La Confederaci¨®n del Tajo expedienta a M¨®stoles y a Arroyomolinos por los vertidos al Guadarrama
Buena parte de la basura que acaba en el r¨ªo procede de asentamientos ilegales de esas localidades
El r¨ªo Guadarrama, al sur de la Comunidad de Madrid, parece en algunos tramos un vertedero, con bolsas de pl¨¢stico, colchones, muebles, esqueletos de electrodom¨¦sticos... Basuras que en buena parte proceden de los asentamientos ilegales de M¨®stoles y Arroyomolinos. En pleno proceso para realojar a los vecinos de esos poblados, la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo ha decidido abrir expediente sancionador a estos dos municipios por no impedir que se produzcan esos vertidos. El alcalde de M¨®stoles, David Lucas, no entiende la actitud del organismo de cuenca, cuando poco antes, en el mes de febrero, hab¨ªa ofrecido al Consistorio para limpiar el cauce ellos mismos y proteger la zona para evitar que se contin¨²e ensuciando el r¨ªo.
En las ¨²ltimas semanas, la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica de Tajo limpi¨® de residuos urbanos el r¨ªo Guadarrama a su paso por el peque?o municipio de Batres, de 1.500 habitantes, a 44 kil¨®metros al sur de la capital, en el extremo sur de la Comunidad de Madrid. Aut¨¦nticos tapones de varias toneladas de basura cubr¨ªan el r¨ªo en pleno Parque Regional de la Cuenca Media del Guadarrama (la suciedad y las labores de limpieza se pueden ver en el v¨ªdeo que acompa?a a esta informaci¨®n). Buena parte de ellos proceden de aguas arriba, del poblado de Las Sabinas, uno de los tres asentamientos chabolistas que quedan en la Comunidad de Madrid. Muchos de sus habitantes se dedican al negocio de la chatarra, y algunos de ellos se desprendan de las sobras en el lugar que hallan m¨¢s a mano: el r¨ªo.
Si bien la limpieza del cauce depende de la confederaci¨®n, y la gesti¨®n del parque regional depende de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, la responsabilidad de controlar los vertidos es de los Ayuntamientos. Y en medio de todos ellos, el problema lleva varios lustros sin resolver.
Pero a finales del pasado mes de abril, la Confederaci¨®n del Tajo, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, envi¨® un bolet¨ªn de denuncia a los Ayuntamientos de Arroyomolinos y M¨®stoles, advirti¨¦ndoles de los vertidos y pidi¨¦ndoles que intenten controlarlos. Una comunicaci¨®n que resulta sorprendente para ambos Consistorios. ¡°Nos dicen lo que ya sabemos todos, que hay vertidos¡±, dice el alcalde M¨®stoles, David Lucas (PSOE), que admite que el r¨ªo Guadarrama padece ¡°un deterioro tremendo¡±.
Pero ese bolet¨ªn es el paso previo ineludible tras el que se les ha abierto un expediente sancionador, seg¨²n fuentes de a confederaci¨®n. Los expedientes abren, a su vez, un largo proceso, repleto de informes y alegaciones, que puede acabar con cuantionas multas, dependiendo de la gravedad del da?o causado. Pero, se llegue o no a esa resoluci¨®n final m¨¢s extrema, la confederaci¨®n ya ha dejado claro con la apertura de este procedimiento, por escrito, que considera que la responsabilidad de que los vertidos acaben en el r¨ªo es de los Ayuntamientos.
David Lucas no oculta su malestar y asegura que, si sigue adelante, su Consistorio tambi¨¦n estudiar¨¢ expedientar a la confederaci¨®n. Insiste en que se trata de un problema que lleva ah¨ª muchos a?os y que ¨¦l lleva intentando arreglarlo desde que lleg¨® a la alcald¨ªa en junio pasado. ¡°Nosotros lo hemos denunciado porque los vertidos y la no limpieza han conducido a una situaci¨®n tremenda que provoca que muchos residuos acaben en otras poblaciones¡±, por ejemplo, en Batres.
Lucas cuenta que el 9 de febrero se reuni¨® con el presidente de la confederaci¨®n, y le pidi¨® una limpieza, como ya hab¨ªan hecho en otras ocasiones (en 2011 sacaron casi 200 toneladas de residuos de la zona de M¨®stoles, Arroyomolinos y Batres), pues el cauce lleva a?os colmatado de basura, la misma que corre r¨ªo abajo cuando sube el caudal. ¡°Me dijeron que no pensaban limpiar hasta que no se solucionase el problema de los asentamientos ilegales. Les expliqu¨¦ que el realojo est¨¢ en proceso [hay un convenio firmado para ello con el Gobierno regional], pero que tardar¨¢ y la limpieza es necesaria desde hace tiempo. Les dije: ¡®Si lo limpi¨¢is, yo me comprometo a establecer un dispositivo al d¨ªa siguiente con la polic¨ªa local, hablando con el SEPRONA de la Guardia Civil, para garantizar que no se ensucia de nuevo¡¯. Pero me dijeron que no, y tampoco me dejan limpiar como Ayuntamiento porque excede mis competencias¡±, protesta amargamente Lucas.
