Trampas fotogr¨¢ficas
Joan Fontcuberta, premio Nacional de Fotograf¨ªa y de Ensayo, presenta una retrospectiva en la sala Canal Isabel II
Joan Fontcuberta es un tramposo. Uno que nos ense?a a detectar las trampas que hay en las im¨¢genes que nos rodean. ¡°Mi trabajo tiene este horizonte: que la gente no solo vea lo que representan las im¨¢genes, sino tambi¨¦n lo que no representan¡±, dice el fot¨®grafo. ¡°Las im¨¢genes son trampas y mi trabajo tiene que ver con la trampa imposible de evitar que hay en toda fotograf¨ªa¡±.
Desde hoy hasta el 27 de marzo pueden verse algunos de los artificios, ficciones y trampantojos conceptuales que han trufado su carrera dentro de la muestra Imago, ergo sum (Imagen, luego existo, trasunto del pienso, luego existo cartesiano) en la sala Canal Isabel II de la Comunidad de Madrid. ¡°Lo importante es que al salir tengamos mecanismos de reacci¨®n ante las im¨¢genes a las que nos enfrentamos en la vida, ya sea en anuncios, pasquines o propaganda electoral¡±, dice el artista.
Se re¨²ne nueve series realizadas entre 1984 y 2014
La exposici¨®n re¨²ne nueve series realizadas entre 1984 y 2014 y supone, seg¨²n el comisario, Sema D¡¯Acosta, ¡°la muestra m¨¢s ambiciosa de Fontcuberta realizada en Madrid hasta la fecha. Aqu¨ª la tesis fundamental es interpretar a Fontcuberta no como un creador de im¨¢genes sino como un artista conceptual, que cuestiona continuamente los l¨ªmites de la fotograf¨ªa¡±.
El enga?o al ojo, el humor y la perplejidad son hilos que se siguen por toda la obra. Por ejemplo, en Herbarium (1982) el fot¨®grafo realiza fotos a supuestas plantas, a modo de ilustraciones bot¨¢nicas, que en realidad est¨¢n fabricadas con desechos industriales. La naturaleza hab¨ªa pasado de ser inspiraci¨®n a creencia. En Milagros & Co (2000) la diana se pone en el fervor religioso y el fanatismo espiritual. Aqu¨ª el propio autor se autorretrata como un sant¨®n que realiza milagros como arder en fuegos fatuos, invocar rayos o tener el don de la ubicuidad. Otros de los papeles que toma Fontcuberta son el de un colaborador de Osama Bin Laden, en Deconstructing Osama (2007), o el de un astronauta ruso perdido en el espacio en extra?as circunstancias, en la serie Sputnik (1997). Como apunta Josep Ramoneda en el cat¨¢logo, siguiendo a Ballard, la ficci¨®n ya no est¨¢ dentro de nuestras cabezas, sino ah¨ª fuera, donde antes estaba muy quieta la realidad. ¡°Son historias que ponen a prueba la credulidad del espectador y la carga carism¨¢tica de las im¨¢genes¡±, explica.
Hay dos muestras sat¨¦lite infiltradas
Para rizar el rizo, adem¨¢s de las siete series que se muestran, hay dos muestras sat¨¦lite infiltradas en el Museo Nacional de Antropolog¨ªa y en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Al visitante le costar¨¢ discernir si las sirenas de la serie hom¨®nima (2000) son parte de la colecci¨®n del primero de estos museos o una gran broma camuflada. Lo mismo ocurrir¨¢ con la Fauna secreta (1989) que estar¨¢ retratada en el segundo.
Fontcuberta, que ha sido premio Nacional de Fotograf¨ªa, premio Nacional de Ensayo y premio Hasselblad, es tambi¨¦n uno de los abanderados de la llamada posfotograf¨ªa. Adem¨¢s, ahora que vivimos una ¨¦poca en la que el fotolibro experimenta un aplaudido boom en Espa?a, hay que reconocer al artista que sea tambi¨¦n uno de los pioneros del g¨¦nero. De hecho, en la exposici¨®n, adem¨¢s de im¨¢genes e instalaciones, tambi¨¦n se muestran los fotolibros de cada serie, a los que el fot¨®grafo presta especial cuidado.
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