Adi¨®s a los barracones

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En 2008, el mismo a?o en que Felipe Massa ganaba el Gran Premio de F¨®rmula 1 a los mandos de su Ferrari por las calles de Valencia, se inauguraba en la ciudad del Turia el colegio p¨²blico 103.

Abri¨® sus puertas a pocos metros de la flamante Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero, a diferencia del fara¨®nico complejo de Santiago Calatrava, el colegio 103 no ten¨ªa ni jardines colgantes, ni l¨¢minas de agua, ni estructuras anat¨®micas de vidrio y cemento blanco. Por no tener no ten¨ªa ni nombre, solo un n¨²mero provisional, el 103. En realidad no eran m¨¢s que un pu?ado de aulas prefabricadas y, quiz¨¢ por eso, su inauguraci¨®n pas¨® inadvertida entre los fastos de los grandes eventos de aquella Valencia de escaparate.

Ocho a?os despu¨¦s, del ruido de los motores de los coches de carreras solo queda el recuerdo, pero el colegio 103 contin¨²a sin nombre definitivo y con m¨¢s de 100 barracones que cada d¨ªa alojan a unos 400 ni?os y ni?as de entre 3 y 12 a?os.

La historia de este colegio no es ¨²nica en Valencia. Al contrario, sirve de ejemplo. En la Comunidad Valenciana, 24 centros escolares, con m¨¢s de 7.000 alumnos en total, imparten todas sus clases en barracones. Adem¨¢s, otros 139 centros (unos 64.000 ni?os) realizan algunas de sus actividades en aulas prefabricadas. Seg¨²n la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, el gobierno valenciano necesita invertir 483 millones de euros hasta 2019 para adecuar las infraestructuras educativas p¨²blicas despu¨¦s de a?os de abandono por parte de la administraci¨®n.

¡°Cuando llegamos al gobierno en 2015, la situaci¨®n era un desastre total¡±, asegura Miquel Soler. ¡°Durante los a?os de crecimiento econ¨®mico se abandonaron las instalaciones b¨¢sicas¡±.

El nuevo Consell salido de las urnas en mayo de 2015 se marc¨® como una de sus prioridades suprimir las aulas prefabricadas. Para ello, durante esta legislatura el consejero Vicent Marz¨¤ y la Generalitat se han comprometido a construir 124 nuevos colegios e institutos (32 en Alicante, 32 en Castell¨®n y 60 en Valencia) y adecuar otros 116 centros con deficiencias.

Baremo para las inversiones

Mientras los recursos son limitados, las necesidades son tantas y tan urgentes que la Consejer¨ªa ha establecido una baremaci¨®n para que las inversiones lleguen primero all¨ª donde sean m¨¢s necesarias.

La intervenci¨®n prioritaria se reserva para los centros ¨ªntegramente compuestos por barracones o en aquellos donde m¨¢s de la mitad de las instalaciones son provisionales. Dicha baremaci¨®n es p¨²blica y puede ser consultada por cualquier persona para conferir transparencia a las inversiones y evitar el clientelismo. La puntuaci¨®n toma en cuenta las necesidades de escolarizaci¨®n, el n¨²mero de barracones y el estado de los tr¨¢mites necesarios para poder ejecutar las obras.

Seg¨²n el presidente auton¨®mico, Ximo Puig, la inversi¨®n es importante aunque ¡°austera¡±, ya que ¡°equivale a la mitad de los sobrecostes de Ciegsa¡±, aquella empresa p¨²blica destinada a la construcci¨®n de centros que, seg¨²n la Intervenci¨®n General de la Generalitat, destin¨® 2.040 millones (393 millones en gastos financieros) a unas obras presupuestadas en 1.300. Por lo tanto, cientos de millones en sobrecostes que seg¨²n la Generalitat suponen ¡°una estafa institucionalizada que hubiera dado para construir 200 centros educativos¡±.

Ahora Ciegsa es investigada por los agentes de la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) y por la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, dentro del llamado caso Taula. ¡°El mismo d¨ªa que el presidente Puig presentaba el mapa de infraestructuras educativas me llam¨® la Guardia Civil porque estaban registrando Ciegsa", recuerda Miquel Soler. "Nos han dejado una herencia envenenada. Los padres y la comunidad educativa tienen motivos para desconfiar por la experiencia vivida".

A?os de lucha

Raquel Lafarga es la presidenta del AMPA del colegio 103. Sus dos hijas de 6 y 9 a?os estudian en sus barracones. Cuenta que el gimnasio parece de juguete. Que cuando llueve, el agua entra a chorros en las aulas. Que llevan a?os exigiendo a la Generalitat unas instalaciones dignas. ¡°Con los anteriores era un infierno. No nos cog¨ªan el tel¨¦fono ni respond¨ªan a nuestras cartas. Y luego te enteras de que alguien est¨¢ haciendo dinero con los barracones donde tienen a nuestros hijos", explica.

La Generalitat se ha comprometido a iniciar las obras del nuevo colegio este mismo a?o. Raquel teme que la burocracia o alg¨²n problema de financiaci¨®n dilate los trabajos, pero no pierde la esperanza: ¡°Tenemos el compromiso de la consejer¨ªa y actualmente la comunicaci¨®n con la administraci¨®n es fluida. Esperemos que no nos defrauden¡±.

Cuando el colegio 103 est¨¦ terminado, tendr¨¢n que elegirle un nombre. Se barajan varios, por ejemplo el de Pedro Cavadas o Joaqu¨ªn Sorolla. Pero hay quien defiende que el n¨²mero 103 se consolide como el nombre definitivo, como recuerdo del colegio que es ahora, un s¨ªmbolo de lo que nunca debi¨® ser