Apisonadora The Who
Roger Daltrey canta My Generation como si el tiempo no hubiera pasado desde Quadrophenia
Una edici¨®n del Azkena Rock con luces y sombras esperaba ¨¢vidamente el concierto de The Who, que han tocado cerca de hora y media. No est¨¢ nada mal, desde sus 50 a?os de historia. Ha sido un recital presidido por unos visuales espectaculares, que han recorrido poco a poco cada una de las reencarnaciones del grupo: sus comienzos como los chicos casi formales del Londres de los sesenta, su versi¨®n de la d¨¦cada siguiente, o su innegable querencia sinf¨®nica.
La ¨²ltima encarnaci¨®n, la de esta noche, ha tenido momentos brillantes, interpretaciones muy serias de sus grandes canciones, y tambi¨¦n fases no tan divertidas. La voz de Roger Daltrey, por ejemplo, parec¨ªa a veces demasiado al l¨ªmite de sus posibilidades. Antes, los australianos hab¨ªan desembarcado en el Azkena durante hora y media, con dos grupazos de los que quitan las telara?as a cualquiera. Primero Radio Birdman, con un Rob Younger no tan bail¨®n como otras veces, pero cantando estupendamente, como siempre.
Facturan ese sonido rockero, bailable como todo punk que se precie, hecho de l¨ªneas de bajo demoledoras y guitarras afiladas. Sin los complejos que, aparentemente, han ido absorbiendo a generaciones posteriores en un rock m¨¢s pesado y espeso. Radio Birdman no son espesos ni mucho menos. Despu¨¦s, en el escenario peque?o y con un sonido p¨¦simo, han salido Scientists a darle otra vuelta de tuerca al garaje. Kim Salmon y los suyos son m¨¢s oscuros, m¨¢s psicod¨¦licos y retorcidos, pero conservan la misma capacidad de provocar el movimiento del cuerpo y, en los raros momentos en que lo buscan, incluso hacen saltar al p¨²blico. El problema del sonido, una vez m¨¢s, ha sido evidente.
Daba la impresi¨®n de que los m¨²sicos intentaban exprimir un equipo que no daba m¨¢s de s¨ª, posiblemente porque resulta inviable poner a personajes como ellos en un escenario tan escueto. Seguramente hab¨ªa otras posibilidades para jugar con el cartel. En todo caso, tanto el punk de Radio Birdman como la oscuridad de Scientists no parecen un estilo, ni mucho menos, por eso resultan aut¨¦nticos y convencen de inmediato. Lo contrario que Fields of the Nephilim, por mucho humo que echen y por muy de negro que se vistan.
La voz lo enmascara un poco, pero tienen un sonido que no va mucho m¨¢s all¨¢ de lo que en los ochenta parec¨ªa post-punk, pero era directamente pop, en el mejor de los casos, ligero. Han resultado poco m¨¢s que un intermedio, a la espera de lo que se avecinaba en el escenario grande. Todav¨ªa hay mucha m¨²sica que escuchar esta noche, suena Marky Ramone y luego vendr¨¢n Supersuckers, pero en conjunto la edici¨®n de este a?o ha resultado intermitente, no solo por la meteorolog¨ªa. La velada de ayer fue especialmente floja. Hoy el conjunto ha mejorado pero este p¨²blico va a necesitar algo m¨¢s de contenido para ediciones posteriores.
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