonda.
Podr¨ªa haberlo sido m¨¢s, pues la gesti¨®n de las medidas implementadas en favor de la ecolog¨ªa y la eliminaci¨®n de residuos en forma de vasos abandonados, pudo hacerse manifiestamente mejor. La falta de suficientes puntos de venta de la moneda oficial, el Coop con la imagen de V¨ªctor Jara, su ubicaci¨®n y el sistema de retorno del vaso reciclable, ¨¦ste adem¨¢s de con Jara con Joe Strummer y Ovidi Montllor como efigies, no s¨®lo gener¨® colas, sino que ¨¦stas evitaron que el propio festival aumentase la facturaci¨®n de sus barras. Pero no pasar¨¢ el Esperanzah a la historia por este detalle, sino por una noche, otra m¨¢s, de m¨²sica popular bailable para aquellos que la ven nacer, precisamente las clases populares. Y eso se not¨® hasta en un detalle si se quiere banal: una txapela arrojada al escenario mientras actuaba Ferm¨ªn Muguruza fue devuelta tras su uso por ¨¦ste, sabedor de lo que una txapela cuesta. Un detalle que muestra hasta qu¨¦ punto el artista conoce el pa?o que maneja.
Pese a los buenos conciertos de Amparo y La Troba Kung F¨², que tuvieron que levantar una audiencia que comenz¨® siendo escasa y, para m¨¢s dificultades, con su formaci¨®n reducida a cuarteto, la palma se la llevaron Ferm¨ªn y Manu. El primero toc¨® con una banda japonesa como grupo, Tex And The Sun Flowers Seeds, quienes como buenos japoneses tocaron como si de Ataun fuesen. Si los bilba¨ªnos nacen donde les da la gana, los japoneses pueden parecer lo que quieran, incluso vascos. Ferm¨ªn hizo brotar la lagrimita recordando gemas de su repertorio tanto en solitario como con Negu Gorriak o Kortatu, entre las que destac¨® La l¨ªnea del frente y Hay algo aqu¨ª que va mal, versi¨®n de The Specials grabada por Kortatu, que Ferm¨ªn dijo no interpretaba desde hac¨ªa 25 a?os. Por cierto, su banda japonesa de acompa?amiento toc¨® impecablemente un tema que hab¨ªan comenzado a ensayar..... la v¨ªspera.
Y luego lo de Manu fue de nuevo una nueva y aplastante muestra de vitalidad y energ¨ªa. Verle tieso, con los brazos enhiestos, la musculatura tensa y el gesto airado enmarcado por una gorra es todo un espect¨¢culo, multiplicado por los miles de personas que le segu¨ªan y, como ¨¦l, gritaban "uaio.....uaio..o..o". Con su batidora a plenas revoluciones y la banda ampliada con metales y percusi¨®n, sus dos horas y media largas de actuaci¨®n fueron un torbellino, una macedonia de ska, reggae, rumba, rock y fuego salpimentada con sus habituales latiguillos (?que pas¨®, que pas¨®!,?qu¨¦ pasa por la calle!) que licu¨® la humedad en las hierbas. De hecho, lo que Manu hace en directo es algo as¨ª como una sola canci¨®n con m¨²ltiples caras, las caras de todos y cada uno de los espectadores que cantaron a la esperanza en un festival de barrio.
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