Josep Clar¨¤ vuelve a Barcelona
El Museo Europeo de Arte Moderno expone 80 piezas procedentes del taller del escultor
El escultor olot¨ª Josep Clar¨¤ (1878-1958), uno de los artistas catalanes m¨¢s destacados de la primera mitad del siglo XX y el de mayor proyecci¨®n internacional de su generaci¨®n, no ha tenido suerte con Barcelona. La casa y el taller que leg¨® ¡ªadem¨¢s de cerca de 800 esculturas y 8.000 dibujos propios, su biblioteca personal y una colecci¨®n de pinturas de artistas contempor¨¢neos¡ª al Ayuntamiento tras morir, con la intenci¨®n de que se convirtiera en museo abierto a los barceloneses, fue cerrado definitivamente en 1995 alegando falta de p¨²blico. Por si fuera poco, en 1999 el Ayuntamiento derrib¨® la casa y desmantel¨® el jard¨ªn noucentista y su obra se dividi¨® en dos fondos, una parte ingres¨® en el Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC) y otra en el Museo de la Garrotxa de Olot. De este segundo centro provienen la mayor parte de las 80 piezas ¡ªalgunas de m¨¢s de tres metros de altura¡ª que pueden verse hasta finales de junio en el Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM) de Barcelona (Barra de Ferro, 5). La exposici¨®n Al taller de Josep Clar¨¤. Yesos de un escultor irrepetible ha tra¨ªdo de vuelta a Barcelona al Clar¨¤ m¨¢s aut¨¦ntico y m¨¢s desconocido: el de los yesos m¨¢s relevantes de cada una de las ¨¦pocas de su prol¨ªfica vida, entre ellos de sus obras m¨¢s emblem¨¢ticas, entre ellas, su famosa Diosa, de 1928, instalada hasta 1981 en la Pla?a de Catalunya de Barcelona (momento en que se traslad¨® al MNAC y se sustituy¨® por una r¨¦plica). ¡°Se trata de las obras m¨¢s aut¨¦nticas y primigenias del artista, a partir de las cuales se crean sus esculturas en material definitivos, como el m¨¢rmol y el bronce", explica Cristina Rodr¨ªguez comisaria de la exposici¨®n en colaboraci¨®n con Irene Gras. La gran mayor¨ªa de estos yesos se muestran por primera vez, por lo que casi 70 piezas han sido sometidos a un laborioso proceso de restauraci¨®n.
Regias y armoniosas, terrenales y mediterr¨¢neas, cl¨¢sicas y equilibradas, depuradas, austeras, de l¨ªneas definidas y vol¨²menes concisos. Son algunos de los adjetivos que siempre han acompa?ado a las esculturas de Clar¨¤, un di¨¢logo intimo entre las naturaleza y su ideal, materializada, sobre todo en figuras de mujeres que muestran una casta desnudez. Piezas que evolucionan desde el naturalismo marcado por el simbolismo de Agust Rodin de 1900, tras su salto a Par¨ªs; con obras como Joven florentino (1902), ?xtasis (1903) o Jes¨²s (1904); trabajos acad¨¦micos de grandes dimensiones y calidad excepcional, teniendo en cuenta su juventud; hasta las formas ideales de la postguerra, pasando por el noucentismo de finales de los a?os 1910 y 1920 plasmado en obras como Reposo (1909) y Crep¨²sculo (1910), donde la influencia de la obra de Ar¨ªstides Maillol es evidente.
Obras al aire libre en Olot
Olot, la ciudad natal de Josep Clar¨¤, cuenta con una obra del escultor al aire libre desde el a?o 1953. Se trata de Maternitat, realizada en 1948 por el artista y situada en la plaza que lleva el mismo nombre que el escultor de la poblaci¨®n y que se ha convertido en un s¨ªmbolo de la ciudad. Pero pronto esta obra tendr¨¢ cerca a algunas de sus hermanas. El ayuntamiento de la capital quiere que la presencia de este artista sea mayor. Por eso "proyecta crear una especie de jard¨ªn de esculturas de Clar¨¤ en esta plaza", explica la directora del Museo de la Garrotxa Montserrat Mallol.
La exposici¨®n presenta dos vertientes "que construyen una mirada diferente y renovada sobre este artista", explica Rodr¨ªguez. Por un lado, se explica la trayectoria del escultor y su evoluci¨®n. De otro, se explora el concepto del taller del artista y se muestra su trabajo a partir de los moldes y herramientas que empleaba. Junto a los grandes yesos, lo que m¨¢s impacta con las enormes fotograf¨ªas que jalonan el recorrido de la muestra, que muestran al escultor en su taller junto algunas de sus obras, la mayor¨ªa tambi¨¦n in¨¦ditas.
La exposici¨®n repasa una de las actividades profesionales que m¨¢s devoci¨®n dedic¨® Clar¨¢, y que m¨¢s renombre le proporcion¨®, como fue la estatuar¨ªa p¨²blica, con obras, sobre todo en Barcelona, pero tambi¨¦n Manresa, Sabadell, Olot y Madrid. Con ejemplos como El monumento del Trabajo (1914), Los voluntarios catalanes (1925) que puede verse en el Parc de la Ciutadella desde 1936 o Juventud (1928) en la pla?a de Catalunya, adem¨¢s de otras desaparecidas como el Monumento a los Ca¨ªdos?de Barcelona tras ser derribado en 2003.
Junto a estas enormes piezas, Clar¨¤ tambi¨¦n cre¨® obras m¨¢s reducidas que tuvieron una gran aceptaci¨®n comercial, sobre todo retratos como los de la Se?ora Vinardell (1905), Enric Granados (1916), El violinista Costa (1955) que aparece en una fotograf¨ªa de la exposici¨®n observando al escultor mientras trabaja, adem¨¢s de varios autorretratos. ¡°Se conservan muy pocos, pero son muy interesantes porque muestran la imagen que de si mismo ten¨ªa el artista¡±, explica la comisaria, que reivindica, junto con Montserrat Mallol, directora del museo de Olot, la recuperaci¨®n de Clar¨¤, casi olvidado en los ¨²ltimos a?os. ¡°Barcelona perdi¨® con el museo Clar¨¤ la oportunidad de tener un museo como Par¨ªs tiene el de Rodin¡±, se lamenta Mallol.
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