El adi¨®s a Andr¨¦s Lewin
Marwan, Conchita, Luis Ramiro y otros amigos del autor fallecido en enero rescatan ¡®La tristeza de la V¨ªa L¨¢ctea¡¯, su ¨¢lbum p¨®stumo
Dijo Tontxu que este mi¨¦rcoles era un d¨ªa ¡°en el que se hace muy dif¨ªcil hablar¡±. La sala Galileo Galilei presentaba un lleno memorable para asistir a la presentaci¨®n de La tristeza de la V¨ªa L¨¢ctea, el tercer ¡ªy mejor¡ª disco del cantautor hispanoargentino Andr¨¦s Lewin, pero su ausencia era irremplazable.
Lewin se pas¨® un a?o largo dando forma a este ¨¢lbum, escogiendo entre 30 canciones, encuestando a sus amigos para asegurarse cu¨¢les ara?aban en el coraz¨®n con m¨¢s ah¨ªnco. Fue ¨¦l quien reserv¨® la fecha del 16 de marzo para explicarle al mundo que hab¨ªa regresado, que esa forma de cantar y contar ya esbozada en Agencia de Viajes (2003) y Animales y Aeropuertos (2008) no era cosa insignificante.
No pudo ser. A Andr¨¦s se lo llev¨® un c¨¢ncer fulminante el 5 de enero, con apenas 37 a?os, pero sus amigos en los escenarios y en la vida decidieron mantener la fecha de la presentaci¨®n y cantar en su lugar.
Alguna l¨¢grima resbal¨® furtivamente por las mesas de la Galileo, pero el triunfo le correspondi¨® por goleada a las risas. Las que Lewin suscit¨® cuando se proyect¨® el desternillante v¨ªdeo de una entrevista que le realizaron tras un concierto en Andorra: ¡°Hago canciones porque se liga m¨¢s que haciendo cuadros¡±.
La ausencia resultaba dolorosa, de tan temprana e injusta, pero la gozosa camarilla del bonaerense se propuso que le sinti¨¦ramos bien cerca. Durante las casi dos horas que se prolong¨® el homenaje hubo mucha m¨²sica, pocos parlamentos y ninguna solemnidad.¡±"Era el mejor cantautor de la escena espa?ola, aunque a ¨¦l no le gustar¨ªa escucharme esto¡±, avis¨® el violinista Marino Saiz. Marwan le retrat¨® como la persona m¨¢s especial que hab¨ªa conocido nunca, ¡°porque lo que anidaba en su pecho y cabeza no se parece a nadie¡±. ¡°Era un genio, m¨¢s all¨¢ de considerarle amigo y hermano¡±, remach¨® Luis Ramiro, que compareci¨® hecho un pincel con su corbata, e incluso se marc¨® junto a Conchita una peque?a coreograf¨ªa en el arranque de la velada.
Lewin nunca hab¨ªa cuajado m¨¢s all¨¢ del Libertad 8, El B¨²ho Real, Galileo y dem¨¢s salas peque?as o medianas del circuito de cantautores.
Era licenciado en Psicolog¨ªa y m¨¢ster en Direcci¨®n de Empresas, pero en los ¨²ltimos tiempos se ganaba las habichuelas como teleoperador para el cobro de morosos. Lo contaba entre emocionado y divertido Sergio Rodr¨ªguez, un madrile?o de 24 a?os que coincidi¨® con Lewin en un m¨®dulo de realizaci¨®n de v¨ªdeo y que ahora ha traducido en im¨¢genes Este Fin, la estremecedora y premonitoria canci¨®n que cierra La Tristeza de la V¨ªa L¨¢ctea. ¡°Era imposible no reparar en Andr¨¦s¡±, le glosaba este amigo. ¡°Te mor¨ªas de risa con ¨¦l y a los dos minutos sacaba la guitarra, cantaba una de sus canciones y no pod¨ªas contener las l¨¢grimas¡±.
Este Fin quedar¨¢, con su enf¨¢tico crescendo final, como una de las cimas de Lewin, pero Luis Ramiro y Marwan tambi¨¦n sacaron brillo a la triste y contagios¨ªsima Iluminados, mientras que la deliciosa sorna canina de Puter corri¨® por cuenta de Alejandro Mart¨ªnez y Marino Saiz. Mart¨ªnez tambi¨¦n fue el encargado de estrenar After the War, el tema en que Andr¨¦s relata c¨®mo se enamor¨® por vez primera de un hombre en un bar de ambiente de Tel Aviv: ¡°Iba con dos pistolas el Rey David / y aunque no me crea la gente, una me apuntaba a m¨ª¡±.
Diego Ojeda, Mario Raya o una espl¨¦ndida Mar¨ªa Valverde tambi¨¦n desfilaron por un escenario en el que el guitarrista Pablo Cebri¨¢n, productor de La Tristeza¡, anunci¨® entre aplausos que exist¨ªa material grabado como para dos discos m¨¢s. Andr¨¦s Lewin, siempre tan inseguro y amigo del Prozac (escuchen Manifestaci¨®n Contra mi Depresi¨®n) acaso no habr¨ªa salido de su asombro.
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