En estado de gracia
La compa?¨ªa Bar¨® d'Evel, que incluye caballos y p¨¢jaros, entusiasma en su carpa en el Mercat de les Flors de Barcelona
?Qu¨¦ maravilla! Todos en estado de gracia: los ocho magn¨ªficos int¨¦rpretes pero tambi¨¦n los dos caballos y los cinco p¨¢jaros ¡ªlos cuatro periquitos y el inteligent¨ªsimo, asombroso, cuervo p¨ªo (blanquinegro)¡ª de B¨¨sties,el espect¨¢culo que la compa?¨ªa Bar¨® d'Evel Cirk representa en su carpa instalada junto al Mercat de les Flors, de cuya programaci¨®n forman parte y del que son compa?¨ªa asociada.
No es corriente que una noche cualquiera, pasado ya el estreno, un espect¨¢culo llene hasta la bandera y el p¨²blico acabe puesto en pie ovacionando a los actores. Es lo que sucedi¨® el martes bajo el chapitel de los Bar¨® d'Evel, que brindan una hora y media de inmensas poes¨ªa y belleza, una aventura esc¨¦nica sencillamente inconmensurable que te deja embriagado de im¨¢genes y sensaciones. Estampas como la del caballo estirado dormido en medio de la pista, la chica llorando porque no se atreve a bajar desde su atalaya, el cuervo entrando volando solo en escena, los dos jinetes enmascarados o el maduro actor (Piero Steiner) que se pone a bailar inesperadamente con una entrega digna de la famosa escena de Claire Denis al final de Beau Travail, permanecen imborrables en la cabeza.
Es B¨¨sties un espect¨¢culo redondo que a uno le recuerda experiencias tan sensacionales e inolvidables como aquellos Troubadours de Pierre Constant y el Centre Dramatique de la Courneuve, presentados en el Sal¨® Diana en 1977, o el Ok! Boss de los Motusse Paillase en la Casa de la Caritat en el Grec del 86.
El espect¨¢culo es un compendio de escenas hilvanadas por los personajes y en buena medida sus animales. Hay sorpresa, misterio, acrobacia, danza, doma, m¨²sica, payasadas y sobre todo un lirismo que lo impregna todo desde la entrada, en la que te hacen recorrer el anillo exterior de la carpa convertido en un laberinto de tela cubierto de pinturas y sombras inquietantes.
Como en las grandes obras, en B¨¨sties pasas sin casi soluci¨®n de continuidad del humor y la risa a la melancol¨ªa o a una suave tristeza, de la ternura a la iron¨ªa e incluso la crueldad. Tambi¨¦n al sobresalto: no las tienes todas contigo cuando un caballo trota sin jinete al alcance de la mano o cuando se los oye galopar a los dos, Bonito y Shengo, alrededor fuera de nuestra vista. Se ve asimismo a m¨¢s de un espectador agacharse al paso alado del cuervo.
Todos, dec¨ªa, est¨¢n formidables: la grand¨ªsima bailarina Lali Ayguad¨¦, la tan divertida como espl¨¦ndida y elegante artista circense No?mie Bouissou ¡ªgenial con los periquitos ¡ª, los dos acr¨®batas y m¨²sicos Mart¨ª Soler Gimbernat y Julian Sicard, y por supuesto la pareja directora del asunto, Camille Decourtye, domadora de los caballos y acr¨®bata (?ese mortal sobre el apoyo de las manos de sus compa?eros!) y Bla? Mateu Trias, en el delicioso papel de fornido pero ingenuo chef de piste. Sin olvidar a la ni?a Ta?s Mateu Decourtye, cuyas apariciones est¨¢n llenas de magia, encanto y (perdonen por repetir tanto la palabra: no hay otra) poes¨ªa.
El boca a boca ha corrido como la p¨®lvora desde que B¨¨sties ¡ªestrenado en Lyon en junio¡ª recal¨® en Temporada Alta el pasado noviembre, y la compa?¨ªa catalanofrancesa, que arranc¨® en el Mercat el pasado d¨ªa 11 ha colgado el cartel de "completo" en su carpa para todas las funciones (acaban el domingo). Est¨¢ previsto que, dado el ¨¦xito, regresen. Compromisos y el natural cansancio de una entrega sin l¨ªmites a su arte impiden que sea ya. Pero, por favor, ?que vuelvan! Todos: los actores, los caballos, el cuervo y los periquitos. Necesitamos como el aire que respiramos cosas as¨ª.
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