Camareras de segunda para hoteles de primera
Las limpiadoras de la hosteler¨ªa denuncian la situaci¨®n de precariedad del gremio con contratos que en muchas ocasiones no superan los 2,5 euros la hora
Hac¨ªa seis a?os que Roxana no tend¨ªa una cama fuera de casa cuando la empresa de servicios Constant le hizo un contrato por obra y servicio para limpiar habitaciones en el hotel Barcel¨® Sants. ¡°Desesperada¡± por un empleo, hab¨ªa decidido volver a ser camarera de piso. Como ning¨²n hotel la llamaba, acept¨® trabajar para una contrata. ¡°Me dijeron que pagaban por habitaci¨®n, pero no cu¨¢nto. Solo que las chicas sacaban unos 900 al mes¡±, recuerda. Se enter¨® a trav¨¦s de una compa?era: 2,5 euros por dormitorio. Tres, si era suite, de 45 metros cuadrados. Limpiaban unos 18 cada jornada. ¡°No aguant¨¦ ni 15 d¨ªas¡±, confiesa. Cobr¨® 120 euros.
Los sindicatos denuncian que los hoteles catalanes han degradado los ¨²ltimos tres a?os las condiciones de las camareras de piso pese a ser uno de los sectores menos afectados por la crisis. Mientras las pernoctaciones aumentaban hasta cifras r¨¦cord, los derechos y salarios de este colectivo se reduc¨ªan a extremos tambi¨¦n in¨¦ditos, con remuneraciones de hasta tres euros por hora seg¨²n UGT y CCOO, que se?alan a la externalizaci¨®n como la causa de que este oficio, feminizado y ya de por s¨ª fr¨¢gil, se haya precarizado a¨²n m¨¢s.
El sueldo de una trabajadora contratada por un hotel se rige por el convenio de hosteler¨ªa de Catalu?a: 1.251 euros mensuales. Al ser una empresa de servicios, Constant no est¨¢ obligada a utilizarlo. Como la mayor¨ªa de contratas, cre¨® su propio acuerdo: 14 pagas de 651,52 euros. Unos cuatro euros menos que el salario m¨ªnimo interprofesional. El responsable de Hosteler¨ªa en CC OO, Paco Galv¨¢n, explica que con esta pr¨¢ctica, las trabajadoras dejan de ser camareras de piso y pasan a ser limpiadoras, lo que se traduce en una p¨¦rdida de categor¨ªa laboral, con un menor salario y peores condiciones: ¡°Firman jornadas de cuatro horas y trabajan ocho¡±.
Roxana, que al igual que todas las trabajadoras que aparecen en este reportaje pide que no se publique su verdadero nombre, asegura que la empresa le advirti¨® en la entrevista de que no le pagar¨ªa los d¨ªas de fiesta ni las vacaciones, aunque los cotizar¨ªa. Tampoco recibi¨® nada por las dos primeras jornadas de trabajo en Barcel¨® Sants ni otras dos en el Hotel Jazz porque contaron como periodo de formaci¨®n. ¡°En 2009 renunci¨¦ a un puesto fijo en un hotel cuatro estrellas para cuidar a mis hijos, que eran peque?os. Nunca imagin¨¦ que la crisis alcanzar¨ªa estas dimensiones y que el sector se deteriorar¨ªa tanto¡±, lamenta. Admite que de haberlo sabido, no habr¨ªa abandonado esas condiciones ¡°incomparables¡± a las que se ofrecen en la actualidad.
El presidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Hoteles y Alojamientos (Cehat), Juan Molas, niega que se den situaciones tan precarias en el sector y asegura que no ha habido recortes salariales en los convenios colectivos. ¡°La externalizaci¨®n se da en toda Europa y no solo en limpieza, tambi¨¦n en seguridad, restauraci¨®n, mantenimiento¡ Se debe a la falta de estabilidad econ¨®mica. Desde 2007, no hay seguridad de que vaya a haber ocupaciones. Estas surgen a ¨²ltima hora¡±, afirma. Molas defiende que el 70% de los hoteles en Barcelona tienen a sus camareras de piso en plantilla y que las condiciones laborales en las contratas no son su responsabilidad: ¡°No somos inspectores. Esa tarea es de la Administraci¨®n¡±.
PortAventura, que externaliz¨® este servicio en sus cinco hoteles en 2013, tambi¨¦n cree que las condiciones de estos trabajadores dependen la contrata, en este caso, Acciona. ¡°Al tener varias ¨¢reas de negocio, se prefiri¨® encargar el servicio a una empresa especializada para que sea m¨¢s eficiente¡±, explican fuentes del parque. En el comit¨¦ denuncian que este cambio solo consisti¨® en la subrogaci¨®n de los empleados por una contrata.
