Ha llovido, s¨ª, y qu¨¦. S¨®nar y su p¨²blico desaf¨ªan a los elementos. De hecho el trueno lo crean ellos. A ver si el cielo va a brindar un zambombazo o rayos de luz como los que enviaba anoche Flume o hace un rato Ohneotrix, que pese a su apellido obviamente no teme, como Abrarac¨²rcix, que el firmamento se desplome sobre su cabeza. El chaparr¨®n no ha parado la m¨²sica en el S¨®nar D¨ªa y algunos han seguido bailando en el Village bajo la lluvia, con estilo bien diferente al de Gene Kelly, eso s¨ª: m¨¢s desgarbado. El c¨¦sped artificial ha aguantado bien, aunque uno habr¨ªa querido ver escenas de barro ¨Cno digamos de camisetas mojadas- como las de Woodstock: es la nostalgia de la edad.
La meteorolog¨ªa ha marcado la indumentaria, permitiendo una noticiosa renovaci¨®n del look del festival. Se ha podido ver esa extraordinaria combinaci¨®n que es el minishort con impermeable, ha vuelto la sudadera y en general la gente se ha abrigado un poquito. No todos: mucho extranjero ha evidenciado que la lluvia se la repampinfla. No en balde vienen de los lejanos reinos de Ragnar, como un rubio fornido con la camiseta de la selecci¨®n de Noruega al que lo ¨²nico que parec¨ªa preocuparle es que se le aguara la cerveza. A destacar, desde el punto de vista de las previsiones, la que hizo ayer Sergio Caballero, codirector del S¨®nar, mirando al cielo como un augur etrusco: ¡°Bah, si llueve ma?ana ser¨¢n cuatro gotas¡±.
Ha sido hermoso luego del aguacero ver volver a salir el sol y reflejarse en los charcos. El aire era fragante, excepto en algunas ¨¢reas como en el rinc¨®n detr¨¢s del puesto de venta de merchandaising donde un usuario del festival se aliviaba contribuyendo al encharcado. En el escenario del Village Nozinja , alegre como un arco iris, ha hecho bailar a todo el mundo con su simp¨¢tica versi¨®n electrificada de los ritmos sudafricanos al sur del Limpopo, el shangaan. Richard Mhtelwa se ha exhibido como una versi¨®n psicod¨¦lica de Cetshwayo, el rey zul¨²: portaba incluso plumas de colores enganchadas en brazaletes en los brazos, solo le faltaba la azagaya. Para acrecentar lo surrealista del momento, unas chicas del p¨²blico bailaban ataviadas de Minnies y alguien ha hecho volar sobre nuestras cabezas un globo en forma de unicornio azul. Hay momentos en que, desde luego, aqu¨ª no te hace falta tomarte nada.
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