Muertos que se convierten en ¨¢rbol
La Seu d'Urgell permite que las cenizas mortuorias se depositen en macetas controladas por ordenador
El cementerio de la Seu d'Urgell (Lleida) ampliar¨¢ en las pr¨®ximas semanas el abanico de opciones para sus futuros difuntos. Hace d¨¦cadas que nadie descansa eternamente en tumbas y las ¨²nicas alternativas son alquilar un nicho donde reposar durante el tiempo que decidan los bolsillos de los familiares o el columbario donde descansar en formato cenizas. El municipio est¨¢ a punto de dar una tercera opci¨®n mortuoria a sus vecinos. En las pr¨®ximas semanas se modificar¨¢ la ordenanza municipal dando la posibilidad de pasar a la eternidad convertido en ¨¢rbol.
En 1985, miles de espa?oles menores de edad quedaban traumatizados con la emisi¨®n del ¨²ltimo cap¨ªtulo de la serie infantil, David, el Gnomo. Tras decenas de aventuras, el personaje fant¨¢stico mor¨ªa convirti¨¦ndose en un ¨¢rbol. El ejemplo, hermoso y aterrador a partes iguales, es similar a la propuesta del cementerio de la ciudad pirenaica.
El gnomo se transformaba en vegetal en d¨¦cimas de segundo. En la Seu el proceso ser¨¢ m¨¢s lento. Los cad¨¢veres de los difuntos se incinerar¨¢n y con sus cenizas se plantar¨¢ un ¨¢rbol. ¡°El concepto de que la muerte pueda ser el origen de una nueva vida es bonito, quiz¨¢s revolucionario, queremos dar esa opci¨®n a nuestros vecinos¡±, as¨ª de rotundo se manifiesta el alcalde de la Seu d'Urgell, Albert Batalla.
La idea parte de unos empresarios del municipio que han conseguido especializar su negocio en el dise?o y construcci¨®n de urnas f¨²nebres ¡°diferentes¡±. En 1997 el dise?ador Gerard Molin¨¦ cre¨® la Urna Bios. ¡°Un objeto de papel biodegradable en el que se depositan las cenizas del difunto, mezcladas con fibra de coco, tierra y la semilla de un ¨¢rbol¡±, describe el dise?ador fundador del Estudi Molin¨¦. La urna se ¡°disuelve¡± y las cenizas mezcladas con la tierra sirven de abono para que brote el vegetal. El Estudi Molin¨¦ comenz¨® a comercializar la Urna Bios hace tres a?os. La idea apasion¨® a los internautas hasta el punto que la empresa de la Seu d'Urgell exporta el 70% de su producci¨®n a 14 pa¨ªses, principalmente Estados Unidos, Canad¨¢, Rusia, B¨¦lgica¡
Una aplicaci¨®n del m¨®vil enviar¨¢ las necesidades de la plantaci¨®n mortuoria tanto a los familiares como a los t¨¦cnicos municipales.
La r¨¢pida comercializaci¨®n del revolucionario elemento f¨²nebre lleg¨® acompa?ada de varios problemas. ¡°Algunos clientes viven en grandes ciudades donde no tienen acceso al bosque¡±, introduce Molin¨¦. Se toparon con todo tipo de situaciones, desde clientes que pretend¨ªan plantar ¨¢rboles incompatibles con el clima donde se encontraban ¡ª¡±es como si quisieras plantar una palmera en el Pirineo¡±¡ª o personas que o no regaban suficiente los restos de sus seres queridos o, por el contrario, los inundaban. Fue entonces cuando la empresa dise?¨® una pieza mortuoria complementaria: La incubadora. Una maceta f¨²nebre donde se deposita la urna biodegadable. ¡°Es un objeto inteligente dotado de una carcasa con un dep¨®sito de agua, tambi¨¦n tiene una especie de ordenador, un sensor que mide la temperatura, y tecnolog¨ªa Wi-Fi que permite controlar desde el tel¨¦fono m¨®vil la cantidad de fertilizante, el nivel de agua y otros par¨¢metros¡±, informa Molin¨¦.
Gracias a una aplicaci¨®n en el m¨®vil, la incubadora nos informa si es viable la semilla que hemos plantado con las condiciones clim¨¢ticas del lugar. En un principio s¨®lo vender¨¢n dos centenares de incubadoras con sus urnas y sus aplicaciones m¨®viles a un precio de oferta de lanzamiento de 350 d¨®lares. Despu¨¦s superar¨¢ los 500 d¨®lares.
El cementerio de la Seu d'Urgell ser¨¢ pionero en la implantaci¨®n de estas incubadoras dentro del recinto. ¡°Las situaremos en una zona ajardinada, estar¨¢n todas juntas y tendr¨¢n protecci¨®n anti v¨¢ndalos¡±, informa el alcalde Albert Batalla. Estas incubadoras estar¨¢n conectadas al servicio de agua corriente del cementerio y la aplicaci¨®n del m¨®vil enviar¨¢ las necesidades de la plantaci¨®n mortuoria tanto a los familiares como a los t¨¦cnicos municipales. Las incubadoras estar¨¢n en el campo santo entre tres y cinco a?os. Transcurrido este plazo ¡°la familia podr¨¢ llevarse el ¨¢rbol, cederlo al Ayuntamiento que lo replantar¨¢ en otro lugar de la ciudad o una tercera opci¨®n que es plantar el ¨¢rbol con una placa que identifique al difunto¡±, informa Batalla.
El alcalde aspira a destinar una zona verde de la ciudad a la plantaci¨®n de estos ¨¢rboles. Un lugar similar a las Monta?as del m¨¢s All¨¢, el lugar donde David el gnomo y su esposa Lisa pasaron a la eternidad convertidos en dos cerezos.
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