Ojo con el cartelista
Una lectura ir¨®nica (o realista) de la propaganda electoral que cuelga de farolas, viaja en autobuses o se asoma desde las paredes
D¨ªa de la Pur¨ªsima, festivo no recuperable. Bares cerrados y cartelones en las farolas con las caras de B¨¦lmez de un r¨¦gimen que viene de ultratumba, es decir de la tumba de un ultra. Democr¨¤cia i Llibertat, eso es lo que anuncia Artur Mas en una fotograf¨ªa en primer plano dreyeriano (¨¦poca Juana de Arco). No se ha afeitado y desde su ment¨®n prominente los ca?ones de la barba apuntan a una ciudad, a un hombre sitiado. Pero a quien sale clavado en esta foto el President sin investidura es al ¨²ltimo Rodrigo Rato: esa fragilidad canalla de sombra de calabozo. En realidad, el que se presenta es Francesc Homs y aparece en los carteles igualmente sin afeitar, con el mismo exhibicionismo de malo de teleserie. Han impreso la palabra ¡°impossible¡±, pero le han tachado como con boli el prefijo negativo. Y con el mismo bol¨ªgrafo han puesto debajo su firma. Es el cartel de alguien que se arrepiente. O que se camufla.
Carme Chac¨®n, ¡°camisa blanca de mi esperanza¡±, pero tambi¨¦n camisa blanca de Pedro S¨¢nchez. Todo es blanco, hasta la luz difusa que entra por la ventana, en este cartel del PSC. Es como un hospital a primera hora cuando pasan cambiando las camas. La ex ministra sonr¨ªe como si nunca hubiera sido ministra, la media melena ladeada para echar todo eso a un lado. ¡°Som la soluci¨®¡±, anuncia. Exactamente lo mismo que Duran i Lleida: ¡°Solucions!¡± Pero m¨¢s que soluciones, ¨²ltimamente lo que estamos viendo son disoluciones. De modo verbal, el PSC coincide con el cartel de ERC, que anuncia: ¡°Som rep¨²blica¡±. Ya hab¨ªan coincidido antes en el tripartito siendo cada uno una cosa diferente. Pero ahora resulta que en ERC no se llaman republicanos sino rep¨²blica como Plat¨®n. La grandeur emocional. En las fotos, Gabriel Rufi¨¢n se parece un mont¨®n a Miguel Poveda, pero tienen cantes diferentes. El logo electoral del PP (el 20-D con el emblema del partido dentro del cero) recuerda una tablilla jerogl¨ªfica tumbada. La maldici¨®n de la momia de hace 40 siglos. Lo que vende Albert Rivera es ¡°ilusi¨®n¡±, que rima con soluci¨®n y con lo que haga falta. Pero de ilusi¨®n tambi¨¦n se vive (se vive de todo, menos del salario m¨ªnimo). Y en Com¨² Podem escriben inclinado hacia arriba en se?al de optimismo y rebeld¨ªa. Anuncian que ¡°el canvi no s'atura¡±, como si ya hubiera empezado.
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