La ¡®flotabilidad¡¯ de la pintura
Perico Pastor vuelve a la sala Par¨¦s y reivindica el valor de la obra hecha a conciencia
Como muchos j¨®venes que quer¨ªan cursar estudios de Bellas Artes, Perico Pastor acudi¨® a la prueba de acceso. Corr¨ªan los primeros a?os setenta y Pastor ¡ªdespu¨¦s de empezar y abandonar primero Arquitectura y luego Exactas¡ª pens¨® que ya que el dibujo y la pintura para ¨¦l eran como su segunda piel, los estudios que ¡°tocaban¡± eran los de Bellas Artes. ¡°Me equivoqu¨¦ completamente y me di cuenta enseguida. Ten¨ªamos que dibujar al carboncillo una escultura ?en una semana! y yo la dibuj¨¦ a l¨¢piz mientras los dem¨¢s pon¨ªan marcas. Al d¨ªa siguiente, ellos continuaban con las marcas y yo no sab¨ªa qu¨¦ hacer porque para m¨ª ya estaba. Naturalmente no pas¨¦ la prueba¡±, explica entre risas el ilustrador y pintor que en aquel momento decidi¨® hacer exactamente lo que le gustaba: ilustrar. Por eso fue a Nueva York para formarse. Estuvo 12 a?os, ilustr¨® muchas p¨¢ginas del New York Times y fue en esa ciudad donde mont¨® su primera muestra: ¡°Fue en 1980 en el caf¨¦ Cornelia¡±. Al a?o siguiente, en 1981, Pastor mostr¨® su trabajo en Barcelona en un manicomio despu¨¦s de observar el d¨ªa a d¨ªa de sus habitantes: ¡°Aunque se le llamaba casa de reposo y estaba en una gran torre de Pedralbes¡±, precisa.
Desde entonces Pastor ha combinado la faceta de ilustrador y pintor que para ¨¦l son una pareja de hecho a lo largo de su vida. 40 a?os de ilustraciones reconocibles de un vistazo, especialmente para los que han sido lectores de este rotativo, de La Vanguardia y de El Peri¨®dico de Catalunya. O para los que tienen alg¨²n ejemplar de la edici¨®n especial ilustrada de La Biblia, que hizo la Enciclopedia Catalana hace siete a?os. Tampoco ha dejado de pintar y exponer durante d¨¦cadas. La galer¨ªa Par¨¦s de Barcelona es una de sus salas habituales. Y ahora ha vuelto a ella con 40 obras, en las que una vez m¨¢s combina peque?os formatos y grandes en los que ha trabajo a lo largo del ¨²ltimo a?o.
A Pastor le gusta pensar detenidamente qu¨¦ quiere exponer e imaginarse el espacio. Solo entrar en la di¨¢fana sala de la galer¨ªa de la calle de Petritxol, llama la atenci¨®n una de sus obras de gran formato de dos por dos metros en dos lienzos horizontales separados. Ahora mismo, t¨ªtulo de la obra, es un hombre sumergido en el azul mar con la cabeza y los pies fuera. Flotando. ¡°Soy yo y estoy flotando, como pensando si me voy a hundir o no¡±, apunta. Un concepto de flotabilidad que ¨¦l explica a su manera: ¡°el d¨ªa que coja el pincel y me pregunte ?y esto qu¨¦ es? sabr¨¦ que lo tengo que dejar. Es una flotabilidad que se pregunta por el sentido de lo que haces, en mi caso la pintura. ?Flotar¨¢ o no flotar¨¢? Es decir, ?permanecer¨¢ o no?¡± Inmediatamente despu¨¦s, Pastor aclara que hoy por hoy sigue motivado y que cada d¨ªa se levanta con ganas de pintar y dibujar. Lo que no se atreve a predecir es hasta cu¨¢ndo.
Se acuerda de sus primeras exposiciones, como una en Lleida en 1982 en el que su obra m¨¢s cara costaba 1.500 pesetas. Optimista por naturaleza, no se rinde al delicado momento de los artistas y el mercado del arte: ¡°es verdad que hace 20 ¨® 30 a?os cuando expon¨ªas en una sala hab¨ªa m¨¢s repercusi¨®n que ahora y vend¨ªas m¨¢s pero sigo pensando que el trabajo bien hecho, al que te has dedicado, sigue siendo apreciado por alguien¡±. Y por ese mismo motivo, como una reivindicaci¨®n de la obra hecha a conciencia, no accede a rebajar sus tarifas que en esta exposici¨®n van desde los 140 a los 14.000 euros.
Un pincel dispuesto a (casi) todo
Grandes murales, libros, iglesias ¡ªcomo la de Sant Just i Pastor¡ª hasta toldos de grandes dimensiones ¡ªcomo el que tap¨® el hotel Meli¨¤ de la avenida de Sarri¨¤ ¡ªha pintado Perico Pastor que no duda en aceptar los encargos si le parecen interesantes. Aunque se hagan a contrarreloj. Como ilustrador de p¨¢ginas de peri¨®dicos conoce bien las prisas, como cuando EL PA?S le encarg¨® la ilustraci¨®n de un diccionario de t¨¦rminos ol¨ªmpicos en la Barcelona de 1992.
Pastor vuelve a las cosas que le rodean ¡ªotro de los grandes cuadros es su dormitorio¡ª una nevada que le sorprendi¨® el a?o pasado en Estados Unidos, y que le gustan, como su pasi¨®n por el remo. Hay mujeres desnudas en sus reconocibles tonos rojos y negros? pero, probablemente, los colores m¨¢s relajados, especialmente el azul, se imponen m¨¢s en esta muestra que se podr¨¢ ver hasta el 12 de enero. ¡°Se podr¨ªa decir que es una selecci¨®n de obra m¨¢s silenciosa¡±, resume.
Grandes y medianos formatos separados por una serie de ojos ¡ªun tema recurrente en Pastor¡ª que escudri?an al visitante de la galer¨ªa. Y unos melanc¨®licos retratos con el nombre de Perdidos que son los rostros captados por el pintor de personas que suelen vagar por los bancos de los alrededores de la Estaci¨®n del Norte.
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