Del silencio a la transparencia
Queramos o no, la sociedad es m¨¢s transparente; y muchos queremos que lo sea en muchos aspectos, pero debemos tomar medidas preventivas para evitar abusos y falsedades
He hablado a menudo de la transparencia al hablar de las perspectivas futuras de nuestra sociedad. Lo he hecho desde un doble enfoque: como la simple descripci¨®n de una realidad provocada por la evoluci¨®n de la tecnolog¨ªa, pero tambi¨¦n como la expresi¨®n de un deseo para mejorar la calidad de nuestra vida social y pol¨ªtica. Queramos o no, la sociedad es m¨¢s transparente; y muchos queremos que lo sea en muchos aspectos, aunque evitando algunos problemas. Estos ¨²ltimos d¨ªas, en relaci¨®n a temas de corrupci¨®n, de pederastia, o de fraude fiscal, ha habido una explosi¨®n informativa que, afortunadamente, ha roto silencios pero tambi¨¦n ha creado confusiones. Repas¨¦moslo.
1. Tecnolog¨ªa. Recordemos los cuatro avances tecnol¨®gicos que han propiciado esta nueva situaci¨®n: la digitalizaci¨®n de la informaci¨®n, su gran facilidad de transmisi¨®n, el incre¨ªble aumento de la conectividad, y el car¨¢cter bidireccional de su circulaci¨®n por las redes. Una vez digitalizada y transmitida, la informaci¨®n ya no muere; las palabras se las llevaba el viento, pero los bitsquedan almacenados en varios servidores. Todo el mundo puede estar conectado con todo el mundo a trav¨¦s de Internet; y todo el mundo puede dejar de ser un simple receptor, para convertirse en emisor de informaci¨®n hacia la red. Se ha acabado el monopolio de los medios cl¨¢sicos (prensa, radio, TV) para crear informaci¨®n.
Facebook ha almacenado 100 millones de gigabytes de videos y fotos en los ¨²ltimos tres a?os, e incrementa actualmente su archivo con 300 millones de fotos diarias. Se supone que Google tiene almacenados m¨¢s de 10.000 millones de gigabytes, que equivalen a unos 15 billones de libros. Hay que regular como explotar racionalmente, y con qu¨¦ finalidad, toda esta informaci¨®n, pero seguramente, hay muy pocas cosas que hayan pasado por la red, y que no est¨¦n ah¨ª¡
2. Silencio e impunidad. Debemos alegrarnos y favorecer esta evoluci¨®n en tanto en cuanto supone un fuerte ataque a la ocultaci¨®n. Es claro que muchos comportamientos delictivos, o simplemente rechazables, no hubieran tenido lugar si no se hubiera partido de una confianza en el silencio, que tiene como consecuencia la impunidad. No estoy hablando solamente de casos relacionados con el sector p¨²blico, que tienen una especial gravedad, sino tambi¨¦n de otras de ¨¢mbito m¨¢s privado pero con repercusi¨®n sobre terceras personas.
La posibilidad de imponer el silencio ha ido disminuyendo en paralelo al aumento de la capacidad de crear y difundir informaci¨®n. Y la posibilidad de destrucci¨®n de pruebas se ha reducido mucho al incrementarse el n¨²mero y la diversidad de los almacenes de datos, siempre que estos hayan sido digitalizados y transmitidos. Antes se buscaban papeles, luego se hac¨ªan fotograf¨ªas o se grababan conversaciones telef¨®nicas, y ahora se pueden rastrear, legal o ilegalmente, discos duros propios, ordenadores y servidores propios o ajenos¡
3. Rumor e intoxicaci¨®n. Debemos pasar del silencio a la transparencia; pero debemos evitar pasar del silencio al rumor. La informaci¨®n nos sirve para formarnos juicio sobre hechos, personas u organizaciones. Por ello es imprescindible distinguir e identificar informaci¨®n rigurosa, informaci¨®n dudosa, rumor e intoxicaci¨®n. La explosi¨®n de la cantidad de informaci¨®n, y de la cantidad de fuentes, lo hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil; pero todav¨ªa lo complica m¨¢s la difuminaci¨®n de los criterios que permit¨ªan hacer parcialmente esta clasificaci¨®n: credibilidad, profesionalidad, rigor o independencia.
Siempre que he reflexionado sobre ello llego a la conclusi¨®n de que no podemos ni debemos hacer pasos que reduzcan la libertad que ha dado a las personas esta nueva situaci¨®n, pero que debemos tomar dos medidas preventivas (prohibici¨®n del anonimato y establecimiento de mecanismos de rastreo e identificaci¨®n) y otras dos sancionadoras (exigencia de responsabilidades y aplicaci¨®n de penas administrativas o penales si llega el caso).
Estas medidas deben aplicarse teniendo en cuenta que la falsedad se produce tanto por ocultaci¨®n como por deformaci¨®n. La transparencia elimina el silencio y elimina el rumor. En el fondo es volver a la conocida expresi¨®n: ¡°La verdad, toda la verdad, y nada m¨¢s que la verdad...¡±.
Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.
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