Por precepto divino

Es posible que la CUP no tuviese, al final, otra opci¨®n. Yo no s¨¦ si Artur Mas supo siempre que en caso de mantener su leg¨ªtimo veto, como ha sucedido, sacar¨ªa la carta de un candidato alternativo. No s¨¦ si Mas sab¨ªa que lo har¨ªa o no. Parece que no. Parece que ha sido Converg¨¨ncia quien le ha hecho recapacitar y aplazar su liderazgo de un nuevo Estado catal¨¢n a un futuro indefinido, a cambio de no vivir una catastr¨®fica bofetada en las elecciones de marzo (que acaban de evitar). No s¨¦ si m¨¢s partidos iban a vivir una semejante desafecci¨®n electoral, pero s¨ª s¨¦ que la CUP hab¨ªa ganado para s¨ª un respeto democr¨¢tico nacido de la coherencia ideol¨®gica a su rechazo a Mas.

Han dicho que no hasta el final y hoy Mas no es presidente. No lo es Neus Munt¨¦ ni lo es Oriol Junqueras. El tapado ha sido Carles Puigdemont, alcalde de Girona e independentista tupido, que adem¨¢s ha alardeado de la matriz premoderna, medieval, por ¡°precepto divino¡±, de la rebeli¨®n de los remensas o siervos campesinos contra los opresores. Ha sido esa la ¨²nica concesi¨®n a la ¨¦pica que se ha permitido porque el resto de su discurso ha sido un remedo adaptado del programa de Junts pel S¨ª y el mismo que adorn¨® en vano a Mas en sus dos discursos de investidura frustrados.

La CUP ha ganado pero sobre todo la CUP ha perdido. Ha perdido lo m¨¢s dif¨ªcil de ganar: la credibilidad democr¨¢tica de un partido de izquierdas que ha aceptado entregar sus votos por ley, por sistema, por norma y por precepto divino, a la estrategia de Junts pel S¨ª, sea la que sea. La CUP est¨¢ invalidada en el parlamento catal¨¢n como fuerza de izquierdas porque la cabeza de Mas ha costado a la CUP su voto en el resto de la legislatura en cualquier votaci¨®n que pueda poner en riesgo la mayor¨ªa independentista. Y Mas ayer lo explic¨®, con los gestos y con las palabras, al repetir una y otra vez que la CUP hab¨ªa cometido errores, pedir¨ªa perd¨®n, corregir¨ªa sus conductas y cambiar¨ªa diputados. El padre Mas se estaba despidiendo del cargo pero dejaba a la CUP a las puertas del confesionario, tanto si son creyentes como si no, cargados con todas las culpas del mundo.

Su cabeza, por un lado, y la credibilidad de izquierdas de la CUP, por el otro, ponen de manifiesto que s¨®lo hay un vencedor: la perpetuaci¨®n a cualquier precio del poder de Converg¨¨ncia en la Generalitat para que el tiempo juegue a favor de su reconstituci¨®n o, como m¨ªnimo, que les evite volver a las urnas para comprobar su actual desvalimiento electoral. Lo que sigue inc¨®lume es la ausencia de mandato democr¨¢tico alguno para llevar a cabo la independencia ¡ªles falta una mayor¨ªa social efectiva y persistente¡ª, aunque ahora invoquen tambi¨¦n el precepto divino para fingir que vivimos en otro mundo. Todav¨ªa no es verdad. La CUP lo sab¨ªa a las 9 de la noche del 27-S y lo sabe hoy. Converg¨¨ncia tambi¨¦n.