El ilustrador de la elegancia
El MNAC revisa en una antol¨®gica la obra de Xavier Gos¨¦, uno de los grandes cronistas del Par¨ªs de la ¡®belle ¨¦poque¡¯
Xavier Gos¨¦ fue, con sus ilustraciones para revistas y publicaciones, uno de los cronistas de la modernidad que se viv¨ªa en el Par¨ªs de la belle ¨¦poque a comienzos del siglo XX; llegando a ser uno de los artistas catalanes m¨¢s internacionales del momento. Sus obras mostraban las tendencias de moda del momento. Sus ilustraciones son, sobre todo, damas afectadas de la alta burgues¨ªa, que lucen modelos de la alta costura con cierta indolencia. Tras morir en 1915 su trabajo cay¨® pr¨¢cticamente en el olvido. Para remediarlo el Museo Nacional de Arte de Catalu?a, MNAC, ha organizado la exposici¨®n Xavier Gos¨¦. Ilustrador de la modernidad, en la que ha reunido 300 obras, entre pinturas, dibujos, revistas e ilustraciones, la mayor parte de su trabajo conocido, al tiempo que presenta trabajos in¨¦ditos que ampl¨ªan la visi¨®n sobre la trayectoria de este artista que naci¨® en 1876 en Alcal¨¢ de Henares y falleci¨® en Lleida en 1915, con 39 a?os, enfermo de tuberculosis.
Barcelona y Par¨ªs son las dos ciudades que conforman el universo est¨¦tico de este dibujante e ilustrador de moda. En Barcelona se relacion¨® con artistas como Torres Garc¨ªa, Nonell, Mir o Sunyer y, como estos artistas reflej¨® en las obras que realiz¨® para revistas como L¡¯Esquella de la Torratxa o Barcelona C¨®mica, la otra cara de la Barcelona modernista, la de los suburbios. En 1899 expuso por primera vez, con gran ¨¦xito de p¨²blico y cr¨ªtica, en Els Quatre Gats, lugar donde coincid¨ªa con otros artistas del momento, ¡°aunque se manten¨ªa en un segundo plano¡±, explic¨® Mari¨¢ngels Fondevila, conservadora del MNAC y comisaria de la muestra junto con Jes¨²s Navarro, director del Museo de Arte Jaume Morera de Lleida, centro que conserva m¨¢s obras de este artista.
Como muchos de los artistas de su ¨¦poca, se instal¨® en Par¨ªs. Fue en 1900 atra¨ªdo por el esplendor que se viv¨ªa en estos momentos en la ciudad. Tras unos comienzos dif¨ªciles, ¡°en los que se alimentaba poco y mal¡±, Gos¨¦ comenz¨® a trabajar en las principales publicaciones de la ciudad como La Rieres, Cocorico, La Vie Parisienne o Le T¨¦moin, reflejando la vida de los bares, los caf¨¦s y los cabarets de esta ciudad, y en general el universo de dandis de Montparnasse. Su entrada en el mundo de la moda era cosa de tiempo. En 1905, Ignacio Zuloaga le encarg¨® el vestuario de la ¨®pera Pepita Jim¨¦nez de Isaac Alb¨¦niz que le abri¨® el camino a trabajar para las grandes marcas de la alta costura como Poiret, Worth o Redfern, entre otras, popularizando la figura de la parisienne, adem¨¢s de colaborar con revistas internacionales de moda como las alemanas Simplicissimus y Jugend, alcanzando un nivel econ¨®mico desahogado.
Gos¨¦ no rompi¨® su relaci¨®n con Catalu?a. En 1903 expuso en la Sala Par¨¦s y en 1911 en las galer¨ªas Dalmau, pese a que fue criticado por apartarse del noucentisme vigente. Navarro, orgulloso de traer a Barcelona uno de los autores mejor representado en su museo, explic¨® que la gran asignatura pendiente con ¨¦l es ahora exponerlo en Par¨ªs. ¡°Seguro que saldr¨ªan nuevas obras que est¨¢n en manos de coleccionistas franceses¡±, remach¨®.
Rompiendo el canon catal¨¢n
En el canon del arte catal¨¢n no hab¨ªa lugar para artistas como el orientalista Josep Tapir¨®, Carles Casagemas, el amigo suicida de Picasso o el fot¨®grafo Gabriel Casas. Tampoco para este dibujante de moda, que tras fallecer de forma prematura ha acabado diluy¨¦ndose. Desde que Pepe Serra dirige el MNAC en 2011, el museo se ha empe?ado en sacar del olvido a autores marginados. Ahora, le llega el turno a Gos¨¦ y seg¨²n explic¨® Serra en la presentaci¨®n de su exposici¨®n que ha costado 141.000 euros, se est¨¢n preparando otras para reivindicar a artistas malditos como Pere Torn¨¦ Esquius, el pintor de los interiores misteriosos y Llu?sa Vidal, la ¨²nica pintora modernista que vivi¨® de su pintura.
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