Comedia sin tragedia de la clase media
'Absurds i singulars' se representa en el teatro Borr¨¤s de Barcelona
En el camino hacia el ¨¦xito Absurd person singularperdi¨® media hora de texto, abandon¨® el sal¨®n para instalarse en la cocina y transform¨® a la pareja formada por Dick y Lottie Potter en un incordio invisible. Tras la segunda noche en el Library Theatre de Scarborough ya hab¨ªa adquirido su forma definitiva para convertirse en uno de los t¨ªtulos de referencia de las tragicomedias de Alan Ayckbourn. Un an¨¢lisis implacable de las miserias subterr¨¢neas de la clase media brit¨¢nica y aquellos que aspiran a subir, como m¨ªnimo, un pelda?o social m¨¢s, emulando con rid¨ªcula obstinaci¨®n rituales, modas y convenciones aristocr¨¢ticas. El alma, la laca y la vajilla floreada de Mildred Roper.
ABSURDS I SINGULARS
De Alan Ayckbourn. Direcci¨®n: Joan Peris. Int¨¦rpretes: Eduard Farelo, Maria Lanau, Llu?sa Mallol, Marta Mill¨¤, Pere Ponce y Toni Sevilla. Traducci¨®n: Llu?sa Mallol. Teatre Borr¨¤s, Barcelona, 10 de diciembre.
La funci¨®n dirigida por Joan Peris ¡ªcon la estimable colaboraci¨®n del vestuario vintage de Antonio Belart¡ª juega al viaje en la m¨¢quina del tiempo. A?os setenta, Margaret Thatcher al acecho, lista para imponer su revoluci¨®n neoliberal. En Sidney Hopcroft (Eduard Farelo) tiene un seguidor aventajado. Un peque?o promotor inmobiliario que en tres Navidades se convertir¨¢ en gran empresario mientras sus futuros y exitosos compa?eros de negocios se encaminan al declive: el banquero sin escr¨²pulos Ronald Brewster-Wright (Toni Sevilla) y el arquitecto con s¨ªndrome de Casanova Geoffrey Jackson (Pere Ponce). Y sus respectivas esposas: la neur¨®tica Jane (Llu?sa Mallol), la alcoh¨®lica Marion (Maria Lanau) y la depresiva-agresiva Eva (Marta Mill¨¤).
La fea humanidad en seis personajes que para Peris son ante todo instrumentos de comedia. La tragedia le interesa menos, casi nada. La desaforada est¨¦tica setentera ¡ªcon exageraci¨®n kitsch¡ª es la base sobre la que ha levantado su vodevil.
Despu¨¦s llega el autor y le estropea su insensibilidad por el matiz tr¨¢gico, dej¨¢ndole desamparado cuando la obra se despoja de los ¨²ltimos restos de la comedia para mostrase en su dram¨¢tica desnudez. Un desenlace fr¨ªo como un cuento de Navidad. Dickens en el recuerdo, seg¨²n la cr¨ªtica inglesa.
En el segundo y brillante acto Ayckbourn ya avisa de sus oscuras intenciones cuando convierte la ¨¢cida comedia de costumbres en una dura farsa sobre la desesperaci¨®n en torno al personaje de Eva Jackson. Un momento de verdadero lucimiento para Marta Mill¨¤ ¡ªsin articular palabra¡ª, en un dif¨ªcil registro de c¨®mica desvalida. Goldie Hawn en Flor de Cactus. Un cap¨ªtulo extraordinario, casi un slapstick de humor negro en el que el autor provoca la risa con una danza de la muerte, con Eva como ignorada solista. Y Peris la conduce con notable ritmo. Despu¨¦s ese vigor esc¨¦nico decae, como si no supiera leer las entrel¨ªneas del texto, como si no hubiera sabido retratar adecuadamente la ascensi¨®n y ca¨ªda de una clase media que vive su fortuna como un funambulista.
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