Voz pura
Prohaska huye del repertorio m¨¢s trillado y lleg¨® al Auditori con una singular propuesta barroca bajo el t¨ªtulo 'African Queens'
Bisnieta del compositor austriaco Carl Prohasha, y nieta e hija de influyentes directores de orquesta en la escena vienesa, la soprano alemana Anna Prohaska es una voz bien promocionada. Cuenta con el respaldo de un gran multinacional del disco cl¨¢sico, Deutsche Grammophon, y tiene una hermosa voz, que, por cierto, gana muchos enteros en el estudio de grabaci¨®n. En directo todo es m¨¢s dif¨ªcil. El domingo, en su debut en el Auditori, cant¨® muy bien, pero en una sala de grandes dimensiones, que encima estaba medio vac¨ªa, se perdieron muchos matices de una voz de gran pureza que hubiera brillado mucho m¨¢s en la sala de c¨¢mara.
No es f¨¢cil caldear la sala grande del Auditori cuando apenas se alcanza la cifra de 900 espectadores. Hace cuatro meses, en su debut en Espa?a, en el Festival de Torroella de Montgr¨ª, tuvo a favor la ac¨²stica de una sala mucho m¨¢s peque?a que facilita la proximidad con el p¨²blico. Pero en Barcelona tuvo que emplearse a fondo para hacer audibles los refinados matices de su canto. En el empe?o tuvo en el sonido transparente del conjunto Il Giardino Armonico y la cuidada direcci¨®n de Giovanni Antonini sus mejores aliados.
Prohaska, que huye del repertorio m¨¢s trillado, lleg¨® al Auditori con una singular propuesta barroca bajo el t¨ªtulo African Queens, centrada en en dis personajes emblem¨¢ticos, Cleopatra y Dido, que han excitado la imaginaci¨®n de los grandes compositores reunidos en el interesant¨ªsimo programa. Y acert¨® al situar como punto de partida y como final de viaje varias p¨¢ginas de Dido y Eneas, de Henry Purcell, un maestro del lamento donde Prohaska luci¨® el encanto de una voz dulce y pura.
Anna Prohaska, soprano
Il Giardino Armonico. Giovanni Antonini, flauta y direcci¨®n. Auditori de Barcelona, 13 de diciembre.
Se escucharon joyas barrocas poco frecuentes; La Didone, de Francesco Cavalli; Dido, K?nigin von Karthago, de Christoph Graupner; Didone abbandonata y Marc?Antonio e Cleopatra, de Johann Adolf Hasse y La Cleopatra, de Daniele da Castrovillari. Y a?adi¨® al men¨² dos ¨®peras del mismo t¨ªtulo, Giulio Cesare in Egitto, pero desigual fortuna; la famosa creaci¨®n de Georg Friedrich H?ndel y la rareza de Antonio Sartorio.
A pesar de las limitaciones y la poco favorable ac¨²stica del recinto, Prohasha convenci¨® al final en un concierto que fue ganando calidez gracias al delicado acompa?amiento de Antonini y su famoso conjunto, que dieron descanso a la solista bordando la interpretaci¨®n de hermosas piezas de Matthew Locke, Dario Castello y H?ndel.
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