Algo m¨¢s que una fachada
La Casa de les Punxes de Puig i Cadafalch, que se abrir¨¢ al p¨²blico en verano, esconde sorpresas arquitect¨®nicas
Es uno de los edificios m¨¢s singulares de la Barcelona modernista, pero la Casa de las Punxes, nombre popular de la Casa Terradas, que construy¨® Josep Puig i Cadafalch entre 1903 y 1906, es una gran desconocida. No hay estudios que permitan entender la exuberante fachada llena de s¨ªmbolos y alusiones a sus propietarias, las hermanas Terradas, para quien las construy¨® uno de los arquitectos m¨¢s destacados de su momento. Por suerte, su pr¨®xima apertura al p¨²blico, antes del pr¨®ximo verano, permitir¨¢ conocer los detalles decorativos y los avances arquitect¨®nicos que Puig aport¨® con esta enorme y c¨¦ntrica obra.
La apertura de la Casa de las Punxes har¨¢ visitables unos quinientos metros en la planta baja, donde se instalar¨¢ una librer¨ªa y una cafeter¨ªa; otros quinientos en el piso noble del n¨²mero 420 de la Diagonal, y la azotea completa, donde el arquitecto situ¨®, adem¨¢s de las seis enormes torres medievales que dan el caracter¨ªstico aspecto al edificio, 10 carboneras y tres casetas para los porteros, todas acabadas con tejados triangulares. La empresa Texna, propietaria del edificio, tiene un plan estrat¨¦gico desde 2013 para conseguir ¡°el posicionamiento tur¨ªstico¡± de esta vivienda. ¡°No hay ning¨²n espacio en Barcelona que explique a Puig i Cadafalch como arquitecto y pol¨ªtico, porque Gaud¨ª se lo come todo. Tampoco el significado y simbolismo de esta casa. Estas pueden ser las l¨ªneas tem¨¢ticas que se expliquen durante la visita¡±, asegura Eudald Tomasa, director general de Grup Transversal, la empresa que ha realizado montajes de m¨²sica, im¨¢genes y luz que explican La Pedrera, Mon Sant Benet o Sant Climent de Ta¨¹ll, entre otros y que est¨¢ elaborando el proyecto museogr¨¢fico.
En la planta baja, los operarios, dirigidos por el arquitecto Jaume Falguera, llevan meses tirando falsos techos y paredes levantadas durante sucesivas reformas. Ya puede verse una de las primeras sorpresas que esconde esta casa. Mucho se ha hablado de la soluci¨®n de Antoni Gaud¨ª al eliminar los muros de carga y sustituirlos por columnas en La Pedrera (1906-1910) creando espacios di¨¢fanos. Pero Puig i Cadafalch realiz¨® antes en esta vivienda esa innovaci¨®n, tal y como puede verse: unas enormes columnas y j¨¢cenas de hierro fundido parecen aguantar el edificio ellas solas. ¡°Lo que pasa es que Gaud¨ª siempre lo lleva todo m¨¢s all¨¢ y consigui¨® el primer muro cortina¡±, explica Falguera.
¡°No hay duda que Gaud¨ª vio los trabajos de construcci¨®n de esta casa, porque iba caminando a todos sitios y en ese momento constru¨ªa la Casa Batll¨® y la Sagrada Familia. Adem¨¢s, Gaud¨ª y Puig trabajaron juntos en el caf¨¦ Torino en 1902. Los dos segu¨ªan muy de cerca los trabajos del otro¡±, asegura la historiadora del arte Isabel Artigas, autora de un estudio hist¨®rico de la casa Terradas.
Artigas asegura que Puig rompi¨® con las normas establecidas al construir las tres viviendas para las hermanas Terradas Brutau en el solar triangular que la familia hab¨ªa comprado en esta zona de nueva urbanizaci¨®n, en el l¨ªmite de la Villa de Gr¨¤cia. Con aspecto de castillo a lo Violet-le duc, con seis esquinas, coincidiendo con las intersecciones de las tres calles, Puig levant¨® tres viviendas ¡°personalizadas¡± para cada una de ellas, algo que da sentido a los s¨ªmbolos de la fachada. Para Rosa utiliz¨® decoraciones con esta flor; para ?ngela hizo un ¨¢ngel en el mosaico exterior y emple¨® el tr¨¦bol como elemento floral, y para Josefa, la vivienda central, ¡°la ¨²nica de las tres que se cas¨®, compuso el mural mosaico con un Sant Jordi para ella y su marido, el doctor Par¨¦s, que tuvo una gran vida social a diferencia de sus cu?adas, que destacaron por su religiosidad¡±.
Un Sant Jordi independentista
Entre las sorpresas que depara la observaci¨®n detenida de la fachada de este edificio est¨¢ descubrir la representaci¨®n de un Sant Jordi independentista al que se le pide en su divisa: Sant Patr¨® de Catalunya, torneunos la llibertat, una representaci¨®n parlante que, por estar situado en la parte posterior del edificio, se salv¨® de ser eliminado durante el franquismo. "Incluso sobrevivi¨® a la presencia de una comisar¨ªa de polic¨ªa situada justo en la acera de enfrente", recuerdan Artigas y Falguera.
Esta zona de la casa guarda una ¨²ltima sorpresa: la representaci¨®n, en el marco del plaf¨®n del Sant Jordi, de un retrato del propio Puig i Cadafalch con gafas redondas, entradas importantes en el cabello y labios carnosos. "En la casa Amatller retrat¨® al due?o de la casa y sus aficiones, pero aqu¨ª es en el ¨²nico sitio donde firm¨® su obra, pese a los problemas y las cr¨ªticas que tuvo por su edificio, tal y como recogieron los peri¨®dicos en su momento", remarca Artigas.
Ser¨¢ por eso, que a diferencia de otros interiores modernistas de la alta burgues¨ªa barcelonesa, estos ¡°destacan por su sobriedad, con pocos detalles, m¨¢s all¨¢ de los techos pintados y algunas vidrieras¡±, apunta Falguera.¡°Esta familia no eran los Batll¨® ni los G¨¹ell¡±, remarca Artigas.
Poco lujo interior, pero si avances tecnol¨®gicos arriesgados, como el que adopt¨® Puig en las estructuras met¨¢licas que sostienen las torres, las punxes. En la m¨¢s grande, la de Diagonal con Rossell¨®, ¡°los forjados cuelgan mediante tirantes met¨¢licos que trabajan a tracci¨®n y transmiten las cargas de todo el peso a las paredes circulares perimetrales¡±, explica Falguera. Una obra de ingenier¨ªa que se convertir¨¢, sin duda, en la estrella de la nueva visita.
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