Silenciar la demoscopia

El pasado 18 de marzo apareci¨® un nuevo bar¨®metro del Centro de Estudios de Opini¨®n (CEO) de la Generalitat de Catalu?a, el primero de 2016. En esta ocasi¨®n pocos medios de comunicaci¨®n difundieron los datos obtenidos, probablemente porque no segu¨ªan sus l¨ªneas editoriales ni serv¨ªan para argumentar las habituales diatribas contra el chivo expiatorio de turno.

Los denominados medios unionistas, incapaces de ver m¨¢s all¨¢ del art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n espa?ola, ignoraron las cifras sobre la firmeza del sentimiento independentista y la fulgurante subida de la formaci¨®n Catalunya S¨ª que es Pot (o En Com¨² Podem). Estos buenos augurios para la izquierda partidaria de un refer¨¦ndum vinculante sobre el futuro de Catalu?a tambi¨¦n fueron silenciados por los medios considerados independentistas y fieles aliados del gobierno de Junts pel S¨ª, que tampoco soportan constatar la buena salud de la CUP, blanco de duras y machaconas cr¨ªticas de sus editoriales. Unos y otros tambi¨¦n obviaron unos p¨¦simos resultados que reflejan una grave y profunda crisis de la pol¨ªtica y una escasa credibilidad sobre el funcionamiento de nuestra democracia.

Se ignoraron las cifras sobre la firmeza del sentimiento independentista y la fulgurante subida de la formaci¨®n Catalu?a S¨ª que es Pot

La prensa centralista recalcitrante se incomoda al observar que para la gran mayor¨ªa de los catalanes (casi el 70%) el nivel de autonom¨ªa de Catalu?a sigue siendo insuficiente (uno de los registros m¨¢s elevados de los diez a?os de CEO), y que as¨ª lo afirma la pr¨¢ctica totalidad de los votantes de Junts pel S¨ª y de la CUP, la mitad de los votantes socialistas e incluso una cuarta parte de los que votaron PP y Ciudadanos el 27-S. Los ac¨¦rrimos defensores de la unidad de Espa?a digieren mal que cuando la encuesta del CEO pregunta si Catalu?a deber¨ªa ser una regi¨®n de Espa?a, una comunidad aut¨®noma, un estado de una Espa?a federal o un estado independiente, la independencia sea una vez m¨¢s (desde hace cuatro a?os) la principal respuesta (casi el 40%).

Tampoco gusta que ante la pregunta expl¨ªcita de si se desea que Catalu?a sea un Estado independiente, se haya pasado de una ligera ventaja del ¡°no¡± en el bar¨®metro de octubre de 2015 a un empate entre partidarios del ¡°no¡± y del ¡°s¨ª¡±, donde se encuentra una quinta parte de los que ahora votar¨ªan una Catalunya S¨ª que es Pot al alza, y que muchos metieron entera dentro del saco del unionismo.

Los medios de comunicaci¨®n m¨¢s proconvergentes, que reprocharon a la CUP que apartara a Artur Mas, estaban convencidos de que este primer bar¨®metro de 2016 pasar¨ªa factura a los anticapitalistas, pero se han llevado un buen chasco demosc¨®pico. El CEO augura una intenci¨®n directa de voto y una estimaci¨®n de esca?os para la CUP similar a la actual, mientras que Junts pel S¨ª va a la baja y perder¨ªa entre cuatro y seis diputados.

En cuanto a la valoraci¨®n de los l¨ªderes, la CUP se atrevi¨® a pedir al CEO que se evaluara a Benet Salellas (son las formaciones parlamentarias las que eligen a un m¨¢ximo de dos l¨ªderes para ser valorados), quien dijo con vehemencia que hab¨ªan ¡°enviado a Mas a la papelera de la historia¡±. El cupaire gerundense, a pesar de no ser excesivamente conocido por los catalanes, fue uno de los pocos pol¨ªticos que consigui¨® una valoraci¨®n media superior a cinco (en una escala de 0 a 10) y, para mayor tormento convergente, obtuvo un meritorio aprobado entre los electores de Junts pel S¨ª.

Pol¨ªticos, partidos y medios de comunicaci¨®n parecen huir de aquellos indicadores que alertan sobre la crisis de nuestra democracia y sobre la escasa confianza que merecen los actuales actores pol¨ªticos. El reci¨¦n y silenciado bar¨®metro del CEO incide de manera alarmante sobre estos aspectos y con cifras de r¨¦cord. La segunda respuesta espont¨¢nea de los catalanes sobre los principales problemas que actualmente tiene Catalu?a (por debajo del paro y la precariedad laboral) es la insatisfacci¨®n con la pol¨ªtica y los pol¨ªticos, que en esta ocasi¨®n ha alcanzado el tercer registro m¨¢s elevado de la historia del CEO (m¨¢s del 40%).

La media sobre el grado de confianza que merecen los pol¨ªticos catalanes (puntuaci¨®n de 0 a 10) es solo de un 3,7 (la tercera m¨¢s baja de la historia) y adem¨¢s se ha cosechado un porcentaje r¨¦cord de ceros (una quinta parte de los encuestados). Y otro dato m¨¢s: el 80% de los catalanes se muestra poco o nada satisfecho con el funcionamiento de nuestra democracia. ?Por qu¨¦ silenciarlo?

Jordi Matas Dalmases es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UB.