Hola, todos somos robots
La feria Global Robot Expo, que se celebra en la Casa de Campo, pretende convertirse en la m¨¢s importante de un sector que aspira a que estas m¨¢quinas entren en los hogares
En el Pabell¨®n de Cristal de la Casa de Campo han dejado a los robots sueltos. Recibe un Terminator que te clava su luminosa mirada roja y te entran ganas de volverte a casa; menos mal que a su lado est¨¢ la tranquilizadora Hello Kitty,que invita a quedarse.
Esta peque?a muestra de robots hist¨®ricos da la bienvenida a la feria internacional Global Robot Expo, que se celebra desde ayer hasta el domingo, d¨ªa reservado a aficionados y p¨²blico general. Al fondo, en la gran nave de techos altos, los omnipresentes drones hacen sus virguer¨ªas y los movimientos de silicio y metal se mezclan con los de carne y hueso.
¡°Esperamos que la rob¨®tica sea la pr¨®xima revoluci¨®n tecnol¨®gica, como lo fueron los ordenadores personales, Internet o la tecnolog¨ªa m¨®vil¡±, dice Enric Forner, director ejecutivo de la feria, durante la inauguraci¨®n. Seg¨²n explica, este sector est¨¢ viviendo una expansi¨®n ¡°impresionante¡±: mueve unos 20.000 millones de d¨®lares y se espera que en cinco a?os llegue a los 80.000. Y es que, si bien los robots se utilizan en la industria desde los setenta, ahora es el momento en el que, con formas m¨¢s amables, empiezan a llegar al ¨¢mbito dom¨¦stico e incluso a nuestros cuerpos.
La feria, en esta primera edici¨®n, pretende poner a Madrid en los cielos de la rob¨®tica reuniendo hasta 70 empresas y celebrando 40 conferencias. ¡°La ambici¨®n de los organizadores es que se convierta en la referencia en Europa. Las m¨¢s importantes est¨¢n en Jap¨®n, pero no hay otras de esta categor¨ªa en nuestro continente¡±, dice en rueda de prensa Luis Cueto, coordinador general de la Alcald¨ªa. El Ayuntamiento apoya este evento junto a otras instituciones, como la Embajada de Jap¨®n.
Precisamente de Jap¨®n ha venido una de las reinas de la fiesta: la adorable foquita Paro (una foquita rob¨®tica, se entiende, pero peluda y suave, que en Espa?a se llama Nuka), que interacciona con ancianos, ni?os enfermos y enfermos mentales haci¨¦ndoles mucho bien. ¡°Jugar con Paro ayuda a ciertas partes del cerebro de los dementes y reduce los efectos de la depresi¨®n y de la ansiedad. Es animal de compa?¨ªa, pero tambi¨¦n funci¨®n terap¨¦utica¡±, dice Takanori Shibata, creador del ingenio en 1993, un bicho que ha cogido cierta fama en la cultura popular, hasta recibir gui?os en Los Simpsons o la serie de Netflix Master of None.
Si en la feria la foca causa buen revuelo, no menos causa la reproducci¨®n a tama?o natural del R2D2 de La guerra de las galaxias, que llena el pabell¨®n de esos sonidos tan particulares que emite el personaje y que tal vez lleve en su interior un mensaje de Obi Wan Kenobi para la Alianza Rebelde. Est¨¢ en el stand de Robotr¨®nica, el ¨¢rea profesional de rob¨®tica de esa cueva del tesoro que es Juguetr¨®nica, la tienda especializada en juguete tecnol¨®gico (Alberto Aguilera, 1). ¡°Tenemos robots dedicados a la educaci¨®n y a la empresa¡±, explica M¨®nica Priefert, directora de Comunicaci¨®n y Eventos. ¡°Aparte de distribuirlos, tenemos un equipo de programadores que los preparan¡±.
Es decir, que uno va y pide que el robot haga una cosa, y ellos lo consiguen. ¡°O te ense?amos a hacerlo¡±, dice Priefert. A sus pies retoza el perro rob¨®tico Sony Aibo, una verdadera pieza de colecci¨®n (se dej¨® de fabricar hace 10 a?os), que es parte del Museo del Robot que albergan en su sede madrile?a.
En el ¨¢mbito de la empresa estos robots pueden utilizarse en cuestiones de mercadotecnia, informaci¨®n o comunicaci¨®n ¡ªpor ejemplo, informando en el vest¨ªbulo de un hotel o atrayendo a la clientela a la puerta de un bar, como podr¨ªan hacer los espec¨ªmenes Pepper, de Aldebaran, o el muy expresivo Reeti, de Accueil.
El museo del robot
El Museo del Robot, en el s¨®tano de Juguetr¨®nica (Alberto Aguilera, 1), alberga una colecci¨®n permanente que relata el pasado, el presente y el futuro de la rob¨®tica. En un peque?o escenario hacen demostraciones y cada ma?ana reciben a alumnos de colegios. Dicen tener la mayor colecci¨®n de robots de Europa y la segunda mayor del mundo, desde el robot aut¨®nomo m¨¢s peque?o jam¨¢s fabricado, hasta el humanoide NAO, de la empresa francesa Aldebaran Robotics, pasando por una r¨¦plica de C3PO, el androide de protocolo de La guerra de las galaxiasque hablaba millones de idiomas.
Dentro del ¨¢mbito de la educaci¨®n pueden servir de complemento del profesor o para que los alumnos se inicien en la programaci¨®n utiliz¨¢ndolos. Crea Rob¨®tica Educativa es una empresa de la Universidad Carlos III dedicada precisamente a la intersecci¨®n de tecnolog¨ªa y educaci¨®n. En su stand muestra los peque?os robots Ollo o impresoras 3D de f¨¢cil manejo para los m¨¢s j¨®venes. Imparte cursos extraescolares y la reciente asignatura de Tecnolog¨ªa, Programaci¨®n y Rob¨®tica, en la que la Comunidad de Madrid es pionera. ¡°En esta asignatura se profundiza, de 1? a 4? de la ESO, en temas de rob¨®tica y de tecnolog¨ªa, de peque?os conceptos de programaci¨®n a temas de dise?o 3D, control de impresoras y programaci¨®n de robots simples¡±, relata F¨¦lix Rodr¨ªguez, de Crea.
?Cu¨¢les son las fronteras de la rob¨®tica hoy en d¨ªa? ¡°Hay muchas l¨ªneas abiertas, pero la frontera, m¨¢s que en el futuro, ya est¨¢ en el presente, la estamos viviendo. Se trata de la integraci¨®n de toda esta tecnolog¨ªa en la vida cotidiana y no solo en la industria. Que los robots sean comunes en las casas, como los lavavajillas¡±, dice ?ngel Llamazares de RoboCity 2030, el consorcio de las universidades madrile?as y el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) que desarrolla proyectos de veh¨ªculos aut¨®nomos, humanoides, drones, etc.
Por ah¨ª pululan tambi¨¦n Zowi, el robot del canal televisivo Clan, los robots humanoides educacionales Alpha, que muy afanosamente se marcan unas flexiones, o los robots emocionales Aisoy, radicados en Elche. Tambi¨¦n m¨¢quinas que cortan el c¨¦sped, brazos industriales que conjugan fuerza y precisi¨®n o un stand, muy de ciencia ficci¨®n, donde venden robots de segunda mano.
El domingo, d¨ªa del p¨²blico, se podr¨¢n ver demostraciones de drones, talleres de Lego y Arduino ¡ªla tecnolog¨ªa libre para controlar impresoras 3D, drones y otras aplicaciones¡ª, carreras de robots o luchas de humanoides.
¡°Un robot no har¨¢ da?o a un ser humano o, por inacci¨®n, permitir¨¢ que un ser humano sufra da?o¡±, reza la Primera Ley de la Rob¨®tica, de Isaac Asimov. ?La romper¨¢n alg¨²n d¨ªa estos (hoy) simp¨¢ticos cachivaches y dominar¨¢n el mundo? ¡°Por el momento necesitan a alguien que los programe, as¨ª que no hay peligro¡±, dice Ricardo Pagola, de Midland. ¡°Yo creo que nos ayudar¨¢n cada vez m¨¢s a m¨¢s cosas, pero nunca nos van a sustituir, eso est¨¢ claro¡±, concluye Priefert.
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