El estir¨®n de Coque Malla
El antiguo l¨ªder de Los Ronaldos consolida su perfil m¨¢s adulto con ¡®El ¨²ltimo hombre en la Tierra¡¯
Abre fuego un cuarteto de cuerda, parsimonioso y l¨ªrico, antes de que una guitarra ac¨²stica y la suave percusi¨®n de las escobillas sobre la bater¨ªa hagan acto de presencia. Nos encontramos ante un disco de pop, se supone, pero la voz del oficiante no asomar¨¢ hasta mucho despu¨¦s del primer minuto. As¨ª transcurren los acontecimientos con La se?al, la pieza inaugural de las 11 que Coque Malla (Madrid, 1969) ha alumbrado para integrar El ¨²ltimo hombre en la Tierra, el ¨¢lbum con el que a partir del pr¨®ximo 19 de febrero aspira regresar a la primera fila de la m¨²sica popular en castellano. Y lo que viene a ser, en terminolog¨ªa cl¨¢sica, su ¡°disco de madurez¡±: aquel en el que confluyen las ense?anzas acumuladas durante los a?os y los surcos aspiran, de una vez por todas, a dejar huella.
La escucha tiene lugar en Black Betty, nuevos y acogedores estudios de grabaci¨®n en el barrio de El Carmen. El artista no elude su papel protag¨®nico y acude a la cita en persona para pulsar el play. Y tampoco se escuda en f¨®rmulas de cortes¨ªa al evidenciar su orgullo por la nueva criatura que sujeta entre las manos. ¡°Creo que tenemos algo especial, que no se hacen discos as¨ª todos los d¨ªas. Y me permito esta falta de modestia porque entiendo El ¨²ltimo hombre¡ como un trabajo en equipo, empezando por el que ha realizado Miguel Malla¡±.
El hermano de Coque, saxofonista y clarinetista de amplia trayectoria junto a Mastretta o Racalmuto, asume un papel sustancial como responsable de los arreglos de cuerda y metales, uno de los elementos m¨¢s caracter¨ªsticos en este nuevo trabajo. Y el mejor ejemplo de que Coque Malla no ha regateado esfuerzos a la hora de rubricar sus nuevas composiciones. ¡°Es un disco como los que se hac¨ªan antes, all¨¢ por los setenta; de los que ya no se estilan¡±, resume con gesto de orgullo Morgan Britos, el m¨¢nager del artista.
Una primera escucha avala esta impresi¨®n. Las orquestaciones del peque?o de los Malla para la mencionada La se?al remiten al sonido que desarrollaron los Divine Comedy en el disco Absent friends (2004). El ascendente de Van Morrison (voz negroide, ¨®rgano, metales, coros femeninos sobre un nanan¨¢) es flagrante en Cachorro de le¨®n. El soul-rock gana musculatura con Esc¨²chame, donde el piano apunta hacia Lady Madonna y el fervor sonoro puede recordar aquel Mad dog & Englishmen de Joe Cocker. Y los arreglos orquestales se vuelven m¨¢s buc¨®licos en el caso de Me dej¨® marchar.
Solo el primer sencillo, Lo hago por ti (ya disponible en las plataformas digitales), opta por una cierta inmediatez m¨¢s al gusto de las radiof¨®rmulas, con su contagioso riff de guitarra y un deje argentino a lo Ariel Rot. Pero, en l¨ªneas generales, parece evidente que aquel chavalito que a finales de los ochenta cantaba travesuras como ¡°Y por las noches haremos lo de siempre / porque nos gusta y porque nos divierte¡± al frente de Los Ronaldos, ha terminado de dar el gran estir¨®n.
El ¨²ltimo hombre¡ representa, adem¨¢s, el reencuentro del autor con el repertorio in¨¦dito cinco a?os despu¨¦s de Termonuclear. Sus dos proyectos previos hab¨ªan sido m¨¢s circunstanciales: Mujeres (2013) y Canta a Rub¨¦n Blades (2015). La vida sobre los escenarios de estas nuevas canciones empezar¨¢ el pr¨®ximo 4 de marzo en el Teatro Auditorio Ciudad de Alcobendas y har¨¢ escala en la Joy Eslava el 8 de abril. Para las grandes citas veraniegas quedan las presentaciones a pleno formato. All¨ª podr¨¢ evaluarse de manera m¨¢s precisa hasta d¨®nde llega el estir¨®n art¨ªstico de Jorge Malla Valle. Coque frente a los focos.
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