Pasen y vean J¨²piter y sus sat¨¦lites en directo

Incre¨ªble y prodigiosa noche la de los museos, llena de sorpresas y de gente. Esta ciudad sigue teniendo la capacidad de asombrarte y de robarte el alma, incluso a los m¨¢s esc¨¦pticos. Cerca de medianoche pod¨ªas contemplar la luna llena ¡ªgran aliada de esta velada de cultura¡ª enmarcada justo en el centro del gran agujero cuadrado en la fachada del Macba. Mucha gente buscaba la foto. Las largas colas de acceso continuaban. Reinaba en el hormigueante museo, m¨¢s blanco a¨²n bajo la luz lunar, un ambiente surreal. Gente joven y mucho acento extranjero. La oferta expositiva (con la exposici¨®n del punk) contrastaba con la bater¨ªa de v¨ªrgenes y crucificados del Museo Mar¨¦s. Incluso ten¨ªa cola el vecino Museo Diocesano, ins¨®litamente trasnochador. Y se ve¨ªan aglomeraciones en las viejas calles de la ciudad romana subterr¨¢nea por las claraboyas del Muhba.

En la rampa de acceso al hall del CCCB, abarrotado con el Poetry Slam, una pareja se besaba haciendo bueno el titular de la informaci¨®n de aqu¨ª al lado. El Museo P?casso hab¨ªa cerrado por entonces ya el cupo de visitas, desbordado de p¨²blico. Al lado, en el Museo de las Culturas del Mundo, un mont¨®n de gente se agrupaba en torno a su patio para disfrutar de un concierto de ins¨®litos instrumentos.

En la otra punta de la ciudad, en un Cosmocaixa muy lleno, donde la visita era familiar, con much¨ªsimos ni?os salt¨¢ndose la hora de acostarse, la noche encontr¨® algunos de sus momentos m¨¢s maravillosos. Incluido un juego de pistas que arrancaba en un triceratops. Se pudo ver a una ni?a abrazando a un pinguino, a otra empe?ada en retratarse con un australopiteco y por poderse ver se pudo ver incluso j¨²piter y sus sat¨¦lites. Era la actividad Nit de telescopis, orquestada por la asociaci¨®n Aster. Un exitazo todo. Habr¨ªa que repetir m¨¢s a menudo.