Una perplejidad y un disgusto parecido lo muestran en el Consistorio de Arroyomolinos, gobernado por Ciudadanos. A diferencia de M¨®stoles (la segunda mayor ciudad de la Comunidad, con algo m¨¢s de 200.000 habitantes), esta peque?a localidad de 26.800 vecinos a 29 kil¨®metros al suroeste de la regi¨®n no puede hacer ofrecimientos. ¡°Nadie tiene los recursos suficientes, ni la Guardia Civil ni los agentes forestales son suficientes para ejercer un control tanto en los vertidos como en los asentamientos ilegales¡±, sostiene el concejal de Urbanismo del municipio, Andr¨¦s Mart¨ªnez Blanes.
En su municipio van a poner en marcha un equipo de voluntarios de entre 50 y 100 personas para proceder a realizar limpiezas manuales. Una soluci¨®n a corto plazo, que precisa de un seguimiento posterior que escapa a las competencias municipales. ¡°La responsabilidad es compartida y entre todos se est¨¢ haciendo dejaci¨®n de funciones¡±, asegura este edil que no esconde la sensaci¨®n de que les han abandonado a su suerte con el problema. Y, encima, ahora les abren expediente.
La soluci¨®n es complicada, a?ade, porque gran parte de los residentes en el poblado de Las Sabinas vive de la chatarra, profesi¨®n que deja su rastro de carcasas de neveras, televisiones, partes de coches, entre otras mil basuras en el cauce del r¨ªo Guadarrama. El poblado naci¨® como un lugar agradable y fresco para pasar el d¨ªa en el campo. No pas¨® mucho tiempo hasta que se empezaron a levantar las primeras viviendas, muy humildes. Hasta que lleg¨® la luz, la construcci¨®n de pozos para sacar agua e incluso una peque?a ermita inaugurada por el obispo de la di¨®cesis en 1994. Los vecinos no pagan IBI, pero muchos consiguieron una c¨¦dula de habitabilidad, por lo que no consideran que sus viviendas sean ilegales.
La Comunidad de Madrid y los Ayuntamientos afectados est¨¢n de acuerdo en sacar adelantes el plan firmado en 2013 para desmantelar el poblado y realojar a las familias, a pesar de la reticencia de vecinos que han construido casas que cuentan con todos los servicios, huerta incluida. El presupuesto para todo el proceso, que incluye la adquisici¨®n de 376 viviendas en Arroyomolinos y M¨®stoles, es de 33 millones de euros.
Pero el alcalde de M¨®stoles, David Lucas, insiste en que es que ese proceso se puede demorar hasta tres a?os y que el r¨ªo necesita ya una limpieza. Para ¨¦l solo existe una salida: que las tres administraciones (la local, la Comunidad de Madrid y la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo) ¡°tengan la voluntad de sentarse y coordinarse¡±. Porque el Gobierno de la Comunidad de Madrid es el responsable del Parque regional del Curso medio del r¨ªo Guadarrama, un entorno protegido por ¡°sus recursos paisaj¨ªsticos, geol¨®gicos, geomorfol¨®gicos, hidrogr¨¢ficos, bot¨¢nicos y faun¨ªsticos¡±. ¡°Algo tendr¨¢ que decir sobre todo esto el Gobierno regional¡±, reclama Lucas.
Del ba?o en aguas limpias al vertedero actual
El poblado de Las Sabinas, situado en el kil¨®metro 25 de la carretera de Extremadura, se extiende amparado por las m¨¢rgenes del r¨ªo Guadarrama entre los municipios de M¨®stoles y Arroyomolinos. Es uno de los tres focos de chabolismo que a¨²n perduran en la regi¨®n junto con el de Ca?ada Real y Gallinero, ambos en Madrid. El censo oficial de familias es de 252 en M¨®stoles y 124 en Arroyomolinos. Una cifra enga?osa, porque cada vez que se desmantela un asentamiento ilegal en otro lugar hay personas que se mudan a Las Sabinas. El poblado naci¨® a principios de los a?os setenta del siglo pasado. Los primeros vecinos, que reniegan de que se considere chabolas a sus casas, recuerdan los ba?os de entonces en un r¨ªo todav¨ªa limpio y que beb¨ªan agua de un manantial cercano.
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