Lo que queda, lo que viene
El entramado institucional existente, controlado por ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas, ve con preocupaci¨®n la emergencia de nuevas din¨¢micas con formatos distintos de relaci¨®n instituci¨®n-sociedad
Despu¨¦s de estos cinco a?os transcurridos desde el 15M del 2011, los recuerdos empiezan a mezclarse con los mitos y los hechos con los argumentos. A¨²n no nos ponemos de acuerdo si el 15M es o fue un movimiento, un acontecimiento o algo a medio camino. Lo que parece claro es que fue una clara expresi¨®n de ¡°acci¨®n colectiva¡± o, c¨®mo dicen algunos, de ¡°acci¨®n conectiva¡±. La ¡°tecnopol¨ªtica¡± encuentra sus bases nucleares en el modo en que se oper¨® en y desde las plazas. La tesis doctoral de Arnau Monterde y los trabajos de Javier Toret en el centro que dirige Manuel Castells en la UOC, muestran que la falta aparente de estructura y de organizaci¨®n, contrasta con una identidad multitudinaria que se fue construyendo en base a las interacciones entre personas, grupos y colectivos. M¨¢s all¨¢ de individuos o nodos, lo cierto es que la forma directa y pr¨¢ctica con que se usaron las m¨²ltiples posibilidades de las redes, permiti¨® ir mucho m¨¢s all¨¢ de los confines de los n¨²cleos politizados o de los activistas habituales. El cambio de escala fue uno de los puntos clave que explica la fuerza que emanaba de las plazas. Ese desbordamiento, esa llegada o conexi¨®n masiva de nuevos actores, le dio a lo que parec¨ªa algo espont¨¢neo y epis¨®dico, una robustez, flexibilidad y adaptabilidad que mostr¨® la potencia de la construcci¨®n colectiva de conocimiento y de din¨¢micas de acci¨®n.
Aun hoy es posible identificar la pervivencia de las redes generadas en aquellos momentos. Redes que mantienen nodos y capacidades latentes nada desde?ables y que posteriormente se han (re)utilizado en ocasiones como por ejemplo Gamonal, la ILP de la PAH en el 2013, o en los procesos de conformaci¨®n y movilizaci¨®n social ante las pasadas elecciones municipales. Del 15M surgi¨® una din¨¢mica colectiva dif¨ªcil de encasillar con los par¨¢metros de la literatura de movimientos sociales. Liderazgos m¨¢s colectivos que individuales, din¨¢micas m¨¢s meritocr¨¢ticas que estatutarias, menos definiciones program¨¢ticas y m¨¢s iniciativas concretas que aglutinan esfuerzos individuales y colectivos. No ha habido linealidad ni continuidad expl¨ªcita, pero si mantenimiento de pautas, actitudes y principios. Desde la l¨®gica de los medios de comunicaci¨®n convencionales o desde los partidos tradicionales, ello hace que se vea al 15M como algo fantasmag¨®rico, irreal o fugaz y periclitado. Pero, lo cierto es que los trazos y las huellas de lo ocurrido hace cinco a?os siguen siendo perceptibles y siguen operando como referente simb¨®lico para muchos.
?Y ahora? Estamos en pleno proceso de institucionalizaci¨®n de parte de lo que constituy¨® el movimiento-red del 15M. En esa fase, llena de tensiones y de inevitables contradicciones, la pervivencia de los rasgos distintivos se ha ido manteniendo con m¨¢s o menos claridad. Se han combinado las redes con la televisi¨®n y la presencia en las calles, pero la tecnopol¨ªtica es ya una realidad incuestionable. Se ha roto claramente la bipolaridad PP-PSOE. Con la expresi¨®n de ¡°confluencia¡± se han querido identificar procesos que fueran m¨¢s all¨¢ de los acuerdos entre formaciones pol¨ªticas y que permitieran aglutinar distintos colectivos de manera m¨¢s plural y abierta. En algunos sitios ha funcionado mejor que en otros, pero la realidad surgida de las pasadas elecciones municipales y la prueba del 20D muestra notables fortalezas de tales confluencias en sitios como Catalu?a, Galicia o Valencia.
Sabemos que el entramado institucional existente, fuertemente intermediado y controlado por ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas, ve con preocupaci¨®n la emergencia de nuevas din¨¢micas con formatos distintos de relaci¨®n instituci¨®n-sociedad. Por ah¨ª fallan los tradicionales puntos de enlace que les serv¨ªan para saber ¡°como est¨¢ lo m¨ªo¡± en cada momento. Una de las preguntas clave es si los reci¨¦n llegados ser¨¢n capaces de cambiar esos entramados institucionales o si, al rev¨¦s, ser¨¢n ellos los que acaben acomod¨¢ndose a las exigencias y rigideces de esos mismos entramados. De aquel momento de politizaci¨®n masiva ha surgido la emoci¨®n y la fuerza que ha ido alterando la conformaci¨®n de mayor¨ªas sociales. Falta ver si se consigue finalmente que ello se exprese en los cambios institucionales hoy necesarios, tanto en el terreno social y econ¨®mico como en la aceptaci¨®n de la realidad plurinacional. No hay partido hoy que pueda afirmar que representa al 15M, pero tampoco nada de lo nuevo que ocurre en el escenario pol¨ªtico espa?ol y en el catal¨¢n puede explicarse sin recurrir a ese momento excepcional del que hoy se cumplen cinco a?os.
Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB.
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