El jurado declara culpable a la madre que asfixi¨® a su beb¨¦ en un hotel
Seis miembros contra tres consideran probado que actu¨® bajo los efectos de una esquizofrenia que anulaba su capacidad de entender y querer
Sobre las 19 horas del domingo 31 de agosto de 2015, la turista chileno alemana Marisol Fabiola S.M. subi¨® con su hija Victoria, que acababa de cumplir seis meses, a la habitaci¨®n 709 de un conocido hotel del barrio de San L¨¢zaro, en Santiago de Compostela. La amamant¨®, le puso el chupete y la durmi¨®. Entonces, la pos¨® sobre la cama y presion¨® con los dedos la "zona cervical" de la cr¨ªa hasta provocarle la asfixia y la muerte. Luego la tap¨® con una manta y una toalla blanca, y coloc¨® dos piedras, una sobre la altura de la cabeza y otra bajo los pies, asegurando la tela. Al anochecer de aquel d¨ªa de verano Marisol fue detenida. Despu¨¦s pas¨® 40 d¨ªas ingresada en la planta psiqui¨¢trica de agudos del hospital Gil Casares, y de ah¨ª fue trasladada a la c¨¢rcel coru?esa de Teixeiro tras negarse a declarar ante la juez. En prisi¨®n provisional, tomando medicaci¨®n, estuvo ocho meses. Y el martes pasado, al comienzo del juicio, rompi¨® su silencio para reconocer los hechos. A primera hora de esta tarde, el jurado popular ha le¨ªdo el veredicto. Marisol Fabiola S.M. es "culpable" de asesinato. As¨ª lo ha acordado el tribunal compuesto por ciudadanos de la provincia de A Coru?a por unanimidad. Aunque no todos ellos est¨¢n de acuerdo en que lo hiciera completamente enajenada, bajo los efectos de un brote agudo de la esquizofrenia paranoide de la que est¨¢ diagnosticada. Seis de los nueve jurados consideran que "la sintomatolog¨ªa psic¨®tica y afectiva aguda que presentaba en la fecha de los hechos anulaba su capacidad de entender y querer lo que hac¨ªa", pero los tres restantes no lo ven probado.
El jurado ha sido un¨¢nime, sin embargo, a la hora de votar que "no se le debe conceder la suspensi¨®n de la ejecuci¨®n de la pena privativa de libertad" ni "proponer al Gobierno el indulto, ni total ni parcial". Y a la espera de la sentencia, que dictar¨¢ en unos d¨ªas el juez Alejandro Mor¨¢n, la fiscal¨ªa ha pedido que Marisol sea internada por un m¨¢ximo de 25 a?os en un psiqui¨¢trico penitenciario de Espa?a, mientras que la abogada defensora ha reclamado la libertad vigilada, como forma de posibilitar su integraci¨®n social mientras los psiquiatras controlan su enfermedad mental y garantizan que no deja de tomar la medicaci¨®n.
La propia acusada reconoci¨® en la primera sesi¨®n del juicio que mat¨® a su ni?a porque as¨ª se lo dict¨® una "voz telep¨¢tica" que oy¨® despu¨¦s de ver una se?al inequ¨ªvoca: el inocente gesto de un cr¨ªo de un a?o que, jugando con la peque?a Victoria, le meti¨® "un dedo en el ojo". Esto, en la mente interpretativa de Marisol Fabiola, significaba que el ni?o, hijo de unos conocidos, era "el bien", mientras que la ni?a era "la encarnaci¨®n del mal", y deb¨ªa "acabar con su vida antes de que cumpliese un a?o". Los hechos suced¨ªan durante la celebraci¨®n de un congreso del Instituto Gn¨®stico de Antropolog¨ªa Samael y Litelantes, al que acud¨ªan adeptos de todo el mundo, entre ellos la propia Marisol, su marido y la peque?a. La noche del s¨¢bado al domingo, la pareja hab¨ªa mantenido una sonora y prolongada disputa en la que ¨¦l le plante¨® a su esposa que quer¨ªa hacerse la prueba de paternidad. Despu¨¦s, el hombre se busc¨® una habitaci¨®n en otro hotel cercano y ocup¨® el domingo en una larga visita tur¨ªstica por el casco hist¨®rico. Cuando regres¨®, a las nueve de la tarde, se encontr¨® con la ambulancia y la polic¨ªa nacional, justo en momento en el que el personal sanitario consegu¨ªa meter en volandas en el coche a la madre detenida, que se resist¨ªa y gritaba palabras ininteligibles.
