Un t¨ªtulo para ¡°sentar cabeza¡±
M¨¢s de 200 internos en centros de menores se benefician del Plan de Garant¨ªa Juvenil
La imagen de un joven estudiando en su habitaci¨®n no resulta habitual en Can Llupi¨¤, el centro de internamiento para menores m¨¢s grande de Catalu?a. Por eso, este a?o, despu¨¦s de verla varias veces, los cuidadores llamaron a la direcci¨®n para preguntar qu¨¦ suced¨ªa. Si algo sobra en este edificio gris, ubicado a pocos metros del Laberinto de Horta; son las historias de fracaso escolar. Entre los adolescentes que acaban tras sus vallas, lo m¨¢s com¨²n es encontrar expedientes acad¨¦micos con un rendimiento pobre y uno o varios cursos repetidos.
La docena de internos que han participado este a?o en el Plan de Garant¨ªa Juvenil, sin embargo, se tom¨® con seriedad el programa de 140 horas para aprender a ser camarero de restaurantes y bares, seg¨²n asegura el coordinador de formaci¨®n del centro, Pedro T¨¤rraga. Es solo un curso m¨¢s de los que imparte a diario el Centro de Iniciativas para la Reinserci¨®n (CIRE) en Can Llupi¨¤, donde no est¨¢ permitido quedarse en el dormitorio y todos deben apuntarse a alguna actividad educativa. Pero es el ¨²nico que otorga un certificado de profesionalidad emitido por la Generalitat. ¡°Para ellos es fant¨¢stico que les digas que van a obtener un t¨ªtulo. Posiblemente sea la primera cosa remarcable que hayan conseguido en su vida¡±, explica T¨¤rraga.
Quienes hayan alcanzado un nivel de estudios superior, pueden no darle importancia a un diploma que acredita competencias para ser camarero. Pero para un joven que no termin¨® la ESO, no cuenta con experiencia laboral y se ha pasado los ¨²ltimos a?os entrando y saliendo de un centro de menores, enganchado a una espiral de robos, peleas o consumo de drogas; es un aval de que ha ¡°sentado cabeza¡±.
Al menos as¨ª lo ve Tania, una catalana de 17 a?os que se encuentra en Can Llupi¨¤ por tercera vez por motivos que resume en ¡°problemas familiares y robos¡±. Su primer ingreso fue a los 15, junto a su hermana gemela. Al salir, esta dej¨® el ¡°mundo que no era correcto¡± ¡ªcon drogas, fiestas y ¡°malas compa?¨ªas¡±¡ª y consigui¨® un empleo como modelo. A Tania, en cambio, le hizo falta regresar otras dos veces para tenerlo ¡°m¨¢s claro¡±. Ahora, se ha trazado un plan de vida para los pr¨®ximos cinco a?os: usar¨¢ el certificado para trabajar como camarera mientras sigue dos programas de formaci¨®n profesional. As¨ª ir¨¢ aumentando de nivel salarial hasta ahorrar el dinero necesario para instalar su estudio de tatuajes.
Combatir el desempleo
La joven es una de los 21.900 catalanes menores de 30 a?os que se han beneficiado del Plan de Garant¨ªa Juvenil, un proyecto de la Uni¨®n Europea para combatir el desempleo en este colectivo, cuya tasa de paro se eleva al 28%. Desde que se implantara en septiembre de 2014, solo un 36% ha conseguido trabajo a trav¨¦s de ¨¦l. La mayor¨ªa de actuaciones se dan en formaci¨®n: como Tania, cerca de la mitad de los participantes no cuenta ni con el t¨ªtulo de la ESO.
Paula s¨ª lo tiene e incluso inici¨® un ciclo de formaci¨®n profesional, pero era ¡°una ni?ata¡± a la que le divert¨ªa irrumpir en casas con amigos para robar. ¡°Se me iba la olla, no me importaba si hab¨ªa gente dentro. Si nos pillaban, me peleaba y alguna vez nos sacaron un cuchillo¡±, recuerda sentada en el peque?o comedor donde practica c¨®mo poner la mesa de un restaurante y servir caf¨¦s. Esta tambi¨¦n es su tercera temporada en Can Llupi¨¤, y la m¨¢s larga: 14 meses por violar la libertad vigilada. Usaba el dinero para ir de fiesta y comprarse cosas. Consum¨ªa coca¨ªna desde los 16, como los amigos que tiene ¡°repartidos¡± en distintos centros de menores y prisiones de Catalu?a. Insiste en que esta vez, cuando salga, ¡°ser¨¢ diferente¡±, entre otras razones, porque ya tiene 20 a?os y si vuelve a delinquir, acabar¨¢ en la c¨¢rcel.
El CIRE participa desde el a?o pasado en el Plan de Garant¨ªa Juvenil para dar una segunda oportunidad a j¨®venes como Tania y Paula. Hasta ahora, 233 internos han obtenido certificados en los sectores de la hosteler¨ªa y la log¨ªstica. ¡°Hay tanta competencia que cualquier diferencia m¨ªnima, como un diploma, ayuda. Y por ¨²ltimo, si en el mercado no tiene tanto valor, a nivel de autoestima, s¨ª¡±, asegura T¨¤rraga. Adem¨¢s, ahora nadie tendr¨¢ por qu¨¦ saber que se sacaron el t¨ªtulo en un centro de menores, destaca Rub¨¦n Dar¨ªo Torres, uno de los profesores que imparte el curso: a diferencia del resto de certificados que dan en estos establecimientos, al ser emitido por la Generalitat, este omite que los estudios se siguieron en un programa del CIRE.
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