Una ma?ana en el tanatorio
El ¨¢nimo dominante daba una mezcla de provisionalidad, chasco y desaliento. Cada periodista era una conspiraci¨®n y cada pol¨ªtico una duda.
Ahora que Pedro S¨¢nchez dice que quiere traer el Senado a Barcelona, va el Parlament y manda ocho senadores a Madrid. As¨ª no hay quien se entienda. Dentro de lo que tiene toda la pinta de haber resultado la legislatura m¨¢s breve (la XI, constituida a finales de octubre y apenas sobreviviendo a los Reyes Magos), ayer se celebr¨® un pleno para votar los senadores que tienen que representar a la Generalitat en la C¨¢mara Alta. Quiz¨¢ por eso, porque es la alta, el Partido Popular catal¨¢n env¨ªa a Garc¨ªa Albiol. El caso es que mientras en dos meses este Parlament se ha mostrado incapaz de realizar una sola sesi¨®n de control al President (que est¨¢ pasando de serlo en funciones a serlo en defunciones) o de celebrar un solo pleno para tratar los efectos de la crisis sobre la gente, es decir, para hablar de los pobres (y las pobres), del paro, de los desahucios, de los ambulatorios con las urgencias cerradas, de los boxes destartalados de los hospitales y las camillas amontonadas en los pasillos como cartones de huevos, de todo eso que aqu¨ª dentro suena como a pel¨ªcula antigua de terror y en la calle es sesi¨®n continua, s¨ª que ha encontrado la ocasi¨®n de reunirse para votar una declaraci¨®n universal de independencia o, esto fue ayer, para colocar a unos cuantos de los suyos en las instituciones. La pol¨ªtica, como el agro, es de quien la trabaja.
La votaci¨®n tuvo lugar en una sesi¨®n expr¨¦s, tal vez porque el clima que nos rodea se ha convertido en una olla expr¨¦s, de modo que dur¨® menos de 7 minutos. Acto seguido, el relativamente president Artur Mas y el grupo parlamentario de Junts Pel S¨ª se encerraron en la Sala de Grups (el lugar donde se celebraron las m¨¢s notables sesiones de la comisi¨®n anticorrupci¨®n), para debatir sobre el futuro inmediato de la legislatura y sus legisladores. Pero ya lo cantaban Loquillo y los Trogloditas en El Rompeolas: ¡°No hables de futuro, es una ilusi¨®n cuando el rock and roll conquist¨® mi coraz¨®n¡±. (La historia del desencanto ha sido esa en nuestra generaci¨®n: salimos a la conquista del pan y acabamos conquistados por la Velvet Underground). Excepto a la CUP, a todos los grupos parlamentarios les ha correspondido representaci¨®n en el Senado. Cuatro para Junts Pel S¨ª (repartidos a partes iguales entre CDC y ERC) y uno para cada uno de los restantes. En la bancada de los social independentistas brillaron por su ausencia los diputados Antonio Ba?os (a¨²n conserva el acta), Juli¨¤ de J¨°dar y Benet Salellas. Tampoco es que en el resto del hemiciclo brillasen muchos por su presencia.
El ¨¢nimo dominante daba una mezcla de provisionalidad, chasco y desaliento. Cada periodista era una conspiraci¨®n y cada pol¨ªtico una duda. En general fue una ma?ana de pasillos, ni siquiera de cafeter¨ªa (acaso un diputado de C¡¯s pidiendo un par de bocatas de fuet para llevar). La pol¨ªtica pasillera, vamos, la de la jornada de ayer, ha recordado a la de un d¨ªa en el tanatorio, donde todo el mundo anda arriba y abajo hablando animadamente, y tambi¨¦n preocupadamente, y estirando las horas hasta que den la de sacar al muerto de esa sala a donde nadie entra (excepto los m¨¢s ¨ªntimos allegados). Pero todo esto son conjeturas, pues, en realidad, con esta XI legislatura a¨²n no se sabe si estamos ante un caso de eyaculaci¨®n precoz o de coitus interruptus.
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