Tres de los jurados no han encontrado probado que la mujer de 34 a?os, que padece un trastorno mental severo del que est¨¢ documentado que sufri¨® dos brotes agudos con consecuencias nefastas, llegase a perder la capacidad de "entender y de querer" cuando mat¨® a su beb¨¦. Durante el juicio, se supo por boca de un polic¨ªa judicial que el marido hab¨ªa reclamado a su esposa aquella noche la prueba de ADN. El hombre quer¨ªa confirmar si Victoria era hija suya o fruto de una violaci¨®n, que Marisol cree recordar que sufri¨® en junio de 2014, durante su primera gran crisis mental, un brote que la empuj¨® a vivir desorientada cinco d¨ªas en la estaci¨®n de Stuttgart. Un par de testigos que intentaron la reanimaci¨®n del beb¨¦ muerto, aseguraron el martes pasado que, aunque la asesina confesa estaba callada y ausente, cuando uno de ellos intent¨® "darle ¨¢nimos" y le dijo acerca de la ni?a "tal vez va a respirar", Marisol "cambi¨® de actitud", se levant¨® bruscamente y volvi¨® sobre el cuello de la v¨ªctima para tratar de "apretarlo". "Era como si fuese un robot, no s¨¦ c¨®mo explicarlo", dijo tambi¨¦n uno de estos extranjeros, que asist¨ªan al mismo encuentro internacional. "En todas las intervenciones que tuve en mi vida", relat¨® ayer un polic¨ªa nacional, "no vi esa actitud jam¨¢s: la madre estaba todo el tiempo con los ojos cerrados. Nosotros le le¨ªamos sus derechos y le hac¨ªamos preguntas, y ella era como si no nos oyese".
A pesar de que tras el episodio de Stuttgart los m¨¦dicos alemanes indicaron a la acusada que deb¨ªa medicarse y ser revisada por un psiquiatra, la mujer no hizo nada de eso. "En 34 a?os no tom¨® ninguna medicaci¨®n salvo cuando estuvo internada", ha argumentado la fiscal, Arancha San Jos¨¦, para defender la necesidad del internamiento en un centro psiquiatrico penitenciario, porque una caracter¨ªstica de los esquizofr¨¦nicos es que "niegan la enfermedad", no tienen conciencia de ella ni de la necesidad de compensarla con f¨¢rmacos.
"Creo que no va a dejar de tomar una pastilla en su vida. Ella no quiere ser un peligro para la sociedad. Lo que ha pasado la ha hecho tener conciencia de su enfermedad de una manera inimaginable", ha asegurado a la contra, en su turno, la abogada Bego?a Trillo. "Pido la libertad vigilada, con control m¨¦dico, porque estando a tratamiento Marisol tiene un comportamiento perfectamente normal, puede hacer su vida cotidiana como cualquier otra persona", ha insistido la letrada. Trillo ha pedido al magistrado que la sentencia recoja expresamente la posibilidad de la "reinserci¨®n social", "alg¨²n tipo de revisi¨®n peri¨®dica para que un psiquiatra determine si puede iniciar ya la reinserci¨®n". Porque "la reclusi¨®n por 25 a?os es una medida desproporcionada".
Un cuarto de siglo es el tiempo m¨¢ximo de reclusi¨®n en un psiqui¨¢trico que marca la ley para los casos m¨¢s graves de condenas a enfermos mentales. Pero la fiscal ha recordado que, al igual que se revisan las penas de los reclusos internos en c¨¢rceles, "cada a?o los forenses dir¨¢n si a Marisol se le pueden ir aplicando otro tipo de medidas". Hoy por hoy, sin embargo, el internamiento "es necesario", defiende la representante de la acusaci¨®n, "por varias razones". En primer lugar, "por la gravedad de los hechos, que si hubieran sido cometidos por alguien que no actuase bajo los efectos de la enfermedad mental supondr¨ªan la prisi¨®n permanente revisable. Porque el asesinato es el delito m¨¢s grave". En segundo lugar, "porque la acusada [residente hasta los hechos en Alemania] no tiene ninguna vinculaci¨®n en nuestro pa¨ªs, y as¨ª no hay forma de controlar la libertad vigilada". Sobre todo al tratarse de "la enfermedad m¨¢s grave, que el que la padece niega y necesita continua supervisi¨®n". "Esto solo nos lo garantiza el internamiento", ha concluido: "Es un derecho de la sociedad" que no se vuelva a cometer este delito y "un derecho de Marisol, el recibir un tratamiento adecuado para la enfermedad que padece".
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