El Evangelio de Gaud¨ª seg¨²n sus primeros disc¨ªpulos
Aparece en castellano la recopilaci¨®n de textos y comentarios del arquitecto que realiz¨® Puig Boada
¡°No se anda bien hasta que se ha ca¨ªdo¡±, ¡°para hacer una cosa se necesita tanto m¨¢s coraje cuando menos conocimiento se tenga¡±, ¡°el miedo es la ignorancia¡±, ¡°los pobres no hacen el rid¨ªculo¡±, ¡°yo he venido a retomar la arquitectura donde la dej¨® el estilo bizantino¡±, ¡°el g¨®tico es el abuso del c¨ªrculo y un abuso no puede ser armon¨ªa¡±, ¡°originalidad es volver al origen¡±, ¡°la belleza es el resplandor de la Verdad¡±, ¡°este ¨¢rbol cercano a mi obrador: este es mi maestro¡±. Son algunas de las grandes frases de Gaud¨ª, verdaderas m¨¢ximas, algunas incluso con seductora rotundidad de moderno eslogan publicitario (?acaso no suena ¡°la casa es la peque?a naci¨®n de la familia¡± a lema de Ikea?). Las mencionadas, que cimentan la obra del arquitecto tanto como la argamasa de sus monumentos, aparecen con otras muchas en el el libro El pensamiento de Gaud¨ª, compilaci¨®n de textos y comentarios del creador realizada por Isidre Puig Boada (Barcelona 1890-1987), miembro del reducido y selecto grupo de arquitectos vinculados a Gaud¨ª y que colaboraron en su obra. Puig Boada fue luego uno de los directores de la obras del templo de la Sagrada Familia.
El libro se publica ahora en castellano (Editorial Dux) en una traducci¨®n de un nieto del propio Puig Boada, Evelio Puig Romagosa. Tres generaciones de los Puig (y casi cuatro, falt¨® precisamente el biznieto, Pol, que significativamente es estudiante de arquitectura) estuvieron presentes ayer en el simp¨¢tico y erudito acto de presentaci¨®n del libro en el Museo Diocesano de Barcelona: el autor (en esp¨ªritu), el citado traductor y el padre de este e hijo del autor, Evelio Puig Doria. Les acompa?aron mos¨¦n Llu¨ªs Bonet, hijo de otro de los disc¨ªpulos de Gaud¨ª, Llu¨ªs Bonet i Gar¨ª, y mos¨¦n Josep Mar¨ªa Mart¨ª i Bonet, responsable del patrimonio de la di¨®cesis barcelonesa.
Entra?able e ilustrado, Puig Doria record¨® a su padre, que padec¨ªa, se?al¨®, una cierta astenia matinal (cr¨®nica en la familia por lo que se ve) y al que, dada su obsesi¨®n por Gaud¨ª y su obra su esposa le re?¨ªa: ¡°Isidre, menos Sagrada Familia y m¨¢s familia¡±. Dijo que el libro de su padre es una obra de amistad y que todos los arquitectos que aparecen y que contribuyeron a recoger el pensamiento del maestro, a menudo desgranado en conversaciones peripat¨¦ticas mientras caminaban con ¨¦l por Barcelona, participaban del mismo esp¨ªritu: eran muy religiosos y muy catalanistas. Hombre sin pelos en la lengua y pese a jugar en el campo que jugaba (Llu¨ªs Bonet es promotor de la causa de beatificaci¨®n de Gaud¨ª), Puig Doria espet¨® amistosamente a los dos mosenes de la mesa: ¡°Os costar¨¢ hacerlo santo: mucho de su radicalismo y violencia verbal se ve en el libro¡±.
Bonet alab¨® la iniciativa del libro (¡°hay que difundir las ideas de Gaud¨ª¡±) y la traducci¨®n de Evelio Puig Romagosa, destac¨® lo importante que es ir a las fuentes y recomend¨® leer especialmente algunas cosas como las consideraciones sobre Catalu?a y Espa?a. Recogiendo el guante de la beatificaci¨®n, augur¨® que esta llegar¨¢. Es cierto que se podr¨ªa aplicar aquello que el propio Gaud¨ª dijo de la Sagrada Familia: ¡°El cliente no tiene prisa¡±. Mart¨ª i Bonet abund¨®: ¡°Si Gaud¨ª no es santo, ?qui¨¦n lo es?".? Y pidi¨®: ¡°Que haya un milagrito, hombre¡±, a?adiendo que ya es milagro que no haya habido accidentes en la construcci¨®n de la Sagrada Familia.
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