Perplejidad y frustraci¨®n

Estoy decepcionada, triste, frustrada y cabreada¡± dec¨ªa una compa?era de trabajo sobre la situaci¨®n actual del proc¨¦s. Esta sensaci¨®n la tengo yo, y otras muchas personas, desde que los nacionalsoberanistas ¡ªtanto pol¨ªticos como ciudadan¨ªa¡ª, empezaron esa huida colectiva hacia la frustraci¨®n hace ya tres a?os. Lo llaman desconexi¨®n y significa llevar al pa¨ªs a un encharcamiento pol¨ªtico y social, del que es muy dif¨ªcil salir impoluto.

Por un lado tenemos un Gobierno en funciones que sigue tomando decisiones importantes, como la de licitar el servicio de terapias respiratorias a domicilio, para toda Catalu?a, por un valor de 450 millones de euros y 10 a?os de duraci¨®n. Por otro, los casos de corrupci¨®n de miembros de CDC que aumentan en cantidad y calidad mafiosa, haciendo de este pa¨ªs una suerte de meca del latrocinio.

Mientras tanto, este Gobierno, en funciones, contin¨²a con su pose victimista. El ¨²ltimo acto lo ha representado en relaci¨®n al control del dinero prestado por el Gobierno central al catal¨¢n. El seguimiento, control y posibles sanciones por incumplimiento del uso de estos fondos est¨¢n regulados por la Ley Org¨¢nica 2/2012 de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, aprobada con los votos de CiU.

El cinismo del Gobierno de Mas no tiene l¨ªmites al quejarse de una ley que los suyos promocionaron, conjuntamente con todos los representantes de la rancia derecha del Congreso (PP, UPD, UPN y CiU) con la finalidad de pagar primero la deuda y si quedaba algo, destinarlo a pol¨ªticas sociales. Hay que destacar la actitud chulesca de Montoro y el PP que aporta un plus al drama representado por el Govern.

Lo cierto es que la Generalitat tiene una deuda de 72.758 millones de euros, de los cuales 26.615 millones se generaron con el Gobierno de izquierdas a lo largo de siete a?os y 30.418 con los (des)gobiernos de Mas en solo cuatro a?os y medio. Es decir, la deuda del Gobierno tripartito se increment¨® en 317 millones de euros mensuales y durante el ¨²ltimo Gobierno de CiU en 724 millones de euros y sin hacer nada. Peor es imposible.

Desde hace m¨¢s de dos meses, la lista ganadora de Junts pel S¨ª negocia con los anticapitalistas de la CUP para formar un gobierno de desconexi¨®n en 18 meses. Este proceso de negociaci¨®n ha alcanzado unas cotas de rid¨ªculo espectacular: con tal de mantener la presidencia, Artur Mas es capaz de hacer cualquier propuesta. La semana pasada, supongo que adelant¨¢ndose al consumista Black Friday, lanz¨® una oferta de tres por uno, siendo Mas el uno y tres los paladines dispuestos a seguir la aventura. La CUP decide, en asamblea (cerrada a los periodistas), no apoyar a Mas. Es que no puede ser de otra manera, es imposible que la CUP apoye a ning¨²n miembro de JxS porque en mayor o menor medida todos han participado en los presupuestos m¨¢s salvajes en contra de los trabajadores y del Estado del Bienestar en los dos ¨²ltimos a?os. Como muestra un bot¨®n: en este mismo peri¨®dico el responsable de ERC, Oriol Junqueras, afirmaba: ¡°En temas sociales estamos cerca de la CUP y en lo econ¨®mico, de CDC¡±. Unos y otros est¨¢n sobrepasados.

Ante esta situaci¨®n parte de la ciudadan¨ªa est¨¢ perpleja, callada, a la espera de algo que se sabe imposible y adopta una postura de resignaci¨®n in¨²til y t¨®xica. Cada d¨ªa que pasa la tensi¨®n social sube, la frustraci¨®n avanza y el cachondeo nacional e internacional hacia Catalu?a retumba en todas las esquinas. Hay que poner fin a esta fabulaci¨®n ut¨®pica, a esa creaci¨®n de una historia colectiva basada en la ilusi¨®n y la fantas¨ªa, lejos de la realidad cotidiana.

Hay que decir basta y volver a la realidad. Veamos: ha quedado demostrado que con los votos obtenidos en las pasadas elecciones auton¨®micas no es posible la ruta propuesta por los nacionalsoberanistas. Por otra parte, la CUP y JxS son incompatibles ideol¨®gica y socialmente. As¨ª pues, no puede haber un acuerdo, estable, que pueda durar m¨¢s de dos d¨ªas. Ante esta situaci¨®n no queda otra salida que no sea la convocatoria de nuevas elecciones en marzo, con una propuesta de m¨ªnimos en la cuesti¨®n nacional: la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum legal y vinculante para decidir la relaci¨®n de Catalu?a con Espa?a. Esta propuesta tiene el apoyo de un 78,8% de los catalanes en una encuesta publicada este fin de semana. Y yo a?ado un deseo: que las izquierdas ganen las elecciones del 20-D.

Joan Boada Masoliver es profesor de historia