Vientos de cambio
Que ganen las izquierdas plurales es un requisito para transformar Espa?a y establecer las bases de un cambio del sistema econ¨®mico y energ¨¦tico que lo haga m¨¢s democr¨¢tico y m¨¢s sostenible
Los resultados de las encuestas publicadas desmienten a aquellos que dec¨ªan que, repitiendo las elecciones, todo quedar¨ªa igual y que era un grave error no haber llegado a un acuerdo para formar gobierno. Quiz¨¢s intu¨ªan que las cosas no iban a seguir igual y presionaron desde los ¨¢mbitos econ¨®micos, financieros y medi¨¢ticos para conseguir cualquier acuerdo mientras impidiese el cambio.
Las pr¨®ximas elecciones tendr¨ªan que significar un cambio dr¨¢stico en la pol¨ªtica y en la manera de gobernar del pa¨ªs. Cambio que debe pasar por la definitiva eliminaci¨®n del bipartidismo y del mantenimiento en el poder de unas ¨¦lites que lo han ostentado desde la Transici¨®n y que en algunos casos tienen su origen en el franquismo.
La posibilidad de que las izquierdas plurales ganen debe ser contemplada como una necesidad, un requisito para transformar Espa?a y establecer las bases de un cambio del sistema econ¨®mico y energ¨¦tico que lo haga m¨¢s democr¨¢tico y m¨¢s sostenible. Econom¨ªa y ecolog¨ªa como un ¨²nico sistema de producci¨®n, apostando por las energ¨ªas renovables, por la movilidad sostenible y por el transporte p¨²blico de mercanc¨ªas y personas.
He hablado muchas veces de la necesidad de una renta b¨¢sica universal para eliminar la pobreza y del reparto del trabajo si se quiere disminuir dr¨¢sticamente el paro. He insistido en una reforma fiscal justa y redistributiva que nos acerque a la presi¨®n fiscal media de los pa¨ªses de la UE. Esto s¨®lo lo puede hacer una izquierda radical, fuerte, que supere la inacci¨®n pol¨ªtica e ideol¨®gica de la socialdemocracia y camine hacia un moderno ecosocialismo, verdaderamente transformador y de futuro.
Tambi¨¦n es imprescindible que ganen las izquierdas plurales para concebir una sociedad con memoria democr¨¢tica. Necesitamos de una vez por todas ser un pa¨ªs que honra a los muertos por la libertad. Es indecente que Espa?a sea el pa¨ªs del mundo, despu¨¦s de la Camboya del asesino Pol Pot, que tenga m¨¢s muertos en las cunetas, en fosas comunes o enterrados junto al dictador fascista que los asesin¨®, en el Valle de los Ca¨ªdos.
Hay que hacer justicia hist¨®rica a las personas m¨¢s vulnerables, mujeres y ni?os, que fueron explotadas, vendidas, violadas por el sistema pol¨ªtico fascista. Nada de revanchas, solo respeto a las personas que a¨²n no han podido enterrar a sus seres queridos por la cobard¨ªa de los que han gestionado la transici¨®n pol¨ªtica hasta nuestros d¨ªas. Solo en Catalunya y durante los siete a?os del gobierno de izquierdas se ha hecho una verdadera pol¨ªtica p¨²blica de memoria democr¨¢tica. Del todo insuficiente.
Otra cuesti¨®n de fondo que hace imprescindible la victoria de las izquierdas plurales es convertir Espa?a en un estado laico, poniendo a la Iglesia cat¨®lica en el mismo lugar que las otras instituciones sin ¨¢nimo de lucro que trabajan en el Estado. Es escandaloso que a¨²n subsistan acuerdos con el Vaticano que tienen sus or¨ªgenes en la ¨¦poca franquista y que perpet¨²an el dominio social y moral de la iglesia cat¨®lica en muchos ¨¢mbitos, como la educaci¨®n. Es socialmente injusto que una instituci¨®n como la Iglesia cat¨®lica no pague los mismos impuestos que el resto y que adem¨¢s disfrute de las rentas de grandes cantidades de propiedades que las ha obtenido a trav¨¦s de una ocupaci¨®n legal e injusta promovida por el derechista cat¨®lico Aznar.
Por ¨²ltimo, este imperioso triunfo debe servir para acabar con el conflicto que los nacional soberanistas catalanes y los nacionalistas espa?oles est¨¢n alimentando. Desde Catalunya, a¨²n es m¨¢s necesaria la victoria de la izquierda plural. Solo as¨ª, con el convencimiento de la necesidad de dialogar y de dar la palabra al conjunto de la poblaci¨®n catalana sobre su relaci¨®n administrativa con el Estado espa?ol, Catalunya podr¨¢ salir del ensimismamiento que la han sometido los gobiernos de CDC y ERC. Estos, forman parte del deterioro de las instituciones catalanas que las han usado para fines partidistas. Desde la presidencia del Parlament hasta la radio y televisi¨®n p¨²blicas, se han convertido en simples correas de transmisi¨®n del llamado proc¨¦s. Es necesario cambiar el gobierno conservador del Estado para empezar a cambiar el de Catalunya.
Joan Boada Masoliver es profesor de Historia.?
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