¡®Kakha¡¯, el capo georgiano que puso sus hijos a nombre de un amigo
El jefe mafioso, condenado a 20 a?os de c¨¢rcel, orden¨® tres veces el asesinato de un miembro de la banda que no hab¨ªa devuelto 600 euros de la "caja com¨²n"
Kakhaber Sushanashvili, el jefe de la mafia georgiana en Espa?a condenado esta semana a m¨¢s de 20 a?os de c¨¢rcel, ha hecho lo imposible por ocultar su identidad. Lleg¨® a Espa?a con el pasaporte falso de un ciudadano b¨²lgaro; fue contratado en una fruter¨ªa donde jam¨¢s trabaj¨®; pag¨® 6.000 euros a una mujer para casarse con ella y obtener la residencia; y hasta inscribi¨® a sus hijos, gemelos, a nombre de una persona de su m¨¢xima confianza dentro de la organizaci¨®n. Todas esas prevenciones no le han ahorrado, ahora, la condena por la operaci¨®n Java, uno de los mayores golpes policiales a las mafias de origen ruso-georgiano instaladas en Europa.
El capo, apodado Kakha, no solo puso su empe?o en hacerse invisible, sino tambi¨¦n en destruir a sus enemigos. Uno de los delitos que se le atribuyen es el de conspiraci¨®n para asesinato. A finales de 2009, ¨¦l y su hermano Lasha -jefe de la organizaci¨®n en Europa y condenado en Grecia- "tomaron la decisi¨®n de matar" a Vladimir Janashia, seg¨²n la sentencia de la Audiencia Nacional. Janashia era miembro de una facci¨®n rival que viv¨ªa en Niza y con el que ten¨ªan una disputa desde hac¨ªa a?os a prop¨®sito de la obschack o "caja com¨²n", una especie de hucha donde la organizaci¨®n deposita los fondos obtenidos con la delincuencia; especialmente, con el robo a viviendas.
Un espa?ol ayud¨® a la organizaci¨®n a blanquear dinero con un negocio de lavado de veh¨ªculos
En los registros del que fue domicilio de Kakhaber, en la calle Marina de Barcelona, la Polic¨ªa hall¨® una anotaci¨®n fechada en 2006. El capo indicaba que Janashia se hab¨ªa llevado 600 euros que no hab¨ªa devuelto. La cantidad no era importante; la afrenta s¨ª. En una de las conversaciones telef¨®nicas intervenidas, Kakhaber cuenta que lleva "esperando tres a?os" para "hacerle tragar ese papel" a Janashia.
El plan se puso en marcha en enero de 2010, cuando Kakhaber se reuni¨® en Barcelona con dos sicarios que su hermano Lasha le hab¨ªa enviado desde Grecia y les dio las indicaciones para liquidar al traidor. En dos coches, los sicarios atravesaron la frontera a trav¨¦s de Portbou y, al llegar a Montpellier, cambiaron de coche y siguieron rumbo a Niza. Pero la polic¨ªa andaba ya tras ellos (la operaci¨®n Java estall¨® apenas dos meses despu¨¦s) y fueron detenidos.
Janashia ya no volvi¨® a estar a salvo. Kakhaber plane¨® un nuevo intento de asesinato, esta vez con matones llegados de B¨¦lgica. El 14 de febrero se produjo un tiroteo en Niza. La polic¨ªa hall¨® munici¨®n de un fusil kalashnikov pero, sorprendentemente, Janashia no result¨® herido. Un mes despu¨¦s, Kakhaber fue detenido junto a una veintena de personas m¨¢s por su pertenencia a la organizaci¨®n criminal. El arresto no impidi¨® que, solo tres d¨ªas m¨¢s tarde, Janashia fuera finalmente abatido durante un tiroteo en Marsella. Kakhaber no ha sido condenado por esa segunda intentona ni por el crimen consumado, ya que por esos hechos se le procesa en Francia.
Desde su piso en Barcelona (por el que pagaba un alquiler mensual de 1.400 euros), Kakhaber disfrutaba de un "elevado nivel de vida", recoge la sentencia. En el registro de su casa, los polic¨ªas encontraron casi 25.000 euros en efectivo, joyas, relojes y objetos de piel, y un Mercedes. En marzo de 2009, su pareja, la tambi¨¦n condenada Katerina Myerkova, dio a luz a sus dos hijos gemelos. Para entonces, el capo georgiano quer¨ªa tener la residencia espa?ola y estaba planeando un matrimonio de conveniencia, de modo que decidi¨® inscribir a los reci¨¦n nacidos a nombre de Giorgi Nadiradze, "una persona de su m¨¢xima confianza", seg¨²n la sentencia. Lo cont¨® ¨¦l mismo en una de las conversaciones telef¨®nicas intervenidas, por m¨¢s que, en el juicio, ella insistiera en que Giorgi era el padre.
La boda de conveniencia con una mujer espa?ola se celebr¨® en octubre de 2009 en el Registro Civil de Barcelona, previo pago de 6.000 euros. Kakhaber llevaba cuatro a?os en Espa?a desde que se instal¨® con la falsa identidad de Nicolai Kostov y quer¨ªa obtener la residencia y la nacionalidad. Ese mismo a?o decidi¨® hacer aflorar los fondos que recib¨ªa del crimen. Y convenci¨® a otro espa?ol, Juan Miquela (tambi¨¦n condenado) para lavar grandes sumas de dinero creando falsos negocios de limpieza, paqueter¨ªa y lavado de veh¨ªculos. En el juicio, Kakhaber neg¨® la mayor: no era miembro de ninguna organizaci¨®n criminal y viv¨ªa del dinero que buenamente le enviaba su familia.
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