Un concierto intergeneracional
El d¨²o Chumi Chuma demostr¨® durante las Matinales de EL PA?S que padres y ni?os pueden disfrutar a partes iguales de un buen recital de rock
La escena es conocida: una banda de rock se dispone a dar su primer concierto, las puertas del auditorio est¨¢n abarrotadas de fans que pugnan por hacerse con las ¨²ltimas entradas, los coches se amontonan en el parking como piezas de Tetris. Pero a poco que uno se fije en ciertos detalles, se dar¨¢ cuenta de que nada es tan habitual. Para empezar, son las 12.30 del mediod¨ªa. Los coches del parking son en realidad cochecitos de ni?o. Y los fans que montan tanto alboroto no levantan ni cinco palmos del suelo.
Si a eso a?adimos que la estrella indiscutible de la banda es un monstruo peludo venido de otra dimensi¨®n, es muy probable que muchos de los que transitaban en la ma?ana soleada de ayer por los alrededores del teatro Nuevo Apolo pensaran que se hab¨ªan tomado alg¨²n verm¨² de m¨¢s.
El grupo, o m¨¢s bien d¨²o, se llama Chumi Chuma, y se estren¨® ante un p¨²blico masivo en el concierto de las matinales organizadas por EL PA?S en colaboraci¨®n con Planet Events y Les Nits de l¡¯Art. Chumi es el alter ego del zaragozano Alberto Rodrigo, bregado a sus 35 a?os en bandas de rock como Tulsa, Fuel Fandango o las de Russian Red y Christina Rosenvinge. Chuma es un ser de dos metros, astado y con un solo ojo, que viste vaqueros y playeras. Y toca varios instrumentos. Aparece entre bastidores, pocos minutos antes del concierto, hablando un idioma incomprensible de su dimensi¨®n remota. Ante la insinuaci¨®n del periodista de que debajo de su corpach¨®n peludo pudiera haber un actor de carne y hueso, su compa?ero se pone serio: ¡°Este entra?able monstruo es real, y se perdi¨® en un viaje interdimensional en el que acab¨®, casualmente, sobre el escenario del Palacio de los Deportes de Madrid durante el concierto de fin de gira de Vetusta Morla¡±. A poco que uno navegue por Youtube podr¨¢ comprobar no solo este hecho, tambi¨¦n la cara de pasmo del grupo madrile?o.
Con el tiempo se hicieron amigos, hasta el punto de que los miembros de Vetusta Morla han producido el primer disco de Chumi Chuma, ??Baila sin parar!! Es un tratado de rock and roll bailongo con canciones educativas cargadas de humor e iron¨ªa, dirigidas a los ni?os pero de las que tambi¨¦n deber¨ªan tomar nota algunos padres, como en el caso de Zombi, zombi, zombi, una cr¨ªtica a quienes se pasan la vida pegados a la pantalla del m¨®vil.
Para su puesta de largo, esta extra?a pareja se rode¨® ayer de una banda que para s¨ª querr¨ªan muchas estrellas de relumbr¨®n: m¨²sicos de Cooper, Jero Romero, Rufus T. Firefly o los propios Vetusta Morla conformaban una big band donde no faltaban una secci¨®n de vientos y otra de percusi¨®n. Durante el concierto, Alejandro Acosta, de Fuel Fandango, y la actriz y cantante Leonor Watling hicieron sus respectivos cameos, al sintetizador ¨¦l y al micr¨®fono ella, para solaz de los padres que acompa?aban a los peques. La mayor¨ªa rebasaban la treintena y son fans de muchos de los m¨²sicos que poblaban el escenario. ¡°Quer¨ªamos hacer buenas canciones. Que vayan dirigidas a ni?os no supone que haya que descuidar la calidad. Partimos de una premisa similar a la del programa de televisi¨®n La bola de cristal. Por eso los adultos han disfrutado tanto¡±, comentaba Chumi despu¨¦s del concierto.
Noelia Molinero, de 38 a?os, no ocultaba su entusiasmo al ver la sonrisa instalada en la cara de su ni?a Candela, de seis: ¡°Me gusta la m¨²sica, de hecho estoy aprendiendo a tocar la bater¨ªa¡±. En la butaca de al lado interven¨ªa Adela, de edad similar. ¡°Mi pareja y yo hemos ido a muchos festivales, por eso aqu¨ª lo disfrutamos todos¡±; y a?ad¨ªa por lo bajo, mientras se?alaba a su hijo de siete a?os: ¡°Espero que Chuma no le d¨¦ miedo con esos cuernos¡±.
El espect¨¢culo termin¨® con el tema que da t¨ªtulo al disco, con un Pucho (el cantante de Vetusta Morla) euf¨®rico bailando sobre el escenario, rodeado de ni?os espont¨¢neos que tambi¨¦n mov¨ªan el esqueleto, y el p¨²blico al completo levantado de sus butacas.
A la salida se dio otra escena tambi¨¦n conocida en muchos conciertos de rock: en el puesto de mercadotecnia de Chumi Chuma no daban abasto vendiendo camisetas. La novedad era que repart¨ªan tallas XL y XXXS a partes iguales.
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