Un pianista para el recuerdo

Gracias a que en Girona el concepto Black Music parece no tener fronteras, en la noche del viernes el Auditorio de la ciudad acogi¨® un deslumbrante concierto de jazz contempor¨¢neo a cargo de una de las luminarias del bajo el¨¦ctrico y del contrabajo actuales: Stanley Clarke.

Una magn¨ªfica entrada en la sala grande y un p¨²blico caluroso y entregado fueron el mejor espaldarazo para un festival que este a?o ha llegado con solvencia a su decimoquinta edici¨®n. Stanley Clarke lleg¨® a Girona con su nuevo cuarteto, una formaci¨®n poco habitual con dos teclados, bajo y bater¨ªa. Grupo formado, adem¨¢s, por m¨²sicos muy j¨®venes (20, 21 y 30 a?os), es decir que a sus 64 a?os, Clarke podr¨ªa ser ya el abuelo de alguno de ellos. Una diferencia de edad que apenas se not¨® en una propuesta que combin¨® con habilidad el virtuosismo instrumental del l¨ªder con una m¨²sica profunda y terriblemente atemporal cargada de lirismo y alternando las fases de calma con aut¨¦nticas tempestades sonoras. Mejor la calma que la tempestad porque en ellas sobr¨® algo del excesivo impulso del bater¨ªa.

Clarke recurri¨® a alguno de sus cl¨¢sicos, ofreci¨® un emotivo recuerdo a Charles MIngus y utiliz¨® tanto el contrabajo como el bajo el¨¦ctrico mostrando con ambos esas habilidades que le han llevado a la cima de ambos instrumentos. Largos solos, largos en minutaje pero en absoluto pesados o redundantes, puntuaron un concierto tan sobrio como motivador de entusiasmo.

La sorpresa de la velada fue el mas joven de los acompa?antes, el pianista georgiano Beka Gochiashvili, un nombre dif¨ªcil de pronunciar pero que es necesario retener en la memoria porque oiremos hablar mucho y bien de ¨¦l en un futuro inmediato, seguro. En Girona derroch¨® t¨¦cnica pian¨ªstica y encaden¨® solos de una madurez y profundidad incre¨ªbles perfectamente equilibrados con la propuesta r¨ªtmica de la banda. Un verdadero prodigio.

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