Los salafistas controlan una de cada tres mezquitas en Catalu?a
Los oratorios vinculados a este movimiento islamista se han duplicado en una d¨¦cada
En Catalu?a hay 79 oratorios salafistas, seg¨²n los datos que maneja la polic¨ªa catalana. Lo que significa que uno de cada tres lugares de culto ¡ª256 en total, seg¨²n datos de la Generalitat¡ª siguen este movimiento, en mayor o menor medida. La corriente defiende una interpretaci¨®n radical del islam, que pide la instauraci¨®n de un orden isl¨¢mico universal y el regreso a las formas de vida de la ¨¦poca de Mahoma. Rechaza cualquier actualizaci¨®n o renovaci¨®n de su religi¨®n.
Los Mossos d¡¯Esquadra siguen con atenci¨®n el crecimiento de esta corriente, que se ha definido como la antesala o la justificaci¨®n ideol¨®gica de la violencia. ¡°Tenemos a algunas personas bajo control, que no son de inter¨¦s¡±, explic¨® el comisario jefe de los Mossos, Jos¨¦ Luis Trapero, en una entrevista en Rac1. ¡°?Pero esas personas tienen una voluntad concreta de querer atentar?¡± ¡°No¡±, a?adi¨®. Ninguno de los ¨²ltimos 30 detenidos por los cuerpos de seguridad se ha radicalizado en un centro salafista.
En este contexto visit¨® Catalu?a, hace dos meses, Saleh El-Maghamsi, un jeque de Arabia Saud¨ª y referente salafista. En su viaje de tres d¨ªas, llen¨® la mezquita de Cornell¨¤ con unas 600 personas, donde predic¨® dos veces. Luego recibi¨® a peque?os grupos de personas en Barcelona. El-Maghamsi aterriz¨® en Catalu?a precedido por unas pol¨¦micas declaraciones, de hace cuatro a?os, en Qatar TV. All¨ª explic¨® que, a ojos de Al¨¢, Osama Bin Laden hab¨ªa muerto con los honores y la santidad reservadas a los musulmanes. La polic¨ªa sigui¨® en Catalu?a su discurso, y considera que no dijo nada que supusiese un delito y que hubiese justificado su prohibici¨®n.
Expansi¨®n en Tarragona
La cifra de oratorios salafistas se ha duplicado en la ¨²ltima d¨¦cada (en 2006 hab¨ªa 36). La mayor¨ªa se concentran en las comarcas del Baix Camp y del Camp de Tarragona y en el sur de Barcelona. Tambi¨¦n en Lleida y Salt residen algunos representantes influyentes a nivel local. Entre las asociaciones que las aglutinan, a modo de paraguas, est¨¢ la Federaci¨®n de Asociaciones Culturales Isl¨¢micas de las comarcas gerundenses; la Asociaci¨®n de Uni¨®n y Cooperaci¨®n isl¨¢mica de Lleida y comarcas; y la Comunidad Isl¨¢mica Pastoral del Tarragon¨¨s.
Su naturaleza es diversa, y no todo el mundo que asiste a un oratorio regido por una junta salafista tiene por qu¨¦ seguir a pie juntillas el movimiento. Teniendo eso en cuenta, se calcula que un 5% de la comunidad musulmana (un total de 490.000 personas) en Catalu?a sigue el movimiento salafista, seg¨²n los datos que manejan los Mossos. ¡°Aunque nadie reparte carnets de salafista¡±, insiste el inspector jefe de an¨¢lisis de la polic¨ªa auton¨®mica. En el resto de Espa?a hay 30 oratorios adscritos al movimiento, seg¨²n datos del Ministerio del Interior.
El mayor riesgo del salafismo es que propugna el ¡°aislamiento social¡±, explica el profesor y soci¨®logo Jordi Moreras. ¡°Es lo que da justificaci¨®n a ese proceso voluntario¡±, a?ade. Este diario ha contactado con representantes de dos de las comunidades salafistas de Catalu?a: la de Salt ¡ªcon Mohammed Atauil como una de las cabezas visibles y miembro del nuevo consejo de la Uni¨® de Comunitats Isl¨¤miques de Catalunya¡ª y la de Reus. Ambas han optado por no pronunciarse.
El crecimiento de la comunidad es constante desde los a?os 90, aunque la polic¨ªa ha detectado una peque?a frenada en esa l¨ªnea ascendente (del 15% al 8%, en datos estimativos). ¡°En Catalu?a, nunca se ha definido una l¨ªnea doctrinal concreta del islam, y los salafistas aprovechan ese desacierto para propagar un mensaje de la verdad, con el retorno a las esencias del islam verdadero¡±, ahonda Moreras.
Ese mensaje cuaja con facilidad, dice Moreras, porque Catalu?a no ha vivido un islam ¡°m¨¢s interpretativo, m¨¢s contextual, m¨¢s intelectual¡±. ¡°Hemos tenido una inmigraci¨®n con poca preparaci¨®n cultural y menos doctrinal, en la que el islam es un legado, una herencia recibida de los padres, en la que esta forma tan sencilla de entenderlo funciona¡±.
¡°?Pero el peligro es que se radicalicen y pongan bombas?¡± ¡°No, no lo creo¡±, insiste Moreras. A pesar de eso, visitas como las de El-Maghamsi, que suelen pagar Arabia Saud¨ª o Kuwait, ponen en alerta a los agentes. En dos a?os (entre 2012 y 2015), Catalu?a ha celebrado 25 congresos salafistas, seg¨²n datos recogidos en el libro La Espa?a de Al¨¢, del periodista especialista en el Magreb Ignacio Cembrero. ¡°Son dos o tres al a?o¡±, cuenta el inspector de an¨¢lisis de los Mossos. Se trata de encuentros que re¨²nen a centenares de personas, en los que se hace proselitismo, con invitados destacados del mundo salafista, a los que acuden personas del resto de Espa?a, y de otros pa¨ªses, como Francia o B¨¦lgica.
Hasta ahora, Catalu?a no exporta figuras con gran tir¨®n, que difundan la doctrina fuera. Y su papel en Europa sigue siendo menor si se compara, por ejemplo, con los Pa¨ªses Bajos. ¡°Pero tarde o temprano aparecer¨¢ una figura de peso¡±, vaticina Moreras. Una posibilidad que tambi¨¦n contemplan los Mossos.
Auge del salafismo en los oratorios
2001: 27 mezquitas
2006: 36
2011: 51
2015: 65
2016: 79
Fuente: datos que manejan los Mossos d'Esquadra
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