Adi¨®s al moj¨®n 100 del Camino
El hito m¨¢s fotografiado de la ruta jacobea ha sido sustituido y ubicado en otro municipio para seguir un mandato de la Unesco
Salvo esa torre d¨ªscola de la campana que durante siglos se empecin¨® en escorarse hacia la izquierda en la fachada del Obradoiro, se puede afirmar con seguridad que la catedral de Santiago no se ha movido de su sitio desde que se empez¨® a construir, en el a?o 1075. Los huesos que la Iglesia atribuye al ap¨®stol siguen en su lugar desde hace todav¨ªa m¨¢s tiempo. El asunto est¨¢ claro: el templo no se ha desplazado, pero alguno de los caminos que llevan a ¨¦l se ha hecho m¨¢s largo, y esto tiene consecuencias que muchos consideran catastr¨®ficas.
El Camino Franc¨¦s a Santiago, el m¨¢s pisado desde tiempos remotos por las botas peregrinas, atraviesa tiempos convulsos porque la Xunta de Galicia est¨¢ cambiando todas las se?ales que hab¨ªan guiado a infinidad de viajeros desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas. Y enfrascada en esta faena, ha retirado uno de los mojones m¨¢s famosos de la senda: el que marcaba el punto kilom¨¦trico 100 en el lugar de A Pinza, en el municipio lucense de Sarria. En adelante, ese bloque de granito cubierto de pintadas y ofrendas sobrevivir¨¢ como un fetiche en miles de ¨¢lbumes fotogr¨¢ficos de los cinco continentes, pero ya no saldr¨¢ al paso de los caminantes en A Pinza. Seg¨²n las meticulosas mediciones ordenadas por la Administraci¨®n, la distancia que marcaba era falsa.
Esto tiene su gravedad. Porque para obtener la Compostela, el documento que acredita al llegar a Santiago al verdadero peregrino, es preciso haber recorrido, como m¨ªnimo, 100 kil¨®metros a pie o 200 en bicicleta. Hab¨ªa much¨ªsima gente que, por falta de tiempo o de fuerzas, se conformaba con lo justo, y de ello se benefici¨® siempre el municipio de Sarria, con unos medios de transporte y una oferta hostelera acordes con el honor que ostentaba.
Pero ahora, seg¨²n est¨¢ previsto, el flamante moj¨®n del kil¨®metro 100 (llamado de nuevo a la fama) estar¨¢ clavado en el lugar de Pena de Mirallos, pr¨®ximo al albergue de Ferreiros, que seg¨²n una de las encargadas del refugio cae ¡°a unos dos kil¨®metros del anterior¡± y ya dentro de otro ayuntamiento en direcci¨®n a Santiago, el de Paradela, mucho peor comunicado que Sarria. Entre los vecinos hay opiniones para todos los gustos: en A Pinza se lamentan por la p¨¦rdida; en Ferreiros creen que nada va a cambiar porque Sarria es m¨¢s importante; algunos recuerdan que la verdad ya se sab¨ªa hac¨ªa tiempo y que no tiene objeto la pol¨¦mica; y otros advierten con promover una plataforma c¨ªvica, algo que, trat¨¢ndose de Sarria, puede hacer temblar gobiernos. Hace muy poco, otra plataforma vecinal logr¨® paralizar la tala masiva de todos los alisos del r¨ªo. El pueblo en lucha llev¨® el caso a los juzgados y el presidente de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica acab¨® imputado.
De momento en la zona se mantiene cierta inc¨®gnita porque una empresa ha ido sembrando la ruta con los nuevos hitos pero no ha pasado nadie para numerarlos. La concejala de Turismo de Sarria, Marisa L¨®pez Leb¨®n, dice que espera noticias de la Xunta y que este fin de semana habr¨¢ en la localidad un congreso internacional del Camino en el que, seguro, se va a hablar del ¡°problema¡± que surge: corregir los miles de gu¨ªas editadas en todo el mundo y todos los anuncios que publicitaban negocios hosteleros con el reclamo del kil¨®metro 100.
Hasta ahora, el Camino fue tirando con las se?ales que improvis¨® Fraga para poner a andar el Xacobeo 93. Los mojones de Lugo que encarg¨® uno de sus barones, Francisco Cacharro, se amontonan hoy en un terreno como viejas l¨¢pidas de un camposanto, y ha sido otra Xunta del PP la que los ha cambiado. El intrincado proceso de revisi¨®n lo inici¨® el gobierno bipartito de PSdeG y Bloque, que pag¨® millones para medir otra vez las distancias y de definir el trazado hist¨®rico siguiendo sus huellas en libros polvorientos y en la toponimia rescatada.
Todo esto tiene origen en un mandato de la Unesco, que en 2007 advirti¨® que era imprescindible delimitar el itinerario con exactitud y definir el aut¨¦ntico trazado para conservar el t¨ªtulo de Patrimonio de la Humanidad. Al Gobierno de Feij¨®o le toc¨® ejecutarlo. Ahora hay un Camino multiplicado, con variante hist¨®rica y rutas alternativas impuestas por la costumbre. E infinidad de pueblos descontentos. ¡°Hay aldeas donde ni el m¨¢s viejo recuerda que el Camino fuese por donde dicen que va¡±, protesta Juan Serrano, alcalde de Portomar¨ªn (Lugo). ¡°?Por qu¨¦ han tenido que tocarlo todo, si en esto hab¨ªa paz?¡±.
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