El instituto de Germanwings
Compa?eros de los alumnos alemanes muertos en el accidente a¨¦reo provocado por Lubitz regresan a Llinars
El vuelo 9525 de la compa?¨ªa a¨¦rea alemana?Germanwings?parti¨® el pasado 24 de marzo a las 10.01 del aeropuerto de Barcelona. Un piloto, un copiloto, cuatro miembros de la tripulaci¨®n y 144 pasajeros despegaban rumbo al aeropuerto de D¨¹sseldorf (Alemania). El reloj marcaba las 10.41 cuando el copiloto, Andreas Lubitz, estrell¨® deliberadamente el avi¨®n contra los Alpes franceses.
Nadie sobrevivi¨® al impacto. Lubitz acab¨® con su vida y con la de 149 inocentes. Entre las v¨ªctimas se encontraban?16 alumnos y dos profesores del instituto Josep K?nig de Haltern am See?(D¨¹sseldorf[). Los adolescentes ten¨ªan 16 a?os y regresaban con sus familias tras participar en un intercambio de estudiantes con el instituto Giola de Llinars del Vall¨¨s (Barcelona). Una semana inolvidable en la que aparte de compartir aulas hab¨ªan visitado Barcelona y Girona. Cansados y contentos se hab¨ªan despedido de sus compa?eros catalanes. Fue su ¨²ltimo adi¨®s.
Aquel viaje pilotado por Lubitz les llev¨® directamente a la muerte.
Esta ma?ana, cuando faltan 16 d¨ªas para que se cumpla el primer aniversario de la tragedia de Germanwings, 23 compa?eros de los fallecidos volvieron al instituto de Llinars del Vall¨¨s. El ¨²ltimo centro en el que estudiaron sus compa?eros.
La tragedia a¨¦rea ha unido con fuerza a dos institutos separados por 1.500 kil¨®metros. La desgracia no ha roto un intercambio que lleva m¨¢s de 15 a?os realiz¨¢ndose. ¡°Este a?o vienen m¨¢s alemanes que de costumbre¡±, sonre¨ªa la madre de una alumna a las puertas del centro escolar.
Para evitar paralelismos, el grupo de alumnos alemanes no vol¨® desde D¨¹sseldorf sino que el avi¨®n despeg¨® de buena ma?ana desde el aeropuerto de Colonia. A las 10.15, y casi un a?o m¨¢s tarde, volvi¨® a escucharse hablar en alem¨¢n a la entrada del centro escolar.
Los adolescentes, luciendo la mejor de sus sonrisas y acompa?ados por dos profesores y por el director del centro alem¨¢n, Ulrich Wessel, bajaban del autocar que les tra¨ªa del aeropuerto de Barcelona y visitaron, ordenadamente, las ¨²ltimas aulas donde estudiaron sus compa?eros de instituto justo un a?o antes.
En las puertas del Giola, toda la comunidad educativa ¡ªencabezada por su directora, S¨ªlvia Gen¨ªs¡ª esperaba ¡°a los alemanes¡± en el intercambio m¨¢s relevante de estos 15 a?os.?Tras enfrentarse a los recuerdos, los alumnos de ambos centros protagonizaron un emotivo homenaje a sus compa?eros fallecidos. Junto al patio del colegio, los escolares inauguraron un peque?o paseo de apenas una decena de metros flanqueado por 16 cerezos y dos cipreses. Un simb¨®lico homenaje a los 16 menores y los dos profesores fallecidos en el accidente a¨¦reo.
¡°Estos ¨¢rboles fueron plantados por los ¨²ltimos compa?eros de aquellos j¨®venes que estar¨¢n con nosotros para siempre en este espacio de encuentro y de lectura¡±, record¨® la directora del instituto Giola. Un lugar que han bautizado como ¡°el paseo de los alemanes¡±.
El director alem¨¢n, Ulrich Wessel, se ha emocionado al pisar el mismo lugar donde pasaron las ¨²ltimas horas sus escolares. ¡°Las cicatrices son muy profundas y m¨¢s cuando se acerca la fecha en la que fallecieron nuestros alumnos¡±, ha explicado Wessel.
El alcalde de Llinars del Vall¨¨s, Mart¨ª Pujol, ha admitido que la muerte de los menores ha sido un duro golpe para su poblaci¨®n: ¡°No conseguiremos devolverles la vida pero s¨ª recordarles y que su presencia est¨¦ siempre entre nosotros¡±.
Los profesores del Giola, a escasos metros de los 16 cerezos y los dos cipreses, interpretaron una versi¨®n muy personal del Imagine, de John Lennon.?Despu¨¦s, pasearon junto a unos ¨¢rboles a los que no les han brotado las hojas.
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