?Todos somos celtas!

Cada a?o, poco despu¨¦s de Navidad, Carlos N¨²?ez se pasa por Barcelona. Es ya una tradici¨®n pero esta vez se ha adelantado al calendario para inaugurar oficialmente el festival Jardins de Pedralbes, el ¨²nico de nuestros festivales al que se accede a trav¨¦s de una larga alfombra roja, como en las pel¨ªculas.

Curiosa inauguraci¨®n de un certamen que ya hab¨ªa comenzado la noche anterior con el concierto de The Cranberries. Aunque, la verdad, tampoco resulte tan raro ya que para las autoridades y los invitados que no se suelen perder estos fastos resulta m¨¢s llevadero un poco de folclore estiloso, siempre pol¨ªticamente correcto y bien empaquetado con una cierta dosis de espectacularidad que la incertidumbre de un concierto de rock.

As¨ª pues, Carlos N¨²?ez inaugur¨® el certamen por todo lo alto. En las gradas que se alzan ante el discreto palacio real no quedaba ni un asiento libre. Una rara amalgama de p¨²blico en la que dominaba la facci¨®n de fieles seguidores del gaitero que, en todo momento, se hizo notar. En la noche del domingo los jardines de Pedralbes acogieron una aut¨¦ntica mezcolanza social, del tejano agujereado al cuello que podr¨ªa llevar un vis¨®n (aunque para la ocasi¨®n lo haya dejado entre naftalina). Pero, y aunque probablemente muchos no estaban all¨ª por Carlos N¨²?ez sino para dejarse ver, lo cierto es que cuando lleg¨® el momento de bailar un mambo celta (s¨ª: un mambo celta) todo el mundo se puso de pie e hizo lo que pudo. Un p¨²blico alegre y con ganas de fiesta que pic¨® palmas, golpe¨® el suelo con los pies y hasta emiti¨® alg¨²n aullido de ¨¢nimo.

La nueva propuesta del gaitero de Vigo es un paso adelante en su panceltismo (por ponerle un nombre). Esta vez se rode¨® de dos gaiteros escoceses, un tr¨ªo irland¨¦s y los bailarines Celtics Legends. M¨²sica gallega, irlandesa, escocesa, francesa y hasta catalana (seg¨²n hab¨ªa certificado Jordi Savall, N¨²?ez dixit). Una mezcolanza que son¨® coherente y fresca. A pesar de que, por momentos, sonaban cuatro gaitas el espect¨¢culo no se hizo en absoluto pesado. N¨²?ez, en plan superstar, hasta os¨® tocar con la gaita el bolero de Ravel y lo incre¨ªble es que sali¨® airoso del trance.

Por su parte los Celtic Legends desparramaron el caracter¨ªstico zapateado irland¨¦s servido con la rigidez corporal que lo acompa?a y algunos movimientos de piernas inveros¨ªmiles. Sus apariciones fueron un perfecto complemento al mensaje de Todos somos celtas que N¨²?ez repite con machaconer¨ªa. Al parecer, como m¨ªnimo seg¨²n sus averiguaciones, los celtas provienen del Mediterr¨¢neo, as¨ª que acabar la noche intentando bailar una sardana a golpe de gaita no desenton¨® en lo m¨¢s m¨ªnimo.