Los fijos consiguieron mantener sus condiciones laborales, pero los eventuales no corrieron la misma suerte. ¡°Con PortAventura, los finiquitos de fin de temporada daban gusto. Ahora, dan pena¡±, lamenta Mar¨ªa, que limpia las habitaciones del parque siete meses al a?o. Asegura que ha pasado de ganar 1.080 euros al mes por una jornada de siete horas a poco m¨¢s de 700 y que su carga de trabajo ha aumentado de 15 a 20 habitaciones cada d¨ªa. ¡°Y si a mi hora de salida no he acabado, me tengo que quedar sin que me paguen las horas extra¡±, afirma. Espera poder encontrar alg¨²n d¨ªa ¡°algo mejor¡±, lo que para ella significa: una empresa que respete el convenio de hosteler¨ªa.
Este diario ha intentado sin ¨¦xito conocer la versi¨®n de los hoteles de lujo en Barcelona y la de Constant y Acciona. Ninguno de los contactados ha querido responder. El representante de UGT en Hosteler¨ªa y Turismo, Jes¨²s Lodeiro, rechaza que esta precarizaci¨®n se atribuya a la crisis econ¨®mica: ¡°El hotel Mandar¨ªn tiene el servicio completamente externalizado y ?cu¨¢nto cobra por habitaci¨®n? ?300 o 400 euros? ?Qu¨¦ crisis puede estar sufriendo ese hotel?¡±.
El experto en Turismo Responsable, Ernest Ca?ada, descarta la extensi¨®n de la modalidad de bajo coste como motivo: ¡°El low cost degrada, pero los hoteles cinco estrellas tambi¨¦n lo est¨¢n haciendo. El sector tur¨ªstico est¨¢ creciendo y, sin embargo, cada vez hay menos personas haciendo m¨¢s trabajo¡±. Ca?ada acaba de publicar Las que limpian los hoteles, un libro en el que camareras de toda Espa?a denuncian sus precarias condiciones laborales.
¡°Si llegamos cinco minutos tarde, nos los descuentan¡±
Una de ellas es Eulalia Corralero, que trabaja en un hotel de Lloret de Mar y administra el grupo de Facebook Las Kellys, donde compa?eras de distintas ciudades comparten sus testimonios y se dan ¨¢nimos. ¡°Que sep¨¢is que en los hoteles, las camareras les dan, adem¨¢s del brillo, la calidad a las estrellas. Sin nosotras no brilla ninguno¡±, escribe una el muro. Corralito explica que tuvo que "restringir el acceso porque las chicas empezaban a contar casos muy escabrosos y las eventuales corren mucho riesgo. Como se les vea, nadie las vuelve a contratar¡±.
S. trabaja como camarera de piso en un hotel de cinco estrellas en Barcelona, una categor¨ªa muy alejada de las condiciones laborales a las que est¨¢ sujeta. Es madre soltera, como muchas de sus compa?eras, y tiene pocas horas para ver a su hijo con un horario que va de nueve de la ma?ana a siete de la tarde. Y raras veces se cumple. Tiene una hora y media para limpiar cada suite del hotel, que pueden alcanzar los 236 metros cuadrados y tienen una cama de 3 metros de ancho, una terraza privada y un jacuzzi. Lo tienen que hacer sola y en una hora y media.
Controles de calidad
Las camareras deben afrontar seis controles de calidad mensuales, efectuados sin previo aviso, que pueden ser motivo de despido en caso de no cumplir las expectativas del hotel. ¡°Muchas mujeres tienen que tomar pastillas para aguantar los dolores musculares. Ninguna camarera de piso se ha jubilado a los 60, antes acaban sufriendo artritis o graves dolores de espalda¡±, explica S. A su lado, otra compa?era asiente con la cabeza. ¡°A m¨ª ni siquiera me dieron una ma?ana libre para el m¨¦dico. Ten¨ªa un esguince grave y no pod¨ªa ni apoyar el pie. Me dijeron que si no ven¨ªa no me pagaban¡±.
La situaci¨®n se repite en varios hoteles de lujo como en el que trabaja otra veterana camarera de piso que tambi¨¦n oculta su nombre: ¡°Limpiamos 16 habitaciones en ocho horas. Nos hacen avisar por tel¨¦fono cada vez que vamos y volvemos del ba?o, supuestamente, para saber d¨®nde nos encontramos en cada momento. Si llegamos cinco minutos tarde, los descuentan del salario. Nos ofrecen contratos de cuatro horas e incluso de dos, pero es imposible terminar todo en ese tiempo. Al final hacemos jornadas completas, pero con el sueldo de una parcial, y si no cumples con los objetivos no te vuelven a llamar¡±.
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