Reinterpretar monumentos franquistas

Los 26 metros que asoma sobre el Ebro el monumento franquista de Tortosa no son los 101 de altura de la c¨²pula de San Isaac de Dalmacia en San Petersburgo. Para construir la catedral en cuesti¨®n, en el siglo XIX, no se repar¨® en gastos: unos 100 kilos de oro recubrieron la c¨²pula de casi 22 metros de di¨¢metro. Pero lleg¨® la revoluci¨®n. Un enorme Esp¨ªritu Santo en su habitual y com¨²n forma de paloma fue sustituido por un gigantesco p¨¦ndulo de Foucault. Con esta curiosa victoria de Galileo ¡ªnada menos que en el Leningrado de los sin Dios¡ª-, las autoridades comunistas pretendieron mostrar que la ciencia daba explicaciones all¨ª donde la religi¨®n ofrec¨ªa superstici¨®n.

Claro que el edificio nunca dej¨® de ser San Isaac, ni incluso cuando su c¨²pula dorada se ti?¨® de gris para evitar las bombas durante los m¨¢s de dos a?os de salvaje cerco por los ej¨¦rcitos de la Whermachtt. La reinterpretaci¨®n que los sovi¨¦ticos pretendieron dar al inmueble fue un fracaso. Una catedral siempre es una catedral y un monumento fascista es siempre un monumento fascista. No hay pretendidas ¡°reinterpretaciones¡± que valgan si son diametralmente opuestas al motivo para el que el objeto fue creado.

Este es el dilema que se plantea con el monumento para conmemorar la victoria franquista que se erige en mitad del Ebro a su paso por Tortosa e inaugurado en 1966 con motivo de los 25 a?os de paz franquista (1964). El caso es que ya el pasado mes de marzo el Parlament decidi¨® por 43 votos a favor, 42 en contra y 46 abstenciones demoler el recordatorio. La votaci¨®n dividi¨® a Junts pel S¨ª: cont¨® con la oposici¨®n de Converg¨¨ncia y el PP, la abstenci¨®n de ERC i Ciutadans y el voto favorable de PSC, Catalunya s¨ª que es Pot y la CUP. Pero el monumento no se toc¨®. Y continuar¨¢ ah¨ª, porque una parte de la poblaci¨®n de Tortosa decidi¨® el pasado fin de semana mantener el monolito en pie. En total, el 68% de los votos emitidos por el tercio de ciudadanos que se acerc¨® a las urnas.

En el fondo, Converg¨¨ncia siempre ha sido indulgente con cierta tradici¨®n. Ya en 2010, CiU se ali¨® con el PP para tumbar una petici¨®n que pretend¨ªa retirar el monumento. El a?o pasado impidi¨® la celebraci¨®n de la consulta con la ayuda de populares y la xen¨®foba Plataforma per Catalunya. Finalmente, ante las exigencias de su nuevo socio, Esquerra Republicana, acab¨® dando luz verde al refer¨¦ndum.

Ferran Bel, alcalde y cabeza de lista de CDC por Tarragona en las generales, es partidario de ¡°reinterpretar¡± el monumento franquista y asegura estar harto de que le acusen de filofranquista. Lo cierto es que la decisi¨®n tomada por Tortosa choca con la Ley de la Memoria Hist¨®rica. Esta misma semana, un abogado madrile?o, Eduardo Ranz, se ha encargado de llevar ante los tribunales la decisi¨®n municipal. Es como si el franquismo de baja intensidad hubiera sobrevivido los ¨²ltimos 40 a?os gracias a las indulgencias que administr¨® la transici¨®n. Y eso ha comportado que ciertos virus derechistas pervivan incluso en superficies supuestamente independentistas. De hecho, el nacionalismo conservador se aliment¨® de algunos franquistas conversos a la democracia.

Los hechos son testarudos. Como la homil¨ªa del obispo Manuel Moll ante un Franco que entr¨® aquel 21 de junio de1966 bajo palio en la catedral del Tortosa: ¡°Este es el monumento que hemos levantado con un prop¨®sito de homenaje a vos, a vuestro ej¨¦rcito (¡­) La provincia de Tarragona, centrada hoy en Tortosa, siente el gozo de haber puesto en aguas de su gran r¨ªo, que es tambi¨¦n cauce de unidad espa?ola, una c¨¢tedra que ha de pregonar estos sentimientos, esta fidelidad a vuestro mandato y a la memoria de quienes, hallando gloria en la batalla del Ebro, abrieron los caminos de unidad, de grandeza y de libertad de esta Espa?a que bajo vuestra gu¨ªa vive en paz¡±.

Mucho trabajo para reinterpretar.