Pere Gimferrer: ¡°Soy incapaz de interpretar mi vida¡±
El poeta y acad¨¦mico publica 'Marinejant', versos que desprenden "angustia"
¡°Soy exc¨¦ntrico y teatral como ¨¦l, pero lo m¨ªo no es deliberado, es connatural¡±, dice el poeta y acad¨¦mico de la RAE Pere Gimferrer (Barcelona, 1945). El ¨¦l es su abuelo, Pere Gimferrer Cassany, el que le introdujo en Stendhal (¡°lo le¨ª con 13 ¨® 15 a?os; ah¨ª aprend¨ª una mirada esc¨¦ptica, la pasi¨®n por Italia y la vida y un rigor vital ante la escritura¡±), y al que le dedica Marinejant (Proa), su nuevo poemario. El Gimferrer poeta est¨¢ ¡°en racha¡±, admite: es el quinto poemario desde 2011 tras Rapsodia, Alma Venus, El castell de la puresa y Per riguardo y anteceder¨¢ a otro que saldr¨¢ en noviembre, en castellano, gest¨¢ndose desde 2012...
Gimferrer habla de ¡°una din¨¢mica, aunque he estado a?os enteros sin hacer poes¨ªa¡±, pero desde fuera parece una urgencia vital, una sed espiritual incontenible, que las fechas de los 16 poemas de Marinejant ratifica: todos, menos uno, est¨¢n escritos en un mes, entre enero y febrero de 2015. Responden a ¡°un trastorno, una interrupci¨®n del ritmo de vida¡± fruto de una intervenci¨®n quir¨²rgica. No tuvo m¨¢s importancia pero parece haber reforzado cierta sensaci¨®n de paso del tiempo ya entrevista en sus ¨²ltimos libros (¡°Els carrers em semblaven coses ja mai no vistes; / he fet del meu present el meu passat, / he fet del meu passat el meu present¡±). ¡°Angustia ser¨ªa la palabra que mejor define lo que se desprende en este libro, sin duda una acci¨®n desproporcionada a la situaci¨®n¡±, admite.
Se cita en el poemario al menos 15 veces la palabra ¡°nit¡±; 12, ¡°mort¡±; ocho, ¡°negre¡± y siete ¡°foscor¡±, eso entre diversas ¡°ombres¡±, ¡°tenebres¡±, ¡°palpentes¡±¡ ¡°?Ha contado cu¨¢ntas veces sale ¡®llum¡¯? Creo que est¨¢ muy equilibrado¡±, contraataca el bardo, para a?adir: ¡°Eso me viene de la poes¨ªa barroca, de G¨®ngora, y del simbolismo, y es un tema antiguo en mi obra: ya est¨¢ en Hora foscant, de 1972¡±. Pero empieza el poema Illes: ¡°Amb ulls de plom, els anys s¨®n esparvers¡± y lo acaba: ¡°tot just a trenc de dia, els esparvers / ja tenen ulls que s¨®n els meus i em miren¡±. El inexorable paso del tiempo y su fatal consecuencia, que a veces traduce en versos a¨²n m¨¢s directos: ¡°El joc de l¡¯oca de les edats de la vida, / (¡) els anys se m¡¯han tornat pasta de dents¡±. Se explica: ¡°Yo escribo m¨¢s desde los 50 a?os y a¨²n m¨¢s desde los 65. Los poetas, o bien escriben mucho entre los 18 y los 40 a?os y paran o bien escriben mucho a partir de los 50 o 60¡ Es m¨¢s dif¨ªcil hacerlo desde esa franja; el poeta que ha encontrado a los 18 a?os su voz es muy complicado que esa voz no acabe desgast¨¢ndose y convirti¨¦ndose en su propia caricatura. Gil de Biedma dio su obra po¨¦tica por acabada en 1982 y naci¨® en los a?os 30; Foix lo dej¨® a los 80 y volvi¨® a los 90¡ El problema a partir de esa edad es, insisto, no escribir la caricatura de ti mismo: escribir poes¨ªa s¨®lo tiene sentido si tienes la misma fe en la palabra de cuando ten¨ªas 20 a?os¡±. ??l la tiene? ¡°Yo no lo s¨¦; mis poemas, s¨ª¡±. Se detiene unos segundos y concluye: ¡°Hay que evitar hacer un ejercicio mec¨¢nico; pocos poetas mayores se libran hoy de eso, quiz¨¢ Pablo Garc¨ªa Baena¡ Existe el peligro de que uno componga y, sin darse cuenta, haga una copia caligr¨¢fica de poemas de anta?o; espero que no me pase nunca¡±.
Uno avanza solo; tener disc¨ªpulos y tertulia como Carles Riba est¨¢ lejos de mi ideal¡±
Quiz¨¢ a las densas sombras que rodean los ¨²ltimos versos de Gimferrer ayuda el fallecimiento reciente de gentes de sus c¨ªrculos pr¨®ximos: Josep Maria Castellet, Joaquim Molas, Jos¨¦ Manuel Lara, Rosa Novell¡ ¡°Y m¨¢s y de antes: las desapariciones empiezan con Mart¨ª de Riquer, por no hablar de las anteriores de Terenci Moix o Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n¡±, fija quien quiz¨¢ se queda sin interlocutores y eso le apesadumbra m¨¢s¡ ¡°Nunca he tenido demasiados, pero ahora cada vez menos claro; ya lo dec¨ªa Cernuda: ¡®Qu¨¦ pocos hombres que admirar te quedan¡¡¯¡±.
Cita entonces, entre los que ya no est¨¢n, a Gabriel Ferrater. ¡°Claro, casi no hablo de ¨¦l porque quedan bien pocos hoy que lo hayan tratado o que sepan mucho de su vida y su obra¡ Fue muy importante para m¨ª, me marc¨® much¨ªsimo: yo ten¨ªa 27 a?os cuando muri¨®; intelectualmente fue un torrente de ideas exigentes, muy ambiciosas, rigurosas¡ y luego hac¨ªa unos poemas extraordinarios: es el ¨²nico poeta que ha conseguido escribir con una lengua que es a la vez totalmente comprensible como catal¨¢n hablado y totalmente elaborada como catal¨¢n literario y eso es muy dif¨ªcil de hacer y m¨¢s en poes¨ªa catalana¡±.
Tuvo a quien seguir, pues, Gimferrer, si bien parece que pocos le siguen a ¨¦l. ¡°Me preocupa relativamente: soy hijo ¨²nico y estoy bastante acostumbrado a la soledad; uno avanza bastante solo; adem¨¢s, tener disc¨ªpulos y una tertulia como la de Carles Riba, por ejemplo, est¨¢ bastante lejos de mi ideal¡±.
El problema a partir de los 60 a?os es no escribir la caricatura de ti mismo
Entre esas aguas dif¨ªciles de esta etapa de la vida va, pues, ¡°mareando¡± Gimferrer, fascinado por el mar, ¡°inmutable y cambiante a la vez¡±: fue el tema de uno de sus primeros versos, ¡°de cuando ten¨ªa 11 a?os, pero lo tir¨¦ por primerizo y demasiado malo¡±. Infancia y juventud, las suyas, al parecer complejas, como en el poema Batalls: ¡°Poema fosc, la meva joventut¡±, arranca. ¡°No quiere decir que lo sea por triste o por lejana vista desde hoy, es oscura porque es dif¨ªcil de descifrar: soy incapaz de interpretar mi vida; las reflexiones sobre ella suelen darme un resultado ambiguo, contradictorio¡±.
Ese aire antag¨®nico tambi¨¦n lo ha respirado, admite, toda su obra po¨¦tica en catal¨¢n, desde el ya casi medio siglo de Els miralls (1970). ¡°No puedo explicar mi evoluci¨®n porque he hecho muchas cosas contrapuestas, con tonos muy diferentes; me obsesiona mucho no repetirme¡ Procuro ser Pessoa sin heter¨®nimos¡±. A diferencia de la persona, Gimferrer se define ¡°muy irracional como poeta, pero la palabra, si la dejas hacer, tendr¨¢ sentido¡±. Palabras, las suyas, que siguen en un registro de catal¨¢n culto. ¡°No me da miedo: la prosa necesita encontrar un p¨²blico; la poes¨ªa, si es buena, acaba llegando a su p¨²blico: Rimbaud es hoy mucho m¨¢s le¨ªdo que prosistas que en su ¨¦poca eran muy le¨ªdos. Eso depende siempre del autor y del poema, no de la lengua¡ Riba o Foix tampoco tuvieron miedo y estaban bien lejos del catal¨¢n coloquial; tambi¨¦n es cierto que en su ¨¦poca el catal¨¢n pod¨ªa sobrevivir por dos caminos, el del prestigio, con una literatura culta, o por el camino coloquial; modernamente se ha impuesto la idea de que s¨®lo puede sobrevivir por la v¨ªa coloquial; esta idea no es necesariamente toda la verdad: sin el registro culto, la lengua sobrevive, s¨ª, pero sin prestigio acaba siendo una lengua faltada de consideraci¨®n en otros aspectos¡±.
No hay en Marinejant, poemario ¡°m¨¢s oscuro que los ¨²ltimos¡±, admite su autor, mucha referencia al tema er¨®tico y pol¨ªtico que tanto aflor¨® en los versos de los ¨²ltimos libros. ¡°Todo eso est¨¢ m¨¢s expl¨ªcito en el libro que saldr¨¢ en noviembre¡±. Aqu¨ª y ahora, apenas una referencia a la Guerra Civil desde una ¡°carpeta d¡¯hule fosca i silenci¡±, referencia a ¡°una carpeta que ten¨ªa mi abuelo en su despacho con recortes de pol¨ªticos y del conflicto de 1936 pero tambi¨¦n de novelas por entregas que publicaban los diarios entonces¡±. Igual el lector emparenta la imagen con el proceso soberanista catal¨¢n y el tema eterno de las dos Espa?as. ¡°Eso ya aparece en las cr¨®nicas period¨ªsticas que Rub¨¦n Dar¨ªo hizo en el XIX; dec¨ªa que hab¨ªa visto en Barcelona tres clases de catalanes: los que se consideraban espa?oles, los que se consideraban catalanes y los que se cre¨ªan franceses; hoy estos ¨²ltimos ya han desaparecido; vamos avanzando, ?no?¡±.
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