Transparencia contra opacidad: el poder de la ciudadan¨ªa

Hace m¨¢s de una d¨¦cada que el Consejo de Europa trabaja por consolidar la calidad de nuestras democracias en los pa¨ªses de nuestro continente. Desde 1981 el Comit¨¦ de Ministros recomend¨® tomar medidas contra la delincuencia econ¨®mica e impuls¨® numerosos trabajos que culminaron en la Conferencia de La Valetta a propuesta de los ministros de justicia de los 47 estados miembros. En esta conferencia se determin¨® que la corrupci¨®n no era solo una palabra, sino que era una seria amenaza para la estabilidad de las instituciones democr¨¢ticas y deb¨ªa abordarse a nivel europeo.

En 1999 se cre¨® el Grupo de Estados contra la Corrupci¨®n (GRECO) para analizar desde el Consejo de Europa el trabajo de sus pa¨ªses miembros a nivel legislativo y ejecutivo. Y desarrolla numerosas recomendaciones. El Grupo de Estados contra la Corrupci¨®n adopt¨®, en su reuni¨®n plenaria del pasado 4 de diciembre de 2015, en la Tercera Ronda de Evaluaci¨®n, el Segundo Addendum al Informe de Cumplimiento de Espa?a en materia de investigaci¨®n, regulado en Criminal Law Convention on Corruption, y de transparencia en la financiaci¨®n de partidos pol¨ªticos y campa?as electorales. Se suger¨ªan hasta quince recomendaciones respecto al control de la financiaci¨®n pol¨ªtica y la aplicaci¨®n de sanciones efectivas para el caso de infracciones en casos de corrupci¨®n, ampliando el rango de la sanci¨®n e incluyendo a todas las personas y entidades.

La batalla medi¨¢tica, recrudecida por la dureza de la crisis econ¨®mica, contra los representantes pol¨ªticos ha arrasado Europa justificada por numerosos casos de corrupci¨®n. Diferentes respuestas adoptan una forma general basada en una debilitaci¨®n de las instituciones, una desafecci¨®n de la poblaci¨®n hacia las mismas y, por extensi¨®n, un debilitamiento del conjunto del sistema democr¨¢tico, dando paso a un rastro en toda Europa de numerosas formas de populismo y extremismo.

Los partidos pol¨ªticos, esenciales en la vida pol¨ªtica, econ¨®mica y social, deben ser el pilar y el cauce de participaci¨®n y organizaci¨®n que abra los espacios a la construcci¨®n de los asuntos p¨²blicos. Ninguna forma de participaci¨®n que no reconozca derechos y obligaciones puede asumir con responsabilidad y ejemplaridad la base de la centralidad social de la democracia. Pero, para ello, los partidos pol¨ªticos deben avanzar en las nuevas exigencias colectivas de una nueva construcci¨®n de la gesti¨®n de lo p¨²blico, de administraciones e instituciones abiertas, participativas y transparentes capaces de rendir cuentas, casi en tiempo real, a toda la poblaci¨®n.

Para todo ello, no solo las instituciones p¨²blicas, tambi¨¦n las privadas y toda la sociedad en general, deben cambiar su actitud e impulsar principios b¨¢sicos de independencia, transparencia y rendici¨®n de cuentas. La independencia en la toma de decisiones pol¨ªticas, evitando presiones e intereses que falten a la justicia. Pero ?qu¨¦ garantiza esa independencia? Pues, evidentemente, que todos los procesos sean transparentes, con normas de conocimiento p¨²blico para evitar as¨ª arbitrariedad alguna. Para ello es necesario someter las decisiones y actuaciones a un juicio y control de un tercero imparcial.

La transparencia debe acompa?arse de una rendici¨®n de cuentas sincera, de un compromiso de difundir informaci¨®n, hacerla comprensible y reutilizable. Pero no es un mero ejercicio de m¨¢rquetin o propaganda electoral. Es una nueva forma de entender la gesti¨®n p¨²blica, abierta, cercana y evaluable por los ciudadanos que quieren participar diariamente, m¨¢s all¨¢ del ejercicio del voto una vez cada cuatro a?os.

La corrupci¨®n ha sido una de las cuestiones que ha estado presente estos d¨ªas en los debates que se han desarrollado en la sesi¨®n ordinaria de la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa en Estrasburgo. Todos los representantes de los pa¨ªses hemos analizado los riesgos y las carencias de nuestras democracias y su impacto en cada pa¨ªs.

En Espa?a hemos tenido numerosos casos de corrupci¨®n. Sus consecuencias son evidentes pero, posiblemente, los dos grandes pilares est¨¢n ubicados en Valencia y Madrid.

Curiosamente, Madrid es la ¨²ltima regi¨®n en transparencia de nuestro pa¨ªs. La Comunidad de Madrid a¨²n no hab¨ªa legislado sobre su administraci¨®n en transparencia. Por todo ello hay que valorar la iniciativa del PSOE, poniendo en marcha una proposici¨®n de ley en el parlamento madrile?o para romper los muros que tanto han deteriorado la imagen p¨²blica de la Casa de Correos en los ¨²ltimos a?os.

Los socialistas han liderado las principales leyes de transparencia en todas las regiones de Espa?a y su experiencia debe servir para hacer realidad un nuevo marco normativo que d¨¦ luz a las opacas administraciones populares que, bajo el mandato conservador, han hecho de la opacidad un modelo de gesti¨®n durante m¨¢s de veinte a?os.

El profesor Gabilondo suele recordar que ¡°transparencia" es mucho m¨¢s que una palabra. Es un compromiso con la responsabilidad de la gesti¨®n de lo p¨²blico. Es una nueva manera de gobernar de forma compartida y cooperativa con el conjunto de la sociedad madrile?a.

Madrid necesita un nuevo modelo alejado del ego¨ªsmo de un pu?ado de oscuros intereses que solo construye bancos e industrias de papel, sin trabajadores, sin alma, fuera del control de los estados y de las instituciones, en cualquier "para¨ªso" que condena a la gente com¨²n al "infierno" de la opacidad de sus decisiones especulativas, cuando no delictivas.

Una nueva ley de transparencia, buen gobierno, acceso a la informaci¨®n, participaci¨®n, colaboraci¨®n y cooperaci¨®n ser¨¢ una realidad en breve. Una nueva ley propuesta, liderada por los socialistas pero que pretende ser un punto de partida para que se convierta en una nueva ley de todos.

Espero que entre todos seamos capaces de hacer la mejor Ley de Transparencia de Espa?a y que en el tr¨¢mite parlamentario, al esfuerzo del PSOE de Madrid, se sumen el del resto de las fuerzas pol¨ªticas para aportar lo mejor y adquirir un compromiso con el nuevo tiempo que la sociedad nos exige liderar para hacer de las instituciones p¨²blicas un espacio de responsabilidad y ejemplaridad valorado por toda la ciudadan¨ªa que aspiramos a representar.

Jos¨¦ Cepeda es senador y representante de Espa?a en el Consejo de Europa