Encuentro fatal en Vitoria
Familiares y conocidos de Gabriela, la mam¨¢ del beb¨¦ arrojado por la ventana el lunes, la describen como una mujer de 18 a?os alegre, vital y luchadora contra el machismo
A las doce de la ma?ana del jueves un hombre con un buzo verde, cava en el cementerio de Hontoria del Pinar. Llueve, pero, ni ¨¦l ni la ni?a que observa la escena tienen la cara mojada por esa raz¨®n. 24 horas despu¨¦s iban a enterrar a un familiar de apenas 17 meses, Alicia, la ni?a que fue arrojada por la ventana en Vitoria el tr¨¢gico lunes 25 de enero por un saxofonista de 30 a?os, Daniel Monta?o, seg¨²n el atestado policial.
Pedro Luis Pe?aranda lloraba, y cavaba a la vez, el agujero de 1,5 metros para dar sepultura en una caja blanca a su nieta. Juliana Pe?aranda, su hija, apenas si pod¨ªa pensar. La hermana de Juliana, -hermana de padre- Gabriela, brasile?a y madre de Alicia, estaba en el hospital. Ya hab¨ªa salido de cuidados intensivos y se recuperaba de los cortes en el cuerpo en una camilla de hospital, pero en planta. De la p¨¦rdida de su hija no se recuperar¨¢ nunca.Parad¨®jicamente, despu¨¦s de luchar contra los comentarios machistas que tuvo que escuchar tras su embarazo, hab¨ªa acabado siendo v¨ªctima de ese tipo de violencia por partida doble, su hija asesinada y ella casi. El domingo todav¨ªa no hab¨ªa dado se?ales de su estado en las redes sociales, en las que tiene m¨¢s de 800 amigos.
Daniel Monta?o hab¨ªa ingresado ya para ese momento en la prisi¨®n alavesa de Zaballa, en r¨¦gimen de aislamiento, acusado de asesinar a un beb¨¦ de 17 meses, intentar asesinar a Gabriela y a la espera de los informes y de las declaraciones otra vez de la pareja, de un delito de abusos sexuales a una menor. ¡°Vamos a enterrarla con mis abuelos¡±, explicaba Pedro Luis. En la tumba figuraba el nombre de Anastasio Pe?aranda.
"Esto no tiene nombre, queremos justicia"
¡°Esto no tiene nombre, esperamos que se haga justicia, que mala suerte¡±, aseguraba Pedro Luis el jueves, el d¨ªa antes del funeral junto a la iglesia, con los ojos vidriosos. El viernes, apenas tres horas antes del entierro en Hontoria del Pinar, Juliana escribi¨® en las redes sociales: ¡°Te echar¨¦ de menos beb¨¦¡±. Gabriela no escrib¨ªa en su Facebook desde el mi¨¦rcoles anterior al suceso que acab¨® con la vida de Alicia. Entonces la ten¨ªa sobre sus piernas y aseguraba que se estaba ¡°muriendo de risa¡± cantando con ella. No pod¨ªa imaginar que la relaci¨®n que empez¨® con un m¨²sico el 10 de diciembre iba a acabar en unos d¨ªas de esa manera. ¡°Yo no sab¨ªa nada de ese chico¡±, sostiene el abuelo Pedro Luis. Ni siquiera le vio el fin de semana anterior al suceso cuando Daniel Monta?o se acerc¨® a Hontoria del Pinar a recoger a Gabriela, Juliana y Alicia para devolverlas a Burgos, donde viv¨ªan con la madre de las dos primeras, la exesposa de Pedro Luis. De hecho, ni su entorno ni la mayor¨ªa de su familia sab¨ªan demasiado de ¨¦l.
Tampoco entienden c¨®mo en vez de quedarse en Burgos, Gabriela y la peque?a se fueron con Daniel a Vitoria, al piso en el que el m¨²sico sevillano ten¨ªa una habitaci¨®n alquilada. Gabriela llevaba a todas partes a su hija, lo que seg¨²n los investigadores confirma que confiaba en su nueva relaci¨®n, un hombre que, al parecer, le aportaba cierta seguridad y en el que confi¨®, hasta el punto de creer que podr¨ªa ser ¡°bueno¡±, para Alicia, como hab¨ªa comentado en su entorno m¨¢s pr¨®ximo, sin dar m¨¢s explicaciones. Se equivoc¨®. Gabriela, sensibilizada con la lucha de las mujeres contra la violencia de g¨¦nero, ha acabado siendo v¨ªctima de uno de los agresores que repudiaba, como acredita que su caso lo est¨¦ llevando el juzgado de violencia de g¨¦nero de Vitoria.
Gabriela colgaba numerosos mensajes a favor del empoderamiento de las mujeres, quiz¨¢s sensibilizada a fuerza de golpes, por lo dif¨ªcil que fue para ella, en un entorno rural como el de Hontoria y San Leonardo, sobreponerse a los comentarios posteriores a su decisi¨®n de tener el hijo que hab¨ªa concebido con apenas quince a?os. Daniel y ella se conocieron a trav¨¦s de las redes sociales y ahora, sus conocidos creen, y una l¨ªnea de la investigaci¨®n lo trata de acreditar, que el m¨²sico adulto busc¨® deliberadamente a una chica joven, con un beb¨¦ para dar rienda suelta a sus apetitos, pese a que el informe preliminar ha confirmado que no hubo agresi¨®n sexual a la ni?a. De momento ni acredita ni descarta que hubiera abusos, como el propio agresor confirm¨® en un primer momento. Despu¨¦s se retract¨®.
Gabriela colgaba mensajes en favor del empoderamiento de las mujeres
¡°Te encuentras una mala persona por el camino y tu mundo se desmorona¡±, relataba un amigo del padre biol¨®gico de Alicia, un joven de San Leonardo cuyo mundo tambi¨¦n se desmoron¨® con el asesinato de la ni?a, con la que en teor¨ªa, iba a tener m¨¢s relaci¨®n a partir de ahora, despu¨¦s de ganar en los tribunales el derecho a darle su apellido a Alicia. Todo eso ha pasado ya a un segundo plano. ¡°Gabriela es una joven alegre y vital¡± a la que cada vez menos le importaban los comentarios externos, ni en relaci¨®n a la vida de su madre, separada de Pedro Luis, ni de la suya, describe una de sus amigas de Burgos. ¡°Quer¨ªa vivir, disfrutar¡±, y quiz¨¢s sin saberlo buscaba un hombre bueno, como su abuelo de Hontoria, para compartir sus vidas.
La Ertzaintza y la titular del juzgado vitoriano esperan a la recuperaci¨®n de Gabriela, que en las redes sociales utiliza el apellido materno, para tomarle declaraci¨®n otra vez. Tambi¨¦n al presunto agresor, que tras su testimonio inicial, se ha negado en redondo a hablar. Solo en una semana Gabriela, despu¨¦s de un desgraciado encuentro fatal, se ha quedado sin su hija y sin la m¨²sica que le hab¨ªa devuelto un poco de tranquilidad a su vida.
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