La palabra y la palabrer¨ªa
Es innegable que la CUP ha faltado a su palabra a much¨ªsima gente. Piden desobedecer a Espa?a quienes no saben desobedecer al ala dura de su propia organizaci¨®n
Al principio de todo el sidral que estamos viviendo nos mir¨¢bamos de reojo. La desconfianza del independentismo en los partidos era la de siempre. Nos pregunt¨¢bamos cu¨¢ndo volver¨ªa CiU a la negociaci¨®n de siempre, cont¨¢bamos los meses que faltaban para el pr¨®ximo harakiri de Esquerra y aguant¨¢bamos la respiraci¨®n cada vez que mir¨¢bamos a la CUP, como si de una bomba de relojer¨ªa se tratase. De Iniciativa o del PSC, esper¨¢bamos tan poco como nada. Desde entonces, cada partido ha pasado sus propias pruebas y la desconfianza no pas¨® a ser confianza ciega pero hoy al menos es un poco miope, esc¨¦ptica y realista. Hemos visto la rotura de CiU y la mutaci¨®n de Uni¨® en Dem¨°crates. Junqueras ha pasado las de Ca¨ªn, dentro del partido y fuera de ¨¦l, baste recordar la presi¨®n a que lo someti¨® el ala m¨¢s dura de Converg¨¨ncia, que ve ahora c¨®mo se le hunde el suelo bajo los pies.
Lo que mueve todo este escenario son los intentos de responder a preguntas que todav¨ªa nadie ha logrado contestar. Los hay que las reh¨²yen con cierto ¨¦xito, magos de la ret¨®rica. Ah¨ª est¨¢ Ada Colau, a quien la minor¨ªa en la que se mueve le permite no encararlas. Es temporal, tarde o temprano deber¨¢ responder si quiere que Barcelona tenga unos trenes viables y accesos decentes o si en su proyecto de ciudad es de subordinaci¨®n al Estado. No siempre estar¨¢ Trias para echarle la culpa.
Todo se mueve y, lo mejor, es que todo se aclara. Mientras no pasa nada la ret¨®rica de los d¨ªas lo cubre todo. La ret¨®rica procesista tambi¨¦n nos retrata, a m¨ª tambi¨¦n, es parte del precio que hay que pagar. La cr¨ªtica de la cultura de la Transici¨®n tiene tambi¨¦n su propia ret¨®rica y su propia inacci¨®n, como el 15-M o, no digamos ya, la Gran Coalici¨®n. Nadie se salva, llega un momento en que hay que tomar decisiones.
Ah¨ª es donde se paga la ret¨®rica de la radicalidad, que es la que m¨¢s contradicciones genera en estos tiempos de evaluaci¨®n continuada. La palabrer¨ªa de la exaltaci¨®n se lleva muy mal con el valor de la palabra. Una vez se falta a ella, el resto cae por su propio peso. La confianza aguanta decepciones y enga?os, pero incluso admitiendo la falibilidad, llega el momento de la verdad. O de la mentira. Que la CUP ha faltado a su palabra a much¨ªsima gente es innegable, los art¨ªculos a modo de excusa posteriores son tan inconsistentes que hay que leerlos dos veces para darse cuenta que con ninguna bastaba.
Y se ve¨ªa venir. Hay un v¨ªdeo del exdiputado Busqueta que define con claridad la situaci¨®n. Hace unos meses calificaba a los militantes de la CUP que buscaban un acercamiento con Junts pel S¨ª como v¨ªctimas del complejo de Edipo para, a continuaci¨®n, preguntarse si val¨ªa la pena sacrificar la CUP por una mierda de Parlament. En el v¨ªdeo arrastra la e de mierda con tantas ganas como desprecio. Para medir el nivel de cinismo baste recordar que se present¨® para diputado. Nadie en la CUP se lo ha recriminado, ten¨ªa la diputada Mireia Veh¨ª al lado y no dijo ni p¨ªo. Una cosa es que haya muchas CUP y otra es que haya tantas que puedas ver que los que ganan las votaciones se r¨ªan en la cara de los que las pierden. A esas fotos tan ilustrativas las llaman errores de comunicaci¨®n. ?Les suena?
Los cr¨ªticos de la CUP nos recuerdan demasiado a los cr¨ªticos de otros partidos, los catalanistas del PSC o los independentistas de Iniciativa, ah¨ª, de nueva pol¨ªtica no hay nada. Piden desobedecer a Espa?a quienes no saben desobedecer al ala dura de su propia organizaci¨®n. Eso s¨ª, escuchamos las horas de ret¨®rica revolucionaria que quieran porque para qu¨¦ preocuparse de unos presupuestos que los tramita una mierda de Parlament. Mientras tanto, le han pasado los presupuestos a Ada Colau, previo rid¨ªculo de camiseta de Mickey Mouse y posterior arreglo de TMB. No es extra?o, tambi¨¦n le han hecho la mejor campa?a posible y de manera sostenida a En Com¨² Podem y a un Xavier Dom¨¨nech que ni sale en el cartel de su partido, ni sabe por d¨®nde le har¨¢n pasar el Corredor Mediterr¨¢neo o el refer¨¦ndum. En fin, que yo tenga que recurrir a Iceta es un castigo de los dioses y mi parte de penitencia, pero qu¨¦ raz¨®n ten¨ªa el domingo pasado cuando dec¨ªa, con el salero histri¨®nico que le caracteriza: ¡°Y se fueron a buscar a la CUP para que les diese estabilidad¡ Santa Luc¨ªa les conserve la vista y, a?ado, si puede ser que se la mejore¡±.
Francesc Ser¨¦s es escritor.